Ayuda tecnológica
Se estima que en los países de la Unión Europea hay 80 millones de personas con discapacidad, entre las cuales hay muchísimos adultos mayores con problemas de visión, audición, sordera y ceguera. En general, las nuevas tecnologías –internet, aplicaciones, páginas digitales– no consideran esas condiciones y esperan que los usuarios aprendan instantáneamente a navegar. Esa expectativa puede generar la exclusión de estas personas, discriminación y falta de oportunidades en áreas como salud, trabajo, movilidad y seguridad financiera. Reconociendo esa realidad, la Comisión Europea propuso en 2012 una directriz para mejorar el acceso a la información pública y los servicios que los gobiernos publican en páginas de internet y aplicaciones móviles. La propuesta fue aprobada hace unos días por el Parlamento Europeo y los países miembros deberán adoptarla en dos años. Entre las guías para mejorar el contenido digital están: traducir imágenes y sonidos en texto como alternativa para algunos públicos; asegurarse de que gráficas y texto son comprensibles aun si son en blanco y negro; asegurarse de que las tablas se pueden ver en diversas aplicaciones y equipos; garantizar que las personas pueden ver el contenido incluso con equipo que no está al día; y ofrecer herramientas para detener el movimiento de textos. La iniciativa no solo reconoce las necesidades de un grupo importante de la población, sino que obliga a los 28 países de la Unión Europea a tomar medidas sensibles y de inclusión a favor de esas personas. ¡Enhorabuena!