Correa tiene que hacer más swings y pronto...
Aún no es tiempo para sonar la alarma-del- fracaso, pues 25 juegos no son suficientes para decir que se le ha quemado el bate, pero en un abrir y cerrar de ojos en abril a Carlos Correa, que comenzó apagando fuego con su ofensiva tórrida, ha visto como ha tenido más ponches que hits: 24 por 23, y una sequía jonronera tras una serie temprana contra los Yankees en que voló verjas en tres ocasiones.
Da la impresión desde la pantalla televisiva, que él, Novato del Año en la Americana, superando por pocos puntos a su compatriota y también paracorto, Francisco Lindor, de Cleveland, que tiene que sacudir su cabeza y ordenarle a su cerebro que coopere más en la búsqueda del primer lanzamiento, que normalmente le hacen en recta dura, envío que el batea con autoridad, y que permite que el pitcher se ponga delante en el duelo, prosiguendo luego con curvas, sliders y cambios de velocidad que lo ponen a cazar, lo que aumenta sus abanicamientos, aunque hasta ayer había obtenido 17 pasaportes, una cantidad alta para alguien con tantos ponchetes.
Es obvio que Correa está en la mirilla de todos los ‘scouting reports’, por su campaña de ensueño, en donde sacudió 22 homers y remolcó 68 carreras en 99 juegos, lo que hacía augurar, al menos, un 35-100 en el llamado año del ‘sophomore jinx’, que él no gusta de mencionar, pero que es una realidad en todos los deportes con los atletas que sobresalen en su debú, sea, digamos, en béisbol, baloncesto o football.
Pero Correa no sólo ha estado de capa caída, sino que los Astros, ocupantes del sótano en el Oeste, con 8-18, siendo el diminuto intermedista venezolano Altuve el único con el madero efectivo: .301, 7 vuela cercas y 14 impulsadas a pesar de ser el primer bateador.
El mismo ha sentenciado que espera despertar en mayo y los días por venir dictarán el resto de su trayecto, luego de un verano de entrenamiento y colmado además de actividades extra curriculares, salpicadas de actividades sociales y altruistas, firmando un contrato mi- llonario con Adidas tras finalizar el de $2,500, que tenía con Nike en las Menores.
Nadie más que él puede romper su marasmo, pero antes que todo debe hacer más swings, porque limitár-selos lo ponen a merced del monticulista de turno...