Rivera Seijo tenía una bolsa “clara”, según testigo
El hombre que salió de la cárcel junto al imputado aseguró que vio su boleta de excarcelación
La noche del 8 de marzo de 2010, Luis Gustavo Rivera Seijo salió de la cárcel de Sabana Hoyos en Arecibo en pantalones cortos y con un bolsa “clara” que contenía sus documentos de excarcelación, declaró ayer Juan Romero Martínez.
El hombre, que ahora reside en el estado de Indiana, narró que ambos sumariados compartieron en un pasillo antes de abandonar la institución.
“Él me hizo referencia a la boleta de excarcelación en sus manos porque era una boleta errónea”, afirmó el testigo durante el tercer día de la vista preliminar en alzada que se sigue contra Rivera Seijo por la muerte del niño Lorenzo González Cacho.
“Él saca la documentación para enseñármela porque la vi en la funda”, agregó ante una sala llena de público.
Ante la jueza Vilmary Soler Suárez, del Tribunal de Bayamón, explicó que la mayoría de los confinados guarda su papeles en la funda para mantenerlos en un lugar seguro.
A preguntas de la fiscal Aracelis Pérez Correa, apuntó que como Rivera Seijo no tenía transportación, se ofreció a darle pon.
“Estaban los artículos, la pasta, el cepillo de dientes. El champú no lo visualicé”, apuntó sobre la bolsa.
El testigo, que no estuvo en la lista de testigos de la vista preliminar, señaló que durante el viaje de Arecibo a Florida, donde lo dejaron su mamá y Juan Vázquez Panel, observó que Rivera Seijo mantuvo la bolsa en su mano.
“Se veía una persona normal”, indicó sobre la persona que recién conocía.
En el contrainterrogatorio, el licenciado Lester Arroyo Crespo, de la Sociedad para la Asistencia Legal, trató de establecer que debido al material de la bolsa su contenido se podía observar sin dificultad.
Los investigadores forenses que estuvieron a pasos de la bolsa el 9 de marzo no vieron su contenido.
Romero Martínez señaló que la fiscal Pérez Correa y el agente investigador Simón Rosa lo contactaron antes de la vista preliminar pasada para que declarara en el proceso y le mostraron fotografías.
El próximo testigo, Vázquez Panel, declaró que dejó a Rivera Seijo en un centro comercial cercano a la urbanización Dorado del Mar, donde el niño de 8 años residía junto a su mamá Ana Cacho y sus dos hermanas.
Pero, el septuagenario, pensionado de la milicia por trastorno de estrés postraumático, no recordó si Rivera Seijo cargaba documentos.
Confundido con las preguntas del abogado Mario Moczó González, afirmó: “Él está tratando de decir que yo estoy mintiendo y yo no estoy mintiendo”.
En la vista preliminar, Vázquez Panel dijo que el imputado tenía los documentos en un bolsillo.
El octavo testigo de cargo, el agente Nicolás Maldonado Pérez, afirmó que la puerta que daba al patio posterior de la residencia de Cacho “estaba forzada” y que tenía el perno (un tornillo) de la parte superior doblado.
Mirando fotos de la bolsa ocupada en la casa el 10 de marzo, pero fotografiada el 9, dijo que “eran del mismo color y forma”.
Apuntó que en donde aparecieron los documentos de excarcelación de Rivera Seijo, una pasta y un cepillo de dientes, se encontró un fragmento de huella digital “sin valor”.
La vista continúa mañana.
“Cuando nos fuimos (el 9 de marzo) le dijimos (a la familia de Cacho) que tenían que tener la precaución de que si iban a usar la casa, tenían que limpiarla” NICOLÁS MALDONADO Agente de Homicidios