HISTÓRICA BAJA EN LA TASA DE NATALIDAD
El 2016 cerrará con más defunciones que nacimientos, algo que no ocurría desde el 1930 Esto supone un duro golpe a la ya lacerada economía borincana pues implica una seria erosión en la población que gasta e invierte
La debilitada economía puertorriqueña seguirá contrayéndose en el nuevo año por la combinación de, al menos, dos factores sin precedentes: una tasa de natalidad por debajo de 9% y una migración mayor a la registrada en la década 1950.
En términos simples, esta combinación redunda en un achicamiento de la base poblacional. Esto implica, a su vez, que la llamada fuerza de consumo, es decir, la gente que gasta o invierte, también se reduce.
Según estimados del Registro Demográfico, el 2016 terminará con más defunciones que nacimientos, lo que se define como crecimiento natural negativo. El año acabaría con 28,200 nacimientos y 28,900 defunciones, algo que no ha ocurrido desde que la agencia empezó a compilar estadísticas en la década de 1930.
Por otro lado, según cifras de la Junta de Planificación (JP), unas 300,000 personas han migrado en los últimos años, particularmente a Estados Unidos, en busca de mejores oportunidades económicas. A mediados de siglo pasado, cuando hubo otra gran ola migratoria, unas 237,000 personas dejaron el País.
“Con los consumidores y trabajadores emigrando, por un lado, y la tasa de crecimiento anual reduciéndose, por el otro, lo que ocurre es el efecto inmediato de que los agentes económicos son menos. Esto es una tendencia que sea veía venir y no va a terminar en los próximos dos o tres años. Estas son tendencias sociales de largo plazo”, sostuvo el economista Alfredo González.
Su homólogo José Alameda indicó que la economía boricua “se está convirtiendo en una de viejos”, ya que el único grupo de edad que está creciendo es el de 65 años o más. En términos de política pública, esto lleva al cuestionamiento de si urge cambiar la edad de retiro, que oscila entre los 55 y 65 años. De permanecer como ahora, no habrá una fuerza trabajadora robusta que sostenga a los jubilados, un grupo que suele requerir más servicios que los otros.
Ambos coincidieron en que, ante el sombrío panorama que acecha, se requieren cambios estructurales, pues la economía no mejorará solo con el paso del tiempo. Un buen punto de partida es buscar e incentivar nichos de actividad económica típicos de depresiones, como las actividades de reconstrucción y reparación. Otra posibilidad es atender polos económicos nacientes, como la agricultura y la acque tividad creativa.
“Son cosas pequeñas que, cuando las sumas, producen impulso a la economía”, aseveró González. EFECTO DIRECTO. La directora del Registro Demográfico, Nancy Vega, señaló que la migración afecta directamente la natalidad, “porque la gente que se va es joven, en edad reproductiva, y no está pariendo aquí”.
Por otro lado, quienes se quedan en la Isla no muestran interés en tener hijos, lo que explica por qué la tasa de natalidad bajó de 12.8% en 2006 a 9.0% en 2015, “y seguirá reduciéndose”.
Sobre esto último, el economista y planificador Joaquín Villamil agregó que el factor económico pesa al momento de decidir tener un hijo.
Aunque no hay cifras oficiales, la firma Estudios Técnicos, cuyo principal oficial ejecutivo es Villamil, calculó una familia boricua dentro de la mediana de ingresos de $19,600 al año, destina entre el 25% y 30% de esa cantidad a la crianza de un hijo, o sea, entre $4,900 y $5,800.
“Esa cifra es de gastos médicos, ropa, educación y alimentación, entre otros, pero varía según la edad y el área geográfica”, expresó Villamil.
Vega, por su parte, dijo que “estamos perdiendo población y no la estamos sustituyendo. Se impacta la fuerza trabajadora y la economía”.
Destacó que el año pasado, 25 municipios tuvieron crecimiento natural negativo, siendo Mayagüez el primero en la lista. Geográficamente hablando, la mayoría de esos pueblos están ubicados en la mitad oeste del País.
La funcionaria coincidió con Alameda al apuntar que es necesario revisar si conviene que la gente se retire “tan temprano” como a los 55 años, cuan- do aún puede ser productiva.
“El mito de que a los 60 años la gente ya es vieja hay que romperlo, más aún cuando no tenemos gente joven para trabajar. No pueden seguir aprobándose políticas públicas para sacar a los viejos de la fuerza trabajadora”, afirmó, tras recordar que la expectativa de vida aquí es de 82 años. ¿SE PUEDE REVERTIR? El demógrafo y estadístico Raúl Figueroa sostuvo que, mientras las condiciones económicas no mejoren, será difícil que la tasa de natalidad aumente y la migración disminuya.
Indicó, no obstante, que pueden tomarse acciones “para poder aliviar un poco y tratar de que la población no disminuya tanto”.
Entre esas acciones, Figueroa mencionó ofrecer incentivos a mujeres en edad reproductiva y de la clase tra-
bajadora para que tengan hijos.
“Si se les dan incentivos a todas las mujeres, las que van a parir son las pobres, que son las que están pariendo ahora. Los incentivos tienen que ser para las mujeres que trabajan, para que puedan desarrollarse profesionalmente sin sacrificarse personalmente. Por eso, además de incentivos, hay que crear ambientes laborables más flexibles”, dijo.
Siguiendo la misma línea, Vega sugirió mejorar la oferta académica en el sistema público de enseñanza y extender el horario de clases. Así, en teoría, las familias tendrían hijos confiando, por un lado, que recibirán educación de calidad gratuita y, por el otro, que no pagarían cuidos hasta que salgan de trabajar.
“Ahora mismo hay padres y madres que tienen dos empleos para poder pagar la escuela y el cuido. Otra recomendación sería ayudar a esos padres y madres con tutorías gratuitas y aumentar las licencias de maternidad y paternidad”, indicó.
De acuerdo con Vega, un factor que cohíbe a las mujeres de parir es la alta incidencia de cesáreas en la Isla, que ronda el 50% de los embarazos. Según dijo, “hay mujeres que han tenido experiencias traumatizantes y no quieren parir más”, aun sabiendo que un alumbramiento natural es posible después de una cesárea.
“VAN A CONTINUAR”. Ante pronósticos de que la caída en nacimientos y la migración masiva hacia Estados Unidos “van a continuar”, el presidente de la JP, Luis García Pelatti, instó a la toma de soluciones que “no sean de cuatrienios”.
“Ambos factores son los que están haciendo que la economía no crezca. La economía puertorriqueña es de consumo, donde el 77% es el gasto de la gente. Pero con 300,000 personas menos, automáticamente hay un impacto”, expuso García Pelatti, tras destacar que países escandinavos y del centro de Europa encaran retos similares a los de Puerto Rico.
Dijo que, cercano al 15 de diciembre, le entregará al gobernador electo Ricardo Rosselló el Informe del Reto Demográfico, que detalla el contexto histórico que vive la Isla.