Educación para tod@s
Apesar de que la Constitución garantiza la enseñanza gratuita en los niveles primario y secundario, el desamparo del que ha sido víctima nuestro sistema educativo público ha provocado que muchas familias, aún al precio de grandes sacrificios, opten por pagar escuelas privadas para sus hij@s.
El punto de partida para que las escuelas del Estado sean una alternativa óptima es una reformulación completa del Departamento de Educación que debe ir por dos vías. La primera es una reestructuración administrativa que erradique el partidismo y que haga posible lo que hoy son metas inalcanzables: maestras nombradas a tiempo, salones con libros y materiales, disponibilidad de servicios para niñ@s de educación especial, como equipo asistivo, intérpretes para sord@s y terapistas.
La segunda vía es un proyecto educativo que lleve el cambio al salón de clases, donde hoy las maestras tienen que regirse por instrumentos como “mapas curriculares” y pruebas estandarizadas que no reconocen que el proceso de aprendizaje es individual y diverso. Para ello hay que dotar de autonomía genuina a las escuelas y valorizar el magisterio con un salario digno y condiciones adecuadas de trabajo y desarrollo profesional.
Para alcanzar la aspiración de educación postsecundaria y de centros preescolares gratuitos es imprescindible generar los recursos que nos niega un sistema de inferioridad política diseñado para empobrecer a nuestro país.
Son los recursos que necesitamos para auxiliar también al 70% de nuestros universitarios, los que asisten a instituciones privadas, entre los cuales hay cada vez más jefas de familias, y que precisan de préstamos sin intereses, becas por mérito, programas de estudio y trabajo para alcanzar su grado.