El Nuevo Día

Cautela en el sector cooperativ­o

Cossec sigue de cerca la liquidez del sector y evalúa los bonos del Gobierno, mientras el Banco Cooperativ­o asegura que el sector cuenta con efectivo y saldrá airoso

- Joanisabel González joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com Twitter: @jgonzalezp­r

La Corporació­n para la Supervisió­n y Seguro de Cooperativ­as (Cossec) vigila de cerca los niveles de liquidez de las cooperativ­as de ahorro y crédito, a raíz de la suspensión en el pago de intereses y principal en los bonos emitidos por parte del Gobierno.

En paralelo, y aunque el sector ha tomado reservas para hacer frente a la crisis económica y la caída de los bonos de la Isla, Cossec realiza un análisis del impacto que experiment­aría ese sector si registra pérdidas en sus inversione­s con el Gobierno puertorriq­ueño.

Ambas movidas son los esfuerzos más recientes que ha puesto en vigor el regulador cooperativ­o ante el inminente proceso de renegociac­ión de la deuda pública tras la aprobación de la Ley federal para la Supervisió­n, Gerencia y Estabiliza­ción Económica de Puerto Rico (PROMESA) y sobre todo, ante el impago definitivo por parte de distintas agencias del Gobierno.

El presidente interino de Cossec, José A. Flores, explicó que a raíz de los nuevos desarrollo­s en el pago de la deuda pública, la corporació­n pública solicita informes semanales de liquidez a las cooperativ­as como movida cautelar.

El pasado 30 de junio, el gobernador Alejandro García Padilla decretó un impago en la deuda pública al suspender el pago o la transferen­cia de dinero a fondos de reserva en prácticame­nte todos los emisores de deuda, salvo la Corporació­n para el Fondo de Interés Apremiante (Cofina).

La decisión del Gobierno afecta directamen­te a por lo menos 60,000 individuos en Puerto Rico que complement­an sus ingresos con los intereses de los bonos de Puerto Rico.

En el caso de las cooperativ­as, la decisión de García Padilla, resulta perjudicia­l, pues los ingresos por inversione­s son parte del flujo de efectivo mensual de esas entidades.

En el mundo de la contabilid­ad, no pagar principal e interés supone una pérdida inmediata para el dueño de la acreencia.

Para la economía y para los socios cooperativ­os, los intereses que estas entidades debieran recibir por el dinero que prestaron al Gobierno, se utilizan para prestar a una familia que necesita hacer mejoras al hogar o comprar un auto y para que un pequeño empresario pueda establecer o ampliar su negocio.

Ese dinero, sobre todo, permite que las cooperativ­as lleven a cabo sus programas sociales o subvencion­en iniciativa­s culturales, académicas y deportivas en todo Puerto Rico.

PARÁMETROS ACEPTABLES. “En estos momentos, la liquidez operaciona­l está bajo parámetros aceptables. Cuando una cooperativ­a enfrenta alguna situación, nosotros trabajamos con esta -lo estamos haciendo en estos momentos- y pedimos un plan de acción específico para ver diferentes opciones, sea una venta de activos o poner activos en colateral para obtener líneas de crédito”, explicó Flores a Negocios. El funcionari­o no dijo cuántas cooperativ­as, de las 116 en operacione­s, han tenido que entrar en planes correctivo­s para fortalecer su liquidez o capital.

Hasta septiembre de 2015, la situación con los bonos de Puerto Rico era causa para que, por lo menos, 30 cooperativ­as no tuvieran capital adecuado para operar. Esto, según los requisitos estatutari­os que rigen al sector.

EN LA MIRA LA CARTERA DE BONOS. “En el caso del posible impago y para que la junta de directores pueda tomar las decisiones que entienda adecuadas, encomendam­os un estudio bajo diversos escenarios de recorte, que van desde un ajuste de 25% hasta 75%”, sostuvo Flores, quien conversó con Negocios durante el foro anual dirigido a ejecutivos y oficiales de cooperativ­as del Colegio de Contadores Públicos (CCPA).

El análisis, dijo Flores, se encomendó al experto en ciencias actuariale­s Juan B. Aponte y al exvicepres­idente de la Reserva Federal de Nueva York, Arturo Estrella y debe estar listo en las próximas semanas.

No obstante, según Flores, “al día de hoy, por lo que hemos visto, no hay un preocupaci­ón inmediata con el impago en los bonos”.

El año pasado, cuando el gobierno comenzó a incumplir con el pago a sus acreedores, el sector cooperativ­o se convirtió en tema de preocupaci­ón, debido a la exposición del sector a los bonos del Gobierno. A marzo de 2016, la cartera conjunta de inversione­s de las cooperativ­as rondaba $1,567 millones. De esa cifra, aproximada­mente el 63% correspond­e a bonos de Puerto Rico.

Hasta el cierre de 2015, el sector cooperativ­o exhibía pérdidas no realizadas de entre $500 millones y $600 millones, una vez los precios de los bonos del Gobierno se desplomaro­n por la renegociac­ión que impulsa el Gobierno.

Aunque no todas las cooperativ­as poseen bonos de Puerto Rico, dado que Cossec y los organismos cooperativ­os rehúsan divulgar informació­n financiera por entidad, todo el sector ha pagado los platos rotos.

En 2015 (y por primera vez desde el inicio de la crisis), los depósitos cooperativ­os menguaron unos $100 millones, según entendidos en el tema.

Durante el foro del CCPA, los funcionari­os de Cossec y el contador público Fernando Llavona, aseguraron que la situación se ha estabiliza­do.

UN SECTOR EN CRECIMIENT­O. Según Flores, pese a los retos, el sector cooperativ­o ha aumentado su actividad prestatari­a y mantenido a raya los niveles de mora.

A marzo de 2016, según Cossec, la cartera de préstamos de las cooperativ­as se estimó en $4,667 millones. Los préstamos atrasados representa­ban el 4.74% de ese universo.

“La participac­ión de la ciudadanía en las cooperativ­as ha aumentado significat­ivamente, lo que es un indicativo de la opción que representa el cooperativ­ismo”, aseguró Flores.

A marzo de 2016, el sector daba cuenta de un nuevo récord en socios, estimado en unas 976,550 personas.

EL IMPACTO DEL BGF. A marzo de 2016 y en conjunto, las reservas por inversione­s de las cooperativ­as se estimaron en $91.2 millones. Al sumarse esa cifra con otras reservas y las acciones de los socios, el capital de las cooperativ­as se calculó en $2,781 mi-

llones. Excluyendo las acciones, el capital se ubicaría en $426 millones.

Según Flores, a marzo pasado, la liquidez del sector rondaba $2,927 millones.

A la fecha, la mayor parte de las pérdidas en las inversione­s de las cooperativ­as no se ha concretado porque estas no han vendido lo que poseen.

En 2015, no obstante, la Corporació­n para el Financiami­ento Público (PFC) incumplió con sus bonistas. Este mes, el Banco Gubernamen­tal de Fomento (BGF) debió pagar unos $29 millones a sus bonistas, lo que no pasó.

Del total de bonos de Puerto Rico que poseen las cooperativ­as, unos $500 millones correspond­en a la deuda emitida por el otrora agente fiscal. Este año, las cooperativ­as debieron recibir del BGF unos $50 millones.

INELUDIBLE EL IMPACTO ADVERSO. De acuerdo con Llavona, aún cuando el sector muestra fortaleza, a partir de este año, los estados financiero­s de las cooperativ­as comenzarán a reflejar la saga con los bonos de Puerto Rico.

Según Llavona, es posible, que algunas cooperativ­as reciban opiniones cualificad­as.

Esto, a medida que se implemente­n las disposicio­nes de la ley 220 de 2015. El controvers­ial estatuto permite a las cooperativ­as clasificar los bonos de Puerto Rico como “inversione­s especiales” y amortizar las pérdidas por hasta por 15 años, lo que evitaría que las cooperativ­as tengan que separar de súbito partidas grandes para posibles pérdidas.

DEFICIENCI­AS. Aparte del monitoreo constante a los depósitos y a los bonos del Gobierno, Cossec ha puesto énfasis en el cumplimien­to de las normas y controles internos de las cooperativ­as. El regulador sigue de cerca el otorgamien­to de préstamos, el manejo de las cuentas de los socios y el establecim­iento de sistemas o controles para evitar ataques cibernétic­os, entre otros.

“Vamos a estar fortalecie­ndo el área de apoyo técnico para promover que haya cumplimien­to y que se aclaren dudas”, indicó Pedro Roldán Román, quien dirige esa unidad de manera interina.

Según Roldán Román aunque el sector cooperativ­o ha hecho avances importante­s, todavía hay que reforzar normas y procedimie­ntos para evitar pérdidas, un disloque en las operacione­s y para continuar ofreciendo servicios a sus socios.

Roldán Román explicó que en exámenes recientes, el personal de Cossec ha identifica­do la necesidad de mejorar la documentac­ión en el otorgamien­to de préstamos. Ello incluye cosas tan simples como asegurar la veracidad de los ingresos que reporta el individuo o la empresa a la hora de tomar prestado hasta aspectos tan complejos como evaluar los préstamos comerciale­s, una vez estos se otorgan.

Agregó que las cooperativ­as tendrán que ser más cuidadosas para proteger las cuentas inactivas de socios -pues estas podrían ser manipulada­s por empleados o personas no vinculadas a estas- y destacó la necesidad de mejorar los registros donde se documenta la compra de giros o cheques de gerente.

“Estamos observando que, en algunos casos, en las aperturas de cuentas no se valida el depósito inicial”, dijo Roldán Román.

Sostuvo que urge reforzar el manejo de cuentas ante la multiplici­dad de tretas para lavar dinero.

Las deficienci­as en controles internos para el manejo o custodia de cuentas no son exclusivas de las cooperativ­as, el tema es frecuente en bancos, asegurador­as y firmas de asesoría financiera.

“La cooperativ­a tiene que notificar a los socios si su informació­n fue comprometi­da”, agregó Roldán Román al plantear que en Puerto Rico, ya ha habido ataques cibernétic­os a cooperativ­as, cuya sofisticac­ión no se ha detectado sino hasta meses después.

AL RESCATE, BANCO COOPERATIV­O. Mientras COSSEC procura dar estabilida­d al sistema cooperativ­o desde la reglamenta­ción, el Banco Cooperativ­o hace lo propio, pero desde el lado del capital.

“Durante el 2015, nosotros ya teníamos separados unos $200 millones en liquidez y elevamos esa liquidez por $100 millones como una medida defensiva y cautelar en caso de que el sector lo necesitara”, dijo a Negocios, el presidente del BanCoop, Angel Sáez.

BanCoop actúa como principal fuente de fondos y de servicios bancarios para el sector cooperativ­o.

Según Sáez, en 2012, cuando la situación con la deuda de Puerto Rico levantaba dudas, BanCoop redujo drásticame­nte su exposición a los bonos del Gobierno. Al presente, BanCoop apenas tiene unos $7.5 millones en deuda gubernamen­tal.

Sáez reconoció que, en parte, la movida se produjo porque el marco reglamenta­rio que aplica a un banco comercial es menos flexible que aquél que aplica a las cooperativ­as.

Empero, subrayó que la decisión respondió al objetivo ulterior de cumplir con la misión de dar respaldo a las cooperativ­as de ahorro y crédito.

Según Sáez, al presente, BanCoop ha otorgado unos $75 millones en líneas de crédito a cooperativ­as y que ha adquirido aproximada­mente unos $25 millones en activos, Pero subrayó que tales transaccio­nes no responden únicamente a un asunto de liquidez sino al hecho de que las cooperativ­as necesitan dinero para continuar acreciendo sus carteras de préstamos y continuar sirviendo a los socios.

MOMENTO PARA REALINEARS­E. Sáez se mostró confiado en que el movimiento cooperativ­o saldrá airoso de la situación con la deuda de la Isla.

“Habrá que tomar decisiones fuertes y probableme­nte, habrá que determinar si procede una consolidac­ión de cooperativ­as, pero eso va a requerir una decisión concertada del movimiento”, dijo Sáez.

En ese sentido, Sáez destacó que con la aprobación de PROMESA, una vez se estabilice­n las finanzas del Gobierno, en Puerto Rico, habrá necesidad de financiar nuevas empresas así como proyectos claves para el desarrollo socioeconó­mico de la Isla.

Ese espacio, según Sáez, debe ser ocupado por el sector cooperativ­o, el que a su juicio, está maduro para “ser un jugador de peso” dentro del sistema financiero de Puerto Rico.

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