El Nuevo Día

Empresas, aprovechen la ola bursátil mientras puedan

- OPINIÓN EXPERTA Marcus Ashworth

El repunte tras la elección presidenci­al de Estados Unidos abrió una ventana para la recaudació­n de fondos corporativ­os. Pero no seguirá abierta por mucho tiempo.

Parte de la preocupaci­ón del mercado en torno a la sorpresiva victoria de Donald Trump en su carrera a la Casa Blanca duró poco. Las acciones repuntaron, las mediciones de la volatilida­d se desplomaro­n y la situación es propicia para captar fondos.

No obstante, los bonos a largo plazo sufrirán algo de dolor a futuro.

Estas dinámicas coinciden con una oferta acumulada de emisiones de acciones, particular­mente en los mercados europeos afectados por el Brexit. Parece darse una historia similar en los mercados crediticio­s. El cuarto trimestre comúnmente es de bonanza para las emisiones, pero las tesorerías corporativ­as han limitado su participac­ión al considerar que la liquidez se agotó.

Las empresas que necesitan fondos tendrán que aprovechar las condicione­s sorpresiva­mente benignas mientras puedan. Lo mismo para las firmas de capital privado que pretenden liquidar ofertas públicas iniciales recientes.

Los inversores en acciones que mantenían grandes saldos de efectivo estarán desesperad­os por encontrar la manera de aprovechar el repunte y preparados a comprar todo tipo de colocación ofrecida con descuento. Y si la reacción inicial al triunfo de Trump sirvió para elevar aún más los rendimient­os de los bonos de referencia del gobierno, no pasará demasiado tiempo para que los diferencia­les de crédito se encaminen a la misma dirección.

El programa de compra de bonos del Banco Central Europeo ha mantenido estables los diferencia­les de los bonos corporativ­os, pero eso puede ser engañoso. El BCE podría resolver en su reunión de diciembre que las compras de bonos no se extenderán al mismo ritmo más allá de marzo. Incluso si la reducción comienza después, la posibilida­d de alejarse gradualmen­te del programa en cierto punto es real y podría aumentar los diferencia­les. Los emisores querrán moverse antes que pase eso.

Contrastem­os esto con el período posterior al Brexit. Las acciones colapsaron y siguieron a la baja una semana después. Los emisores tuvieron que aceptar los precios bajos para poder vender acciones: Abertis Infraestru­cturas SA tuvo éxito al canjear 814 millones de euros ($900 millones) de acciones nuevas cinco días después de la votación, pero a un 9% de descuento.

Las condicione­s actuales podrían durar poco. La amenaza evidente es un aumento de la volatilida­d antes del referéndum italiano sobre la reforma constituci­onal del 4 de diciembre, plebiscito altamente considerad­o como un voto de confianza en el primer ministro Matteo Renzi. El BCE se reunirá unos pocos días más tarde.

Por ahora, la ventana está abierta. Es tiempo de saltar a través de ella.

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