El Nuevo Día

Rubén Ríos pinta la esperanza y el duelo del mar

En sus obras abstractas el artista Rubén Ríos despliega el alucinante universo que habita en el fondo del mar La colección de piezas, “Oceanario Tropical”, busca conciencia­r acerca del peligro que corre el ecosistema sin perder la esperanza de que podemo

- Camile Roldán Soto camile.roldan@gfrmedia.com

Un derrame de petróleo es un evento de graves consecuenc­ias que a su paso arrasa con ecosistema­s esenciales para mantener el balance de la naturaleza. Vemos la imagen de la mancha negra en la pantalla del televisor o una foto y podemos quedar fácilmente asombrados, intranquil­os e incluso tristes porque sabemos toda la destrucció­n que esconde. ¿Qué hacemos después? Probableme­nte, olvidar.

Pero ese no fue el caso del artista Rubén Ríos. Imágenes y emociones se quedaron rondando.

“Me di a la tarea de pensar, porque los artistas tenemos que agarrarnos de algo para crear”, explicó.

Resultado de un proceso lento y muy bien pensado surgieron las piezas que forman “Oceanario Tropical”, que el artista exhibe en su Galería Rubén Ríos, en la calle Canals de Santurce.

“Estamos destacando el mar. Haciendo un grito de lo que es la problemáti­ca de los arrecifes en la cuenca del Caribe. Yo, como artista preocupado por la situación, estoy haciendo un llamado a que la gente tome conciencia”, detalló el pintor.

Siete años invirtió en las obras abstractas, elaboradas en medio mixto utilizando madera, aluminio y acrílico. La primera, “Arrecife sonoro”, data incluso de un pasado remoto, el 2006.

Con dicha pieza, el artista procuró interpreta­r las latitudes y longitudes en las cuales se encuentran los arrecifes, en muchos casos deteriorad­os o hasta muertos debido no solamente a los desastres ambientale­s, sino a la huella humana.

Más adelante, Ríos decidió iniciar formalment­e el proceso de crear “Oceanario Tropical,” una exposición que marca sus 30 años en el mundo del arte. Decidió ir poco a poco, porque la complicada labor así lo ameritaba.

“Fui creando obras, viendo cómo podía darles esa fineza y ese colorido. A interpreta­r lo que sentía y encontrar el modo de poner a la gente a pensar, lograr que se identifica­ran. Eso conlleva trabajo y mucho pensamient­o”,

aseguró.

En algunas piezas, Ríos retrata en colores vibrantes la misteriosa vida marina en su estado ideal, sin las consecuenc­ias del daño al cual se expone constantem­ente. Otras son más realistas o pesimistas, aunque aún en aquellas donde el coral ha desapareci­do por completo el artista busca el modo de atisbar esperanza. Ejemplo de este acercamien­to es la pieza “Duelo del arrecife”, donde el lienzo totalmente oscuro resplandec­e gracias a una pieza de aluminio.

Observar y estudiar la naturaleza fue clave para Ríos en el proceso creativo. Así pudo referirse no solamente a los aspectos más evidentes del universo marino. También jugó con la intensidad de los azules, que se refieren a las profundida­des del mar. Y con los verdes, cuya presencia testimonia la cercanía con el mangle, tal como se aprecia en la obra “Reflejos del mangle”.

“Oceanario Coralino”, una obra de grandes proporcion­es (84 x 180), integra piezas de coral muerto que el artista encontró en la basura y decidió integrar a su propuesta porque “algo tenía que hacer con eso”.

La muestra también incluye tres esculturas en metal y una en madera, también alusivas al lecho marino. Específica­mente, las piezas son una interpreta­ción de los arrecifes artificial­es, incluyendo las barcazas hundidas.

Pero sin duda, la obra cumbre de la exposición es “Fósil del arrecife”, que despliega la evolución del ecosistema marino con toda su majestuosa belleza y variado colorido. Pero en el centro, a modo de recordator­io del ciclo de vida oculto en las profundida­des, Ríos colocó la vértebra de un pez muerto.

“Tengo la satisfacci­ón de que la obra está hecha y es un legado al país”, afirmó el pintor, quien mantendrá la muestra hasta principios del año que viene, para que pueda ser disfrutada por la mayor cantidad de personas.

“Mi mamá decía que nuestra casa era de todos. Y esta galería también es de todos”, aseguró el pintor quien este año celebra sus tres décadas de trayectori­a artística.

Rubén Ríos “Yo, como artista preocupado por la situación, estoy haciendo un llamado a que la gente tome conciencia”

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Con dimensione­s de 84 x 180, la pieza “Oceonario coralino” (2016) es la de mayor tamaño de la exhibición y, además, integra el elemento de los corales reales que el artista encontró en la basura.
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 ??  ?? En las piezas resalta el uso del aluminio como referencia a la luz que penetra al fondo del mar. La imagen muestra, de izq. a derecha, las obras “Matices del coral II”, “Arrecife luminiscen­te” y “Sinfonía del Coral II”.
En las piezas resalta el uso del aluminio como referencia a la luz que penetra al fondo del mar. La imagen muestra, de izq. a derecha, las obras “Matices del coral II”, “Arrecife luminiscen­te” y “Sinfonía del Coral II”.
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Las cuatro esculturas de la muestra son alusivas a los arrecifes artificial­es.

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