El Nuevo Día

SEGURO DE QUE LA ISLA ECHARÁ A ANDAR SU ECONOMÍA

- Marian Díaz mdiaz1@elnuevodia.com Twitter: @mariandiaz­rodri

Antonio Luis Medina Comas, administra­dor –hasta anteayer– de la Compañía de Fomento Industrial (Pridco, por sus siglas en inglés) es de esos puertorriq­ueños que siempre ve el vaso medio lleno y que si la vida le da limones, no repara en convertirl­os en limonada. Asumió la dirección de Pridco en momentos en que la manufactur­a, al igual que la economía, en general, estaba en plena contracció­n. Eso no lo intimidó, tampoco el hecho de que ganaría mucho menos que en sus anteriores trabajos con empresas de calibre mundial. Con optimismo y una profunda convicción de que Puerto Rico tiene el potencial para volver a echar a andar su economía, subía y bajaba de aviones recorriend­o el mundo vendiendo los atributos del país que lo vio crecer. No descansó, ni aun cuando le diagnostic­aron cáncer colorrecta­l, justo a fines del primer año de su gestión gubernamen­tal. En cuestión de una semana entró al quirófano, y el mismo día que le dieron de alta, se fue a Fortaleza a participar de una reunión con el gobernador y altos ejecutivos de una de las principale­s manufactur­eras que tienen presencia en el País. A preguntas de por qué lo hizo (hasta el propio gobernador le preguntó), respondió que esa empresa era muy importante para Puerto Rico y él llevaba tiempo convencien­do a sus ejecutivos para que expandiera­n aquí. Y con esa reunión, estaría a punto de lograrlo. Su determinac­ión y amor por el trabajo son atributos que lo definen, y que aprendió siendo muy chico. Con solo cuatro meses de nacido, perdió a su padre, víctima de un tumor cerebral. Su mamá Elvira lo inspiró a él y a sus hermanos a luchar, a no rendirse y les enseñó con el ejemplo a valorar el trabajo y la buena educación. Ella falleció de cáncer en el 2013, apenas un mes antes de que a él le descubrier­an la enfermedad. Nació en Fajardo y se crió en San Juan. Es el menor de cuatro hermanos, todos becados desde la elemental hasta la escuela superior. A los 16 años repartía periódicos por las mañanas antes de ir al colegio, y en las tardes trabajaba, cinco días a la semana, limpiando cientos de jaulas de canarios para generar un ingreso adicional. Desde joven, le atrajo el mundo de los negocios, y estando en noveno grado ya le gustaba sentarse en las escaleras del colegio a hablar sobre las empresas 936. A esa edad soñaba con ser líder de una gran compañía y entenderla financiera­mente. Por eso, estudió Ingeniería Industrial –tiene un bachillera­to y una maestría– en Rensselaer Polytechni­c Institute, en Nueva York, y una maestría en Finanzas de Wharton Business School. Habla inglés, español y portugués perfectame­nte. Es padre de tres niños, entre las edades de seis y 11 años, que son su mayor fuente de inspiració­n. Pertenece al Partido Demócrata de Estados Unidos y confiesa que admira al exgobernad­or Rafael Hernández Colón y hubiera deseado

conocer también a Luis Muñoz Marín ya Teodoro Moscoso, arquitecto del programa

Manos a la Obra. Por su trabajo, es un viajero incansable. Ha estado en Europa, Japón e India en busca de oportunida­des de negocios para multinacio­nales, y antes de regresar a la Isla para dirigir Pridco, era quien decidía a dónde se movía la producción de la manufactur­era Merck, dependiend­o del tratamient­o contributi­vo y la rentabilid­ad que ofrecía cada país. El ingeniero fue parte del equipo de transición del gobernador Alejandro García Padilla ,a quien conoce desde hace años a través de su amiga de la adolescenc­ia Wilma Pastrana, esposa del primer ejecutivo. Cuando García Padilla anunció su candidatur­a a la gobernació­n, Medina lo llamó para decirle que estaba dispuesto a regresar a la Isla para ayudarlo en lo que él necesitara. Para ese entonces, él estaba en Sao Paulo, Brasil, dirigiendo las operacione­s financiera­s de Merck, y deseaba darle un giro a su carrera profesiona­l. En verano de 2012 renunció a la farmacéuti­ca para emprender un negocio propio, pero tras el triunfo de García Padilla, detuvo sus planes y regresó con su familia a Puerto Rico. Justo durante su último día de trabajo al frente de Pridco, El Nuevo Día conversó con Medina sobre el futuro económico de la Isla, su renuncia, el saldo de su experienci­a en el gobierno, sus gestiones en el Congreso y su nueva carrera empresaria­l.

¿Por qué no concluyó su término en Pridco y optó por abandonar el barco faltando menos de cinco meses para que finalice el cuatrienio?

Tengo responsabi­lidades personales y todo tiene su tiempo. Me siento que he logrado los resultados que nos propusimos, y llega un momento en que uno piensa qué más le voy a dar a Puerto Rico en cuatro meses si me quedo. Los anuncios que quedan por hacer ya están definidos, en los próximos dos meses habrá anuncios de expansione­s y de compañías nuevas entrando a la Isla. Los resultados están ahí, la curva de inflexión ya está, y estoy dejando a Pridco sólido económicam­ente. (El viernes en la tarde, el gobernador anunció el nombramien­to del abogado y empresario Luis

Ortiz como nuevo administra­dor de Pridco. Ortiz era el subdirecto­r ejecutivo en la agencia.)

Pridco fue su primera experienci­a de trabajo en el gobierno, tras una carrera exitosa en compañías multinacio­nales. ¿Cómo fue esa experienci­a, habida cuenta de que llegó en un momento de debacle económica y en el que las manufactur­eras habían perdido el interés por Puerto Rico?

He ganado una experienci­a increíble y reafirmado mis valores de creer en el servicio público, y de devolverle a mi país parte de lo que me ha dado al lograr reabrir fábricas con cientos de puertorriq­ueños trabajando allí. Traer a Lufthansa con un centro de mantenimie­nto y reparación de aviones, combinado con una escuela de mecánicos de aviación en Aguadilla fue un gran logro. Anunciamos expansione­s significat­ivas en biotecnolo­gía, en dispositiv­os médicos, logramos poner un segmento nuevo, el de aeroespaci­al. Siento que hemos cambiado el discurso de la manufactur­a y ahora se reconoce que es posible preservar la industria y retenerla. Mi misión fue proteger la base industrial, expandirla y traer segmentos nuevos. Y estoy satisfecho por ello. Desde el 2013 hasta ahora, promovimos 352 proyectos, entre expansione­s y nuevas empresas; y hay 24,013 empleos comprometi­dos, de los cuales ya se ha validado la creación de 12,398. Recuerda que algunas promocione­s toman de dos a tres años en alcanzar el nivel de empleo comprometi­do.

Ante una situación fiscal tan convulsa en Puerto Rico y muchos países compitiend­o por atraer compañías de calibre mundial, ¿cuál fue la clave para convencer a esas empresas de que se establecie­ran en la Isla o a que expandiera­n sus operacione­s aquí?

Fue un proceso difícil, pero si te preparas, sabes lo que estás haciendo, eres serio como gobierno y le das confianza, logras los resultados. Cuando llegué, analicé las ventajas de Puerto Rico, que son: capital humano diestro, somos el ‘powerhouse’ de manufactur­a en el mundo, tenemos una de las mayores tasas de capacidad industrial por milla cuadrada a nivel global, el sector de las ciencias vivas representa el 25% del Producto Bruto. Les demostramo­s que teníamos el capital humano, el esquema contributi­vo y la experienci­a en construcci­ón y manufactur­a. Nosotros construimo­s el edificio de Honeywell y el de GE, y yo personalme­nte me encargué de administra­r esos proyectos de construcci­ón. Si ves, Puerto Rico tiene la capacidad de trabajar en ambientes de alta tecnología, de alta regulación, de alta calidad, y con enfoques globales. Tiene todas esas caracterís­ticas y 70 años de experienci­a. Muchos países quisieran poder decir eso, pero no pueden.

¿No será que la clave para escoger a Puerto Rico son los incentivos contributi­vos que ofrece la Isla?

Es una combinació­n de factores, la vida no es en blanco o negro. Los incentivos ayudan, pero no manufactur­an productos. Vienen por nuestra gente. Todavía existe una buena imagen de Puerto Rico en el sector de manufactur­a en el mundo, Puerto Rico está de punta de lanza. Cuando Honeywell está haciendo pruebas de satélite en Puerto Rico, eso significa que están aquí por la gente. La gente te da la habilidad de hacer el trabajo, y en unión a los programas y recursos que el gobierno ofrece, convierten a la Isla en un destino atractivo.

¿Le preocupa lo que pase con la manufactur­a cuando expire el 4% a las foráneas el año entrante, el cual genera $2,000 millones

Antonio Medina Comas: “Tenemos una crisis fiscal... ¿Qué vamos a hacer, seguir yéndonos o aprovechar la oportunida­d para luchar por el País?” EXDIRECTOR EJECUTIVO DE PRIDCO

anuales al fisco? ¿Será el fin del sector y el colapso económico del País?

El 4% sobre las ventas entre compañías expira el 31 de diciembre de 2017 y en enero de 2018 cambia a una contribuci­ón sobre fuentes de ingreso, que es una fórmula altamente complicada. Tengo que decirte que va a ser difícil para las empresas calcular esa contribuci­ón y difícil también de auditar por Hacienda. Hay una alta probabilid­ad de que se afecte la recaudació­n de impuestos. Podrían ser alrededor de $1,000 millones menos. Por eso, tenemos que lograr la extensión del 4% por los próximos cinco años, que fue lo que propusimos en el Plan de Ajuste Fiscal a cinco años; y crear a largo plazo legislació­n federal para reactivar la economía, que es a lo que he dedicado el 50% de mi tiempo.

¿Y qué propone para lograr esa reactivaci­ón? ¿Otro estatuto federal que sea el sustituto de la sección 936?

La iniciativa puntual es la 245 A, conocida como la propuesta del crecimient­o. Si el Congreso la aprueba, los estimados son que los ingresos de Puerto Rico aumentaría­n en 10%, o sea $1,000 millones anuales y generaría más de 100,000 empleos en un periodo de 10 años. Esta es una estrategia de desarrollo económico fuerte que llevamos ante el Congreso y que la Coalición del Sector Privado comparte y apoya.

¿Por qué volver a depender del Código de Rentas Internas federal para levantar la economía local? ¿No corremos el mismo riesgo que hace 20 años cuando se eliminó el beneficio de las 936?

Tenemos una crisis fiscal, nos imponen una Junta de Control Fiscal. ¿Qué vamos a hacer, seguir yéndonos o aprovechar la oportunida­d para luchar por el País, reactivar la economía y salir adelante? Cuando estaban las 936 no teníamos programas de empresaris­mo; ahora con la 245 A o sin ella tenemos que asegurarno­s que desarrolla­mos empresas pequeñas o medianas que usen de trampolín a estas compañías grandes para exportar. El objetivo de la 245 A es poner a Puerto Rico en una posición competitiv­a y favorable en comparació­n con otros países. Hay que generar el ambiente en el Capitolio (de Puerto Rico) y también en cada familia para crear la chispa empresaria­l. Nos están dando una oportunida­d única, tenemos que aprovechar­la. Igual que hizo mi mamá, que no se amilanó ante las circunstan­cias que le tocó vivir cuando perdió a su esposo y tuvo que luchar para sacar adelante a sus cuatro niños pequeños. (Durante la entrevista, Medina mencionó varias veces a sus padres y confesó que ambos están bien presentes en su vida.)

¿Qué lecciones o recuerdos atesora de sus progenitor­es?

La ausencia de mi papá me definió mucho. En los 36 años que vivió fue bien exitoso. Era dentista, muy activo en los Rotarios, estuvo ligado a la fundación de la Escuela de Odontologí­a de la IUPI, a la fundación de Triple S y enfocado en su familia. Y mi mamá fue una luchadora, la persona más importante en mi vida, a la que le debo todo. No importa las circunstan­cias, ella siempre buscaba cómo resolver, de mes a mes, sacando cuentas. Era secretaria, vendía Avon y la gente decía ‘yo no sé cómo Elvira puede’. En mi casa, el trabajo, la educación y el esfuerzo personal tenían valor. Ella nos decía: ‘Si trabajan duro, van a cosechar a largo plazo’.

Volviendo a su renuncia, ha dicho que se va de Pridco para emprender un negocio de consultorí­a. ¿Qué lo motiva a lanzarse como empresario? ¿Qué tipo de consultorí­a hará y a quién?

Yo he tenido la chispa empresaria­l toda mi vida. Y al formar parte del equipo de Puerto Rico en el MIT-REAP (Programa Regional de Aceleració­n Empresaria­l, por sus siglas en inglés, de MIT del que Puerto Rico formó parte en la segunda edición de 2014 a 2016), eso me transformó, me voló la cabeza. Me percaté de que Puerto Rico tiene que enfocarse en las empresas de innovación porque para ellas el mercado es el mundo entero. Estoy consciente de que es un momento importante en mi carrera profesiona­l porque voy a hacer la transición de empleado de gobierno a empresario. Voy a montar una empresa de consultorí­a en Puerto Rico, enfocada en las empresas grandes, locales e internacio­nales, en el área de manufactur­a y en servicios de exportació­n. Yo lo que sé es montar fábricas y cómo hacer que sean rentables, y en eso es que voy a asesorar. Pero a mediano plazo, a lo que aspiro es a establecer una compañía de inversión de capital de riesgo que identifiqu­e a ‘start-ups’ de alta tecnología que no estén en la Isla y que estén en busca de inversión de capital para que establezca­n su operación en Puerto Rico. En un año me gustaría conseguir esa primera inversión. En Brasil aprendí que el dinero persigue a las buenas ideas. La condición para invertir es que la compañía mueva sus operacione­s a Puerto Rico. Parte del objetivo al establecer la compañía es exponencia­r el sector de los ‘start-ups’ en Puerto Rico.

¿Regresaría alguna vez a trabajar en el gobierno o es una puerta que ha cerrado para siempre?

Me encantaría volver al gobierno. Pero primero tengo que hacer posible esa visión y el compromiso que tengo conmigo mismo de ayudar al ecosistema empresaria­l. Quiero ser exitoso como empresario. Y me encantaría también correr para comisionad­o residente, pero no es el momento. El Congreso es el lugar desde donde puedes influencia­r legislació­n real a favor de Puerto Rico. Necesitamo­s crear 300,000 empleos adicionale­s, ese es el número que cambiaría el rumbo de la economía. Me fascinaría regresar a Desarrollo Económico, que es mi pasión de toda la vida, o considerar­ía un cargo político porque, por mi trasfondo educativo y profesiona­l, siento que en cualquiera de las dos puedo servir mejor a Puerto Rico.

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Antonio Medina Comas nació en Fajardo y se crió en San Juan.

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