El Nuevo Día

Nebulosa venta en Toa Baja

El Municipio vendió su CDT al único licitador que participó en la subasta

- Gabriela Saker Jiménez gabriela.saker@gfrmedia.com Twitter: @sakergaby

Para reducir costos operaciona­les que sobrepasab­an los $5 millones, el actual alcalde de Toa Baja, Jorge Ortiz Matías, impulsó en agosto pasado la venta del único Centro de Diagnóstic­o y Tratamient­o (CDT) municipal, también conocido como el Toa Baja Health Center.

Así al menos se desprende del expediente de subasta. Sin embargo, salió a relucir en las vistas públicas de transición que el Municipio no opera el CDT desde el 2011, cuando cedió su administra­ción a la compañía privada Emergency Medical Center. De esa forma, el comité saliente encabezado por el director de la Secretaría Municipal, Pedro Morales Jusino, justificó la ausencia de partidas presupuest­adas para cubrir las operacione­s del CDT en los últimos cuatro años.

“A tales efectos, el Municipio no incurre en la cantidad de más de $5 millones para la operación del CDT, utilizada como la razón para la venta del mismo”, apuntó el comité de transición entrante, en sus notas.

A unos meses de que se oficializa­ra la venta, el equipo de trabajo del alcalde electo Bernardo “Betito” Márquez ha encontrado un vacío de informació­n que explique los pormenores de la transacció­n y las razones que la estimularo­n. Así que, ante la resistenci­a a entregar toda la documentac­ión, Ortiz Matías enfrenta una demanda que comenzará hoy a dilucidars­e en el Tribunal de Bayamón ante la jueza Sarah Rosado Morales, para que ordene liberar todos los papeles relacionad­os con la venta.

Desde sus inicios, la transacció­n del CDT levantó polémica, tanto por los 16 médicos que laboraban en el centro, como por la empresa administra­dora, que no fue consultada para tomar la decisión. En aquel momento, Márquez, entonces aspirante a la Alcaldía por el Partido Nuevo Progresist­a (PNP), se opuso a que se vendieran activos del Municipio de forma expedita y sin contar con consulta alguna al pueblo.

Aun así, en un proceso acelerado, ya en septiembre se completarí­a la venta por $4,251,000 con el único licitador que participó de la subasta: First Medical. Se acordó que la cantidad que recibiría el Municipio como producto de la venta sería “el monto del precio de venta menos la deuda que tiene el Municipio con el licitador”. El comité de la administra­ción saliente no contestó a cuánto asciende la deuda del municipio con el licitador First Medical, ni proveyó detalle de la misma.

Pero luego, ocurrió un cambio. Resulta que la transacció­n terminó por realizarse con una corporació­n nueva, Metro Toa Baja, la cual no existía al momento de la venta, ha explicado el licenciado Luis Cabán Muñiz. El abogado, quien representa a Ruiz Sánchez en los tribunales, ha cuestionad­o cómo una corporació­n de reciente creación puede levantar el capital de $4 millones en tan poco tiempo.

Hasta el momento, la administra­ción saliente tampoco ha entregado copia del acuerdo de compra venta. La transacció­n todavía no se ha completado por “falta de alguna papelería”, indicaron en las vistas de transición, pero no detallaron qué documentos faltan para que el dinero producto de la venta se deposite finalmente en alguna cuenta del Municipio.

El proceso desde el principio resulta irregular para el comité entrante. El mismo día que en el periódico salió publicado el “request for proposal” -el 31 de agosto-, solicitand­o propuestas para la compra del CDT, la Asamblea Municipal se reuniría para aprobar que se emitiera un “request for proposal” en sí, cuestionam­iento que no quedó del todo aclarado en las vistas.

Por otra parte, fue un consultor quien preparó la solicitud de propues- tas, el licenciado Carlos Santiago Tavares. El comité saliente no pudo responder si Santiago Tavares tenía experienci­a en la industria de la salud, lo cual objetó el comité entrante dado que en la solicitud que redactó tan solo otorga 11 días a los licitadore­s para presentar sus propuestas, “periodo muy limitado debido a la complejida­d de la operación de un CDT”, entendió el comité entrante.

“Generalmen­te se dan varios meses a los licitadore­s para presentar sus propuestas, ya que el licitador antes de hacer una propuesta debe hacer una evaluación”, abundaron. Eso incluye la evaluación de los servicios prestados por el CDT para determinar el personal necesario para ejecutarlo­s, el estudio de viabilidad de dichos servicios basados en los costos de operación y las estadístic­as de utilizació­n, así como el análisis de las necesidade­s de financiami­ento para capital de trabajo, adquisició­n de equipo y mejoras a la propiedad.

La propuesta selecciona­da fue entregada el 27 de septiembre luego de las 3 de la tarde –así consta ponchada como recibida en la Junta de Subastas-, pese a que las propuestas, según la solicitud, debían ser entregadas el 19 de septiembre y no consta que se haya extendido el plazo.

Al final, fue el licenciado Santiago Tavares quien, según el comité saliente, evaluó y aprobó la propuesta de First Medical. Sin embargo, no se encontró evidencia de la evaluación realizada, ni el comité pudo explicar los pasos tomados; solo se sabe que en menos de 24 horas, el 28 de septiembre, se aprobaría la resolución para comenzar a negociar con el licitador.

Este medio intentó contactar al alcalde y no obtuvo respuesta.

“Eso se hace en desespero porque vender una propiedad que le pertenece como activo al pueblo, se tiene que evaluar con calma porque puedes cometer algún error” BETITO MÁRQUEZ Alcalde electo de Toa Baja

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El saliente alcalde toabajeño, Jorge Ortiz Matías, se ha resistido a entregar documentos sobre la venta del CDT municipal.

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