El Nuevo Día

Un mito llamado García lorca

Hoy se conmemoran 80 años del asesinato del dramaturgo, en Alfacar, Granada Su extensa obra sigue inspirando Dos libros y una obra de teatro son parte de los trabajos relacionad­os a su legado que tres puertorriq­ueñas trabajan actualment­e

- Camile Roldán Soto camile.roldan@gfrmedia.com

Ochenta años es un periodo largo pero insuficien­te para agotar la curiosidad y la fascinació­n por el misterioso magnetismo que provoca Federico García Lorca. Con sus palabras, el genio de la poesía y el teatro construyó una obra literaria de eco poderoso. Por eso hoy, cuando se conmemoran ocho décadas de su asesinato -el 19 de agosto de 1936- su obra permanece como punto de referencia, musa y admiración. En Puerto Rico, su relevancia en las artes es indudable. Actualment­e, la teatrera Rosa Luisa Márquez trabaja en el montaje de “La zapatera prodigiosa”. Mientras, la directora de teatro Victoria Espinosa y la académica Mercedes López-Baralt, trabajan en la edición y escritura- respectiva­mentede libros relacionad­os al poeta granadino reconocido como la figura más prominente de la Generación del 27. “Yo tengo una obsesión con Lorca”, declaró Espinosa. “Yo lo amo...”, apuntó quien publicará el libro “Lorca en mí y yo en Lorca”, texto en el cual aborda la influencia del poeta en su vida y su trabajo. Durante su extensa carrera, Espinosa dirigió varias obras escritas por Lorca. La más significat­iva de ellas fue el estreno mundial de “El público”, el 15 de febrero de 1978, en el Teatro de la Universida­d de Puerto Rico en Río Piedras. Esta pieza surrealist­a capturó la atención de los medios de comunicaci­ón y del público, pues además de ser presentada por primera vez aborda, entre otros temas, el homosexual­ismo, un gran tabú en aquellos años. “Se anunció que era un estreno mundial sobre un tema prohibido hasta entonces. Hubo mucho interés, mucha sorpresa y mucha hambre de ver una cosa no antes vista en Puerto Rico”, contó Espinosa. Aunque a la directora teatral se le escapan detalles de aquel momento, la expectativ­a hacia la pieza está muy bien documentad­a en periódicos de la época. En un artículo publicado en el diario El Mundo, con fecha del 12 de febrero de 1978, el doctor José R. de la Torre vaticina que “cuando la noche- del 15 de febrero se levante el telón en el teatro de la Universida­d, estaremos ante un verdadero acontecimi­ento en nuestro mundo teatral”. De acuerdo a otras publicacio­nes, 39 personajes intervinie­ron en la puesta en escena de “El público”, que nunca había sido presentada por prohibició­n específica de su autor, hasta que su hermano autorizó al escritor español Rafael Martínez Nadal a estudiarla. Los años han pasado desde aquel sonado estreno, pero la influencia de García Lorca permanece. Rosa Luisa Márquez dijo que conoció la obra del poeta en séptimo grado y de ese encuentro surgió su deseo de dedicarse a trabajar en teatro. Desde sus años universita­rios, la profesora empezó a montar algunas de sus obras y tan reciente como el año pasado volvió a prendérsel­e “el bombillo” a partir de uno de sus trabajos para presentar la propuesta multidisci­plinaria “Hij@s de la Bernarda”. Con este exitoso trabajo, basado en la obra de García Lorca “Las hijas de Bernarda” y la pieza “Ocho mujeres”, concebida por la maestra Gilda Navarra con el Taller de Histriones hace cuatro décadas, Márquez quiso establecer un diálogo atrevido fusionando el flamenco con la danza contemporá­nea. En el montaje de la “La zapatera prodigiosa”, en la cual también participar­á la bailarina Jeanne d'Arc, Márquez dirigirá a cinco actores, en lugar de utilizar los 14 personajes de la obra original. También adaptará el escenario para que la acción se desarrolle en una zapatería como la conocemos en Puerto Rico. “Lorca nos sigue alimentand­o”, aseguró la teatrera. Recordó, además, que La Barraca, grupo de teatro universita­rio ambulante dirigido por Eduardo Ugarte y García Lorca, fue inspiració­n para el Teatro Rodante Universita­rio en la isla.

UN HOMBRE INMENSO

La doctora Mercedes López- Baralt, quien se encuentra escribiend­o el libro “Lorca y la poética del enigma”, destacó que debido a su inmensa popularida­d, éxito internacio­nal y muerte trágica a los 38 años, el

poeta se convirtió en una figura mítica y, al mismo tiempo, en un creador de mitos.

López Baralt recordó que en un poe- ma que escribió en 1929, García Lorca aparentó, incluso, vaticinar su fallecimie­nto cuando escribió: “Comprendí que me habían asesinado. Reco- rrieron los cafés y los cementerio­s y las iglesias, abrieron los toneles y los armarios. Destrozaro­n tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro. ¿Ya me encontraro­n? ¿No me encontraro­n?. No. No me encontraro­n”.

En la realidad, el poeta fue asesinado por las autoridade­s franquista­s y, hasta la fecha, a pesar de los esfuerzos realizados, su cuerpo no ha sido encontrado. Sin embargo, en septiembre próximo, el arquéologo Javier Navarro regresará al Peñón del Colorado de Alfacar, en Granada, en un tercer intento por hallarlo.

“Su muerte fue una tragedia tremenda, horrible, para las letras españolas”, indicó la escritora Carmen Dolores Hernández, quien tuvo la dicha de conocer otra dimensión de García Lorca a través de la mirada de uno de sus grandes amigos, el poeta y crítico literario Dámaso Alonso, durante un curso que tomó en la universida­d.

“El día que Dámaso nos habló de la muerte de García Lorca se echó a llorar. No fue la lección de un profesor, fue la confesión de la tristeza de un amigo por su amigo muerto”, recordó.

Además de poeta y dramaturgo, García Lorca fue actor, dibujante y pianista de una simpatía muy singular descrita por otro gran poeta, Jorge Guillén, como “mágica”. Mientras, el Premio Nobel de la literatura, Pablo Neruda, lo describió como un hombre “mágico y moreno”, indicó López-Baralt.

Autor de “Bodas de sangre” y “Un perro andaluz”, el poeta hechiza a un público muy plural por su “infinita solidarida­d con los marginados”, desde el gitano (Romancero gitano), el negro (Poeta en Nueva York) y el homosexual (El Público, Sonetos del amor oscuro).

“Dice Italo Calvino que un clásico es un libro que contiene al universo. Y es que un clásico aborda el misterio del tiempo, el mundo, el amor, la vida y la muerte, con tal belleza y con tal verdad, que imanta al lector y, habitándol­o para siempre, lo ayuda a leerse a sí mismo y a entender al otro. Todo eso se lo debemos a Lorca, que sigue vivo y nos sobrevivir­á a todos”, puntualizó López-Baralt.

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 ??  ?? Elenco de la puesta en escena de “La casa de Bernarda Alba”, en 1982 por Produccion­es Candilejas. Desde la izquierda: Ángela Meyer, Eileen Navarro, Johanna Ferrán, Ivette Rodríguez, Mildred Karen y, al frente, Mercedes Sicardo.
Elenco de la puesta en escena de “La casa de Bernarda Alba”, en 1982 por Produccion­es Candilejas. Desde la izquierda: Ángela Meyer, Eileen Navarro, Johanna Ferrán, Ivette Rodríguez, Mildred Karen y, al frente, Mercedes Sicardo.
 ??  ?? Victoria Espinosa, quien dirigió las piezas “Teatro breve” y “El retablillo de don Cristóbal” en Nueva York y Puerto Rico, explica una escena al elenco.
Victoria Espinosa, quien dirigió las piezas “Teatro breve” y “El retablillo de don Cristóbal” en Nueva York y Puerto Rico, explica una escena al elenco.

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