Crece el apetito por trabajar desde casa
Es visto con buenos ojos por patronos que necesitan ahorrar y millennials que quieren mayor flexibilidad
La precaria situación económica de Puerto Rico y las exigencias de la Generación del Milenio (“millennials”) están por lograr lo que los avances tecnológicos no pudieron: impulsar el trabajo a distancia.
“Estudios plantean que para el año 2020 en Estados Unidos, incluyendo a Puerto Rico, más de un 50% de la fuerza laboral de las empresas estaría en algún tipo de acuerdo de trabajo remoto”, afirmó Reinaldo Figueroa, abogado con práctica de trabajo y empleo del bufete McConnell Valdés.
Trabajo remoto, a distancia o empleo móvil son términos que se refieren a las distintas modalidades de trabajar que no requieren que el empleado acuda todos los días a las instalaciones del patrono. Lo mismo puede tratarse de una persona que labora todos los días desde su casa o una cafetería con acceso a internet, que a alguien que trabaja dos o tres días a la semana en las oficinas del patrono y el resto del trabajo lo realiza de forma remota, explicó la abogada Anita Montaner, con práctica de trabajo y empleo del bufete McConnell Valdés.
El trabajo remoto o “telecommuting” puede beneficiar a empleados y patronos por igual, coincidieron ambos expertos. “En el caso de los empleados, esta alternativa se ha visto como una manera respetar ese deseo de flexibilidad que tienen, a la vez que se fomenta una cultura empoderamiento y le da más satisfacción al tienen independencia y más control sobre su actividad profesional”, indicó Figueroa. “Tener empleados más satisfechos también redunda en beneficios para el patrono, aparte de que reduce gastos operacionales y consumo de energía”, prosiguió.
“Al tener personal trabajando desde sus casas, los patronos han reducido su planta física”, agregó Montaner, en referencia a que ya no necesitan el espacio que requiere tener un escritorio para cada empleado.
Esta posibilidad de reducir costos operacionales es la que ha provocado que más patronos vean el trabajo a distancia como una alternativa viable.
“En Puerto Rico, como la situación económica está bien difícil, muchos patronos están reexaminando esta situación y los beneficios del empleado móvil”, apuntó Figueroa, quien contó que trabaja en una consulta de una empresa en la Isla que evalúa la posibilidad de enviar a toda su plantilla a trabajar desde sus casas para así eliminar la planta física.
Un ejemplo de esta tendencia es Unilever, que comenzó hace tres años a implementar varias modalidades de trabajo a distancia en la Isla. El año pasado, la empresa había informado a este diario que de una plantilla de unas 60 personas, solo cinco acudían todos los días a la oficina.
Aparte de los ahorros, otro factor que impulsa el empleo móvil es la nueva generación de trabajadores. “Los millennials aprecian mucho la flexibilidad. En esta cultura de ir a un lugar de trabajo todos los días de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. ellos no encajan bien y quieren mayor independencia”, describió Montaner acerca de una generación que cada vez se abre paso con más fuerza en los centros de trabajo.
“En la medida en que las empresas entiendan la cultura de los millennials, se van a mover más hacia el empleo remoto”, acotó Figueroa.
La modalidad no está exenta de riesgos. Para el empleado, estudios han evidenciado que este puede sentirse aislado al no interactuar con sus colegas, o que al laborar desde casa tiende a no desconectarse, trabajar demasiado y aumentar sus niveles de estrés, dijo Montaner.
En el caso del patrono, agregó que debe tener mecanismos para proteger la información de la compañía que el empleado maneja en casa y evitar que caiga en manos de terceras personas.
“El patrono tiene tener políticas establecidas que atiendan esos riesgos y llegar a acuerdos con el empleado en que se le informe de sus deberes, términos y condiciones”, apuntó la abogada. Un aspecto muy importante de ese acuerdo es determinar cuáles serán las horas de trabajo, agregó.
“Al tener personal trabajando desde sus casas, los patronos han reducido su planta física” ANITA MONTANER Abogada del bufete McConnell Valdés