Una política energética al timón
La Junta de Supervisión Fiscal ya es una realidad. De nada vale luchar contra ella, sino defender los mejores intereses del Pueblo de Puerto Rico ante ella. Hoy más que nunca nos corresponde a todos los puertorriqueños y residentes en la Isla aportar nuestro conocimiento, experiencia y capacidades, sin importar ideologías, ni que medien intereses o agendas personales.
Ante la crisis fiscal que vivimos, y de cara al ciclo que inicia que sin duda conllevará recortes de presupuesto en muchos renglones del gobierno, tenemos ante nosotros el reto de identificar las opciones para preservar la calidad de los servicios a la ciudadanía y velar por la seguridad de todos. Ambos deben ser asuntos prioritarios.
La Propuesta de Desarrollo Económico para Puerto Rico que presentó el Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico (CIAPR) a los candidatos a la gobernación y a la Junta de Supervisión Fiscal, es un claro ejemplo de lo que puede lograrse con unidad de propósito. Agrimensores e ingenieros de diversas especialidades, trabajamos mano a mano en la elaboración de recomendaciones estratégicas para la Isla, sensatas y responsables en las áreas de energía, agua, ambiente, cambio climático, carreteras, transportación, planificación, permisos y telecomunicaciones.
Una de las áreas de mayor oportunidad es la de energía. Puerto Rico ha carecido de una planificación estratégica en este renglón, donde la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) ha quedado a merced de las malas decisiones de las administraciones de turno.
Las respuestas a los problemas de generación y distribución de energía están al alcance. Solo hay que analizar los estudios realizados por entidades externas competentes y los aciertos de otros países que han adoptado una Política Energética de reducir la dependencia de combustibles derivados del petróleo y diversificar a otras fuentes de energía. La opción de gas natural mediante gasoducto y la producción de energía nuclear, son dos opciones que ameritan una reflexión seria y profunda. Es momento de acabar con los mitos que ocasionan oposición infundada. Para ser exitosos tiene que haber valentía y apertura.
El reciente episodio de suspensión de energía en casi toda la Isla durante 36 horas puso en evidencia la necesidad de aumentar la confiabilidad y seguridad en los Sistemas de Generación, Transmisión y Distribución. El Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico recabó que la AEE realizara una investigación técnica, profunda y objetiva, en un tiempo razonable, y se ha unido a los trabajos de análisis de los hechos para identificar qué originó la situación, para evitar que vuelva a ocurrir.
Sin duda, la reducción en el costo de la energía y la eliminación del impuesto de negocio a negocio, serán factores claves para fomentar el desarrollo económico y empresarial, la solvencia del sector comercial y profesional, y un respiro para el ya maltrecho bolsillo del consumidor. Para lograrlo, urge una Política Energética que nos guíe durante al menos los próximos 20 años, no a cuatro años, y que más allá de eficiencia, promueva cultura en el uso de la energía, educación y participación ciudadana.
En fin, Puerto Rico debe encaminarse hacia una visión de proveer un servicio de energía confiable, eficiente, seguro y a un costo competitivo.
Es hora de vernos y actuar como un equipo; es hora de trabajar juntos por el Puerto Rico que todos queremos.