TINAJÓN: P.R. PIERDE A UN REVOLUCIONARIO DEL BASKET
El cialeño, de 85 años, falleció ayer en su residencia en Río Piedras, luego de dejar una huella en el baloncesto local
“El baloncesto boricua se divide en dos etapas: antes y después de Tinajón Feliciano. La razón es sencilla: Tinajón revolucionó el baloncesto”.
Fue una expresión del exjugador y exdirigente nacional, al hablar del legado del exbaloncelista Raúl ‘Tinajón’ Feliciano, quien falleció ayer en la mañana en su residencia en University Gardens, en Río Piedras, debido a problemas con los riñones. Tenía 85 años.
Tinajón Feliciano fue una leyenda del baloncesto local.
Fue una figura que dejó una huella en la década de 1950, cuando el baloncesto aún no era tan popular en la Isla, señaló el expresidente de la Federación de Baloncesto de Puerto Rico, Jenaro ‘Tuto’ Marchand.
Tinajón apareció en la liga superior en el 1947 con los Gallitos de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras. Era un tiempo en el que los jugadores no sobresalían ofensivamente. Las anotaciones en los partidos eran bajas, y el ritmo de juego era lento. Tinajón llegó y cambió la pauta. A partir del 1949, el jugador, nacido en Ciales en el 1930, comenzó a convertirse en un copioso anotador en la liga. Empezó a superar marcas de puntos en el torneo y a darle un ritmo más acelerado al juego. Y su nombre comenzó a ganar popularidad por sus gestas ofensivas, y el público empezó a interesarse más en el baloncesto.
En el 1949, Tinajón, por ejemplo, fue el primer jugador en promediar 20 puntos o más por cotejo. Fue el líder de anotaciones con una media de 26.5 puntos en 18 partidos, según información del BSN.
También se convirtió en el primer canastero en superar la cifra de 40 puntos en un desafío al totalizar 46 tantos ante Río Piedras, el 5 se septiembre de ese año.
“Raúl fue el responsable de llevar las grandes masas a los juegos. En ese tiempo, el baloncesto estaba un poco oscuro, no tenía el respaldo masivo. Pero con Raúl, todo cambió. Empezaron a romperse los récords de asistencias en las canchas. El baloncesto era universitario y él lo llevó a los pueblos. En todos los juegos, él anotaba 20 puntos y era algo que no se veía en el baloncesto de esa época, cuando no existía el reloj de 30 segundos”, dijo Marchand.
“Raúl es la figura más importante del baloncesto puertorriqueño. Aquellos que vivimos en aquella época conocemos en la manera que Raúl cambió el baloncesto en Puerto Rico”, abundó Marchand, también secretario emérito de FIBA-Américas.
Tinajón, con 6’0” de estatura, se desempeñaba como centro.
Santori y Marchand coincidieron que era un jugador completo y dominante en la línea frontal.
Una de sus grandes temporadas fue la del 1951 con los Gallitos. Santori recordó que Tinajón fue “el líder de puntos, de rebotes, de asistencias, y el mejor defensa de la temporada. Todo eso jugando en la posición de pívot. Fue el Más Valioso y ayudó a los Gallitos a ganar el campeonato en ese año. Fue un jugador extraordinario”.
Al completar estudios de Derecho en la UPR, Tinajón pasó a los Santos de San Juan en el 1952. JUEZ Y DIRIGENTE. Marchand fue su compañero de equipo con los Santos. Y mencionó que Tinajón fue jugador-dirigente de los Santos, a la vez que ejercía como juez en Salinas.
“Creo que era la primera vez que veía a un juez ser dirigente y jugador a la misma vez. Símbolo de un buen estudiante; de un magnífico estudiante de leyes”, dijo Marchand al recordar que Tinajón llamó la atención de varias ligas estadounidenses, incluyendo la NBA.
Tinajón vistió el uniforme de los Santos en el 1952 y 1953, antes de pasar a los Cardenales de Río Piedras en el 1954. Con los Cardenales tuvo un paso exitoso. Logró campeonatos seguidos en el 1955 y 1956.
En el 1955 explotó ofensivamente con una media de 28.1 puntos por cotejo. Su desempeño le mereció otro premio de Jugador Más Valioso. Según el BSN, Tinajón llegó a los 50 puntos en un partido en el 1956.
“Tinajón se convirtió en un anotador que nunca antes habíamos visto en la liga”, señaló Santori, quien lo enfrentó en múltiples ocasiones.
“Irrumpió en nuestro baloncesto e inyectó un entusiasmo único al mismo. Duplicó la asistencia en las canchas. Fue un revolucionario de nuestro baloncesto”.
Tinajón jugó con los Cardenales hasta el 1956. Luego hizo una pausa en el torneo superior para atender asuntos profesionales y retornó para militar otras tres campañas con los Santos, siendo la última en el 1967.
Tinajón finalizó su carrera con 4,719 puntos en 237 partidos para una media de 19.9 puntos por juego.
Con el Equipo Nacional, Tinajón participó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Guatemala 1950 y de México 1954.
Tras su retiro como jugador, Tinajón se trasladó a Estados Unidos. Vivió un periodo de 33 años en diversas ciudades antes de volver a la Isla hace seis años para recibir un tratamiento en los riñones.
Hace como un mes, según Marchand, lo visitó en un hospital del área metropolitana. “El día que lo visité se veía muy bien dentro de su condición. Días después me informaron que había caído en un estado de coma y fue difícil volverlo a visitar. Tinajón fue un gran amigo. Me visitaba con frecuencia en las oficinas de la FIBA y siempre estaba pendiente al baloncesto de Puerto Rico. Era un tema en nuestras conversaciones. Fue un gran jugador y un distinguido abogado. Es lamentable su pérdida”, dijo Marchand.
Hasta ayer no se conocía cuándo serán expuestos los restos de Tinajón Feliciano en la Funeraria Buxeda.
A Tinajón le sobreviven su esposa Lydia y tres hijos.