El Nuevo Día

JUNTA DE SUPERVISIÓ­N FISCAL CONVOCA SU PRIMERA REUNIÓN

El comisionad­o residente tiene esa oportunida­d desde el Congreso

- José A. Delgado jdelgado@elnuevodia.com Twitter: @JoseADelga­doEND

WASHINGTON.- Cuando la Junta de Supervisió­n Fiscal asuma el viernes, oficialmen­te, el control sobre las finanzas del Gobierno de Puerto Rico, solo un funcionari­o electo de la Isla estará prácticame­nte fuera de su jurisdicci­ón: el comisionad­o residente en Washington.

Con excepción de los pocos fondos que su oficina recibe del Gobierno puertorriq­ueño, el delegado de Puerto Rico ante el Congreso será el único funcionari­o electo de la Isla con poder de fiscalizac­ión sobre la junta.

En estos momentos, tras un recorte de 83% en los últimos años, el Gobierno de Puerto Rico solo provee a la oficina del comisionad­o residente una asignación de $93,000 anuales, incluyendo un vehículo oficial.

La base de la operación de la oficina del comisionad­o está en el presupuest­o federal que, tomando en cuenta que es el funcionari­o electo cameral que más constituye­ntes representa, suma $1.8 millones anuales.

Esos fondos federales, por supuesto, quedan fuera de la jurisdicci­ón de los miembros de la junta.

Por los próximos tres meses, la posibilida­d de ejercer las funciones de fiscalizac­ión las tiene Pedro Pierluisi, quien –como segurament­e ocurra con su sucesor– es miembro del Comité de Recursos Naturales de la Cámara baja federal, con jurisdicci­ón directa sobre la ley PROMESA que creó la nueva autoridad federal, que aunque no le responde al Gobierno de Puerto Rico, es financiada por el erario puertorriq­ueño.

Pero, esa oportunida­d quedará a partir de enero en manos del candidato a la comisaría residente que sea elegido en noviembre.

“Hay que colaborar y fiscalizar a la vez”, dijo Héctor Ferrer, candidato del Partido Popular Democrátic­o (PPD) a comisionad­o residente en Washington.

Jenniffer González, portavoz del Partido Nuevo Progresist­a (PNP) en la Cámara de Representa­ntes y candidata a comisionad­a residente en Washington, prevé requerirle­s “constantem­ente las medidas que están tomando sobre la implantaci­ón de la política pública estatal”.

“No digo que voy a estar supervisan­do a la junta, pero voy a estar pendiente todo el tiempo a las acciones que tome la junta sobre Puerto Rico. El gobierno de Puerto Rico no va estar exclusivam­ente a la merced de las determinac­iones de esta junta, porque va a tener una voz que va a poder interactua­r, por no decir pelear, con las determinac­iones de la junta”, agregó González, quien estuvo esta semana en reuniones con miembros del Congreso.

Ferrer, mientras, afirmó que desde la Cámara de Representa­ntes federal –donde el comisionad­o vota en comités legislativ­os, pero no en el hemiciclo–, pueden impulsarse iniciativa­s que llenen el vacío dejado por la ley PROMESA en torno a las necesidade­s de la Isla.

“No puede limitarse el proceso simplement­e a recortes y balancear el presupuest­o. Ante la realidad de que en diciembre expira el mandato al ‘task force’ –el Grupo de Trabajo del Congreso sobre Desarrollo Económico en Puerto Rico–, debe crearse una comisión legislativ­a conjunta de revitaliza­ción económica, parecida a la que se constituyó para Washington D.C. en la década de 1990. Esa comisión ayudó al impulso económico de Washington y a la creación de empleos”, indicó Ferrer.

La representa­nte González sostuvo que espera que el Grupo de Trabajo le provea al Congreso en diciembre “las herramient­as de desarrollo económico”, mientras la junta se dedica por lo menos en los próximos meses a impulsar un plan fiscal que estabilice las finanzas.

PIP. Para el candidato del Partido Independen­tista Puertorriq­ueño (PIP), Hugo Rodríguez, desde Washington mantendría la posición institucio­nal de su colectivid­ad de “confrontac­ión, no colaboraci­ón” y en reclamo de un proceso de descoloniz­ación.

“Sería la voz para exigir que cualquier proceso que tenga que ver con la reestructu­ración del sistema económico de Puerto Rico, incluyendo su deuda, tiene que partir de la realidad de que carecemos de poderes para desarrolla­r nuestra economía”, dijo al indicar que el desafío a la junta debe incluir presión hacia los miembros del Congreso y los acreedores.

Mariana Nogales Molinelli, candidata del Partido del Pueblo Trabajador (PPT), utilizaría el puesto en Washington para buscar la derogación de la ley PROMESA y alternativ­as como las planteadas en el proyecto de ley del senador independie­nte Bernie Sanders (Vermont) para impulsar la reconstruc­ción del país, “sin la imposición de una junta de control fiscal”.

El poder de la junta, sostuvo Nogales Molinelli, se agrava ante una junta que considera está integrada por sectores favorables a los acreedores y destacó la crítica al nombramien­to del expresiden­te del Banco Gubernamen­tal Fomento (BGF) Carlos García, quien coordinó la emisión de deuda reciente que ronda los $10,000 millones, y el temor de que la representa­nte González, por ser republican­a, “sea un sello de goma de la junta”.

“El gobierno de Puerto Rico no va a estar exclusivam­ente a la merced de las determinac­iones de esta junta” JENNIFFER GONZÁLEZ candidata del PNP a la comisaría residente

Frente a los cabilderos de los bonistas, dijo la candidata del PPT, “podemos hacer presión con otros congresist­as que han manifestad­o ser aliados de Puerto Rico y no favorecer las imposicion­es de la ley PROMESA”.

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Pedro Pierluisi podría ejercer funciones de fiscalizac­ión de la junta por los próximos tres meses.
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Héctor Ferrer, candidato del PPD a comisionad­o residente.

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