ROPA HECHA A LA MEDIDA
Morton & Bedford llega Puerto Rico
Si existe una actividad que muchos hombres detestan, esa es la de ir de compras. Identificar las piezas que buscan, de entre una pila de ropa, y luego medírselas es para la mayoría de ellos una tortura que podría convertirse en una pesadilla si además tienen que llevarlas a una costurera o un sastre que se las ajuste.
Para estos caballeros, lo ideal sería que esa gestión no les tomara demasiado tiempo, o mejor aún, que alguien fuera unos minutos a su lugar de trabajo, le tomara medidas y le enviara las prendas necesarias a su hogar.
Esa diligencia es precisamente la que realiza la empresa de ropa masculina con base en Colombia, Morton & Bedford, que hace apenas unas semanas hizo su entrada a Puerto Rico, a través del programa de aceleración de compañías emergentes Parallel18.
“Yo era como el tipo de cliente que trabajamos hoy día. Trabajaba en el mundo financiero, donde es muy importante vestirse bien. Ganaba un buen salario, pero no tenía tiempo para ir de compras y las tallas en las tiendas no me quedaban bien”, expresa Jeff Thelen, fundador de la firma, cuyo nombre está inspirado en la esquina donde el empresario de 35 años vivía cuando estudiaba finanzas en Nueva York.
Explicó que estableció su empresa en Colombia debido a la calidad de sus textiles y porque identificó en el país suramericano una necesidad similar a la suya en el mercado de ropa para hombres.
“Me sorprendió que en un país como Colombia, que tiene un muy buen sector de textiles, todo el mundo esperaba su próximo viaje a Nueva York o a Miami para comprar toda su ropa. Yo soy de los que piensa que si estoy en Nueva York o en Miami hay como mil cosas más divertidas que hacer que comprar ropa. Pensé que había que buscar una mejor manera de hacer eso, como confeccionarlo localmente, pero usando muy buenos insumos y buscar proveedores. Entonces, me di cuenta de que hay unos sastres que pasan por las oficinas de Nueva York para los abogados y financieros, y pensé que eso podía funcionar muy bien en Colombia para resolver el problema”, detalla sobre la compañía que ya tiene dos años de creada.
“Hablando con amigos de mi maestría en Sudáfrica o Líbano o en cualquier parte del mundo, ellos decían: 'si esta compañía estuviera acá yo compraría también'”, añade. Pero Morton & Bedford no es una como una tienda cualquiera. Lejos de tener un establecimiento con un inventario, la compañía se distingue por la confección de piezas a la medida y el trato personal con el cliente, al que llegan primero a través de las redes sociales.
“El cliente se inscribe en nuestra página y nosotros lo contactamos. Depende del país el medio por el cual lo contactamos. Le explicamos cómo funciona y programamos una cita. En la cita le tomamos las medidas, lo aconsejamos. Luego de esto, la información se sube a una plataforma. Eso llega a Colombia, donde se fabrica la pieza. Allí pasa por unos estándares de calidad y luego en tres semanas llega a Puerto Rico”, indica por su parte María Camila, asesora de Morton & Bedford.
El método por el cual se genera la comunicación dependerá de la cultura y comportamiento de los clientes en esa ciudad.
“Por ejemplo, en Nueva York y Chicago, las personas prefieren el contacto por email 100 por ciento. En Colombia, llamamos a todos los clientes porque no contestan tanto el email y acá ha sido como una mezcla entre emails y mensajes de texto. Creo que es lo mejor que funciona porque con las llamadas, creo que estamos interrumpiendo a las personas en muchas ocasiones”, afirma Thelen, natural del estado de Michigan.
En esa entrevista, además de tomarle las medidas, se les pregunta su edad, tipo de trabajo que realiza, cómo se viste usualmente y cuál es su camisa favorita. También se les presenta un muestrario de telas para que sus potenciales compradores elijan sus favoritas. De esa manera, pueden determinar las piezas a ofrecerle a base de sus gustos y necesidades. Dentro de su servicio personalizado, los clientes también pueden consultar a las asesoras si tienen dudas sobre cómo combinar sus piezas.
“Lo que hacemos básicamente es entender quién es el cliente, qué está buscando y cuál es su estilo”, sostiene Thelen, quien ve en Puerto Rico un puente para poder entrar de lleno en el mercado estadounidense.
Aunque en esta etapa su oferta se limita a camisas, el plan de la empresa es ampliarla a pantalones, chaquetas y trajes de baño, entre otras prendas que identifiquen que serán bien acogidas entre sus clientes.