PERROS QUE SE PORTAN MAL
Cómo abordar el comportamiento
Durante las vacaciones muchas personas se relajan más de lo usual. Aun para aquellas que no tienen que llevar hijos a la escuela, el simple hecho de que les toma menos tiempo llegar al trabajo en las mañanas, gracias a que no hay clases, les hace sentir que el tiempo les sobra.
Es en ese momento donde muchos deciden que van a comprar o adoptar un perrito. Esto suele suceder en verano y navidades y es más común en familias donde hay hijos pequeños.
Luego comienza la rutina regular, trabajo y escuela y para el mes de septiembre comienzan a preguntarse por qué su perro, que era tan bueno, se está portando tan mal. Ahora ladra como un loco, muerde todo y no se está quieto.
A veces, por más brillante que sea una persona, se le hace un poco difícil entender ese comportamiento. Pensamos en los perros como estos seres de cuatro patas que con comer, dormir, jugar un ratito y recibir un poco de cariño al día es suficiente.
Los perros pueden ser seres un poco más sencillos que nosotros los humanos en algunos aspectos: no es obligatorio estudiar, pueden comer cosas del piso y nadie los regaña, pueden dormir todo el día si así lo desean y todo el mundo se alegra por ellos, y así podría seguir con los ejemplos.
Pero en lo que sí somos parecidos es que somos seres que apreciamos tener una rutina y los cambios, muchas veces nos traen inseguridades.
Si el perro pudiera hablar estoy segura que se estaría preguntando: “¿Por qué mi amo se está portando tan mal de un tiempo para acá? Me saca menos a pasear y llega tarde todos los días. No quiere jugar conmigo pero cuando juego con sus zapatos o le ladro a otro perro me regaña. ¡No entiendo! ¿Tendrá otro perro?”.