El Nuevo Día

RITOS QUE SE MANTIENEN

Otras formas de despedir el año

- Texto Josefina Barceló Jiménez ● jbarcelo@elnuevodia.com

Por siglos, las personas de todas partes del mundo han procurado comenzar un nuevo año, con mejor suerte. Este deseo ha dado pie a una serie de rituales que se practican la noche de Despedida de Año.

En Puerto Rico también tenemos nuestros rituales para manejar las energías del universo, para que nos traigan amor, salud y prosperida­d. Todos estas ceremonias las aprendimos de antaño, con nuestros abuelos y muchos de ellos, aún continúan.

Cuando era pequeña, recuerdo que en una Despedida de Año que llegamos a casa de mi abuela, ella estaba con una maleta dándole varias vueltas a su casa. Al verla, pensé que abuela se iba de viaje.

Mamama (como la llamaba) al verme, se me acercó con una gran sonrisa y me dijo que solo estaba caminando por el vecindario con la maleta para enviarle un mensaje al universo de su deseo de que se le cumplieran sus planes de viajar. “Es una tradición puertorriq­ueña, de antaño, que se realiza el día de Despedida de Año. La aprendí de mi mamá”, me dijo.

Mi abuelo, Papapa, tampoco se quedaba atrás con eso de las tradicione­s. Aunque regañaba a abuela por “hacer esas ridiculece­s de la maleta”, como él decía, la verdad es que siempre, ese día, él se ponía un pesito dentro del zapato para pasar de un año al otro. Con esto, estaba llamando al dinero el próximo año.

Ese día, tan pronto el reloj marcaba las 12:00 en punto, anunciando la llegada del primer día del año nuevo, todos los que estábamos en la fiesta familiar en casa de mis abuelos, nos comíamos una uva por cada campanada. Según decía mi abuela, cada uva representa­ba un mes y consumirla­s atraía la buena fortuna.

Con el tiempo, aprendí otras tradicione­s que se realizan en esta fecha. Una de ellas, mi mamá siempre la hacía. A las 12:00 en punto, antes de abrazar a alguien, tiraba un cubo lleno de agua sucia, con la que había mapeado la casa, hacia afuera y decía en voz alta: ¡Qué todo lo malo se vaya y se quede en el pasado! y luego venían los besos y abrazos de ella.

Otro ritual que aprendí de pequeña era utilizar ese día ropa interior nueva, para atraer la buena suerte y la felicidad. Si la ropa interior era amarilla, ayudaba a atraer la buena energía; y debía ser roja, si estaba buscando el amor.

Además, durante el día, antes de empezar cualquier fiesta, había que limpiar la casa completame­nte. Siempre tirando la basura hacia afuera para despejar las malas vibras. También nos hacían botar de las gavetas lo que no necesitába­mos, para que el nuevo año llegara menos cargado de malas vibras.

Ya de grande aún continúo realizando rituales y he añadido otros, como el de prender velas a las 12:00 de la medianoche para atraer bendicione­s, que se deben dejar consumir por sí solas. Pero deben encenderse lejos de cortinas o de otros objetos flamables.

Indica la tradición que encender velas amarillas atraen prosperida­d; las rojas dan suerte en el amor; las blancas son para mejorar la espiritual­idad; las verdes para mejorar la salud física y mental, y las anaranjada­s para tener sabiduría e inteligenc­ia. Una vez también hice una ceremonia con canela; dicen que proporcion­a abundancia y prosperida­d. En un litro de agua herví cinco ramitas de canela para que la casa se impregnara de ese aroma. Tampoco puede faltar el brindis de media noche con champán o una buena cava, como otra forma de esperar lo mejor en el nuevo año.

Hay muchos otros rituales. ¿Cuál haces junto a tu familia?

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