De plata BRILLANTE
Son las manos de los artesanos las que moldean cada creación de acuerdo a los diseños de Daniel Espinosa
SUS ESTRECHAS CALLES empedradas, sus edificaciones blancas con techos en tejas y el antiguo centro que alberga la hermosa iglesia de San Prisca hacen que el pueblo sea llamativo a la vista, pero es la calidad humana de su gente y el talento para trabajar la plata de manera artesanal lo que realmente termina de enamorar a los millones de turistas que visitan Taxco anualmente. En el centro de Taxco -ciudad denominada como “pueblo mágico” por la Secretaría de Turismo de México- se encuentran los talleres de Daniel Espinosa Jewelry, la marca de joyería mexicana que ha sabido ganarse un lugar privilegiado en mercados tan distintos como el norteamericano, el latino, el caribeño y el europeo. Magacín fue la única publicación puertorriqueña en unirse a un grupo de periodistas y bloggers internacionales para descubrir el mundo de Daniel Espinosa desde su raíz. El encuentro fue en Ciudad de México y tras un recorrido de cuatro horas, llegamos al mirador que da la bienvenida a Taxco.
El taller de dos pisos está dividido en diversas áreas que incluyen el espacio en el que se manipula la plata a puro fuego para mezclarla con cobre para hacerla más maleable. La ecuación final es un 92.5% de plata y un 7.5% de níquel. Entonces, son las manos de los artesanos las que moldean cada creación, de acuerdo a los diseños de Espinosa. Vimos cómo se hacían los cubos en plata que han caracterizado la línea desde sus comienzos en 1998. También observamos cómo se pule la plata. Aunque todas las colecciones se hacen para la distribución mundial, Espinosa cuida que para cada mercado se hagan los ajustes necesarios para que sean del agrado de la mujer que allí los compra. El resultado es una variedad de piezas en oro de 22 quilates y plata esterlina que toman formas diferentes de acuerdo a la colección, entre las que se encuentran: Aquarella, Calcuta, Memorias, Poseidón o Trípoli.