“Me tocó un pareo del diablo”
El medallista de plata en Londres, y abanderado de estos Juegos, no obtuvo triunfos en Río
RÍO DE JANEIRO. - Que la tristeza no robe la alegría.
Esa fue la actitud que asumió ayer el luchador Jaime Espinal luego de quedar eliminado en un combate de ronda de repechaje en el que buscaba el pase a un pleito para disputar la medalla de bronce de los 86 kilogramos.
Espinal comenzó la jornada de ayer con la opción de convertirse en el primer atleta boricua en ser doble medallista olímpico en la historia.
“Estas son unas Olimpiadas bien especiales. Londres pasó desde Culson hacia mí. Desde Culson en adelante fue que todo el mundo, como que hizo ‘¡fuaaaa!, ¡las Olimpiadas!’ Pero en estas desde el principio fue así (especial), así que eso da una alegría inmensa que ya el pueblo está reconociendo todo el sacrificio que nosotros tenemos y eso a mí me hace más feliz que si hubiera ganado una medalla”, dijo el abanderado de la delegación boricua ayer al cierre de su participación y en la que se despidió siendo uno de los mejores ocho al final del evento, aunque se fue sin triunfos en dos combates.
La eliminación llegó en la tarde cuando perdió por 6-4 ante el cubano Reineris Salas Pérez en ronda de repechaje, a la que ambos llegaron por haber sido víctimas del turco Selim Yasar, eventual medallista de plata de la división, que fue ganada por el ruso Abdulrashid Sadulaev.
Sadulaev se llevó el oro sobre Yasar por final 5-0, y J’den Cox de Estados Unidos cargó con la de bronce al vencer a Salas Pérez por 3-1.
Espinal cayó ante Yasar por 5-2 en primera ronda y Pérez por la misma diferencia en la segunda ronda.
En ambos combates Espinal intentó contener a sus rivales en el primer asalto para guardar su fuerza para dar sus mejores ataques en el segundo. Pero en ambos confrontó dificultad para lograr amenazas consistentes, aunque ante Salas Pérez sí logró realizar una semi-suplex que le ganó cuatro puntos. No obstante, cayó vencido. Mientras, ante Yasar, en horas de la mañana sucumbió por no ser capaz de lograr agarrar bien a su rival, quien en contraposición lo volteó dos veces boca bajo contra el tapiz.
Concluida la acción, Espinal mencionó que ambas peleas fueron duras, pero la segunda aun más intensa.
“Quería ganarle muuucho (a Salaz Pérez). Más que por lo que significa para el País, porque sentía que ya era hora. Me ha ganado muchas veces. Cada vez estoy más cerca pero son cosas que pasan. Hoy le tocó a él”, indicó sobre el cubano que ahora posee récord de 4-0 frente a él y quien logró ayer un punto por amonestación a Espinal por alegadamente no ser combativo durante un periodo del primer asalto, otros cuatro puntos por virar dos veces al boricua y el sexto por Espinal salir del tapiz en una movida con la que buscó escapar de peores consecuencias.
Y antes había dicho de su pelea ante Yasar, que le ganó con buena lucha en un combate en el que él también se desempeñó bien técnicamente, y en el que hizo “todo lo posible por ganar”.
“Lo di todo. Pero me tocó un pareo del diablo”, precisó sobre el turco.
Espinal no excusó sus derrotas. Sí dijo que luchó con limitaciones en la rodilla pero aseguró que la molestia que tiene no le costó puntos en ninguno de los dos combates, ni le limitó a hacer su plan de pelea. Tampoco buscó escudarse en que Salas Pérez fue más pesado y fuerte que él porque subió algunas 15 libras luego de pesarse el día antes. Sencillamente reconoció que la competencia estaba fuerte y existía potencial de triunfo y derrota para cada luchador en cada combate. “Busqué tirarlo. Definitivamente no es como yo quería terminar, pero pues, satisfecho. Lo di todo”, apuntó con resignación. RECONOCE SU POSICIÓN. Y acto seguido reconoció que nunca ha sido el mejor peleador de su categoría a nivel mundial, ni tampoco se ha creído serlo. “Siempre desde el principio dije que eso (la medalla de plata lograda en Londres 2012) fue gracias a Dios, y que gracias a mi trabajo es que esas cosas pasan”, precisó. “A veces uno
“Yo lucho para traer alegría al pueblo así que a mí no me presionan nunca las medallas” JAIME ESPINAL
está arriba y a veces está abajo. Después de ahí fui a los Centroamericanos y logré bronce. Entonces alguien que piense que soy el mejor va a decir, ‘pero ven acá, tu vienes de una plata olímpica a un bronce en Centroamérica nada más’. Pero ya ustedes ven. El venezolano está aquí, el cubano está aquí y todos estamos entre los mejores ocho. Es que el nivel está duro en América también”.
“Entonces yo estaba claro. Llevo mucho tiempo en el deporte. Yo lucho para Dios. Yo lucho para traer alegría al pueblo así que a mí no me presionan nunca las medallas. Claro que me gustaría traerlas porque yo sé que mientras más medallas tenga y más logros tenga pues más voy a poder impactar a la gente. (Por eso estoy) un poquito triste, pero al final estoy ‘backeado’ por Dios así que Él sabrá cuál es el plan que tiene conmigo”.
Espinal no adelantó qué vislumbra hacia su futuro. Siempre queda la posibilidad de volver a competir en otro ciclo para intentar regresar a unas terceras Olimpiadas. OTRO CAMINAR. Pero igualmente en su panorama podrían surgir lucrativas oportunidades profesionales en la lucha libre de entretenimiento o en las artes marciales mixtas. Pero Espinal dijo que antes de hablar del futuro seguirá viviendo la fiesta olímpica y respaldando a su ‘hermano’ Franklin Gómez cuando salga a combatir hoy en la última presentación de un boricua en este territorio.