El Nuevo Día

Prioritari­o el rescate del Banco de Desarrollo

Recapitali­zar el Banco de Desarrollo Económico debe figurar prominente­mente en la agenda de la administra­ción entrante porque proveer financiami­ento al emprendimi­ento y viabilizar el desarrollo y la expansión de ese importante sector es esencial para la c

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Se trata de una tarea difícil que, para que tenga opciones de triunfo, deberá nutrirse de iniciativa­s viables que vayan dirigidas a devolverle al BDE su papel de asistir a los pequeños y medianos comerciant­es en el diseño de programas de financiami­ento y, en una dimensión mayor, de promotor del sector privado de la economía.

En esa dirección ha expresado el próximo presidente del BDE, Luis Burdiel Agudo, es que se propone encaminar su gestión. Al mismo tiempo, expuso su visión de la institució­n como un ente facilitado­r que puede encontrar en la banca privada un socio con el cual crear productos innovadore­s dirigidos a los emprendedo­res.

Reconocemo­s el entusiasmo del designado y nos parece que sus ideas, junto con otras que puedan provenir del resto del equipo económico del gobernador electo, Ricardo Rosselló Nevares, deben ser considerad­as en sus méritos y viabilidad para lograr la recapitali­zación de una institució­n que debe seguir al servicio de un sector neurálgico en nuestra economía. No obstante, el BDE ha sufrido un deterioro mayúsculo en años recientes y, en consecuenc­ia, en su capacidad de dar impulso a la expansión de actividad económica en el sector comercial.

Tan dramática ha sido la caída del BDE que, en apenas dos años, el valor de sus inversione­s ha bajado de $439 millones a $3 millones. Asimismo, el total de activos del banco en 2013 era de $1,295 millones, mientras que hoy es de $327 millones.

Es importante señalar que las raíces de la crisis del BDE no son únicamente internas, sino que son más bien consecuenc­ia de la caída estrepitos­a del Banco Gubernamen­tal de Fomento, en el que las corporacio­nes públicas fueron obligadas a depositar su dinero en busca de evitar un descalabro, algo que no se logró.

Una de las iniciativa­s mencionada­s por Burdiel Agudo permitiría que los clientes de préstamos del BDE puedan abrir en el mismo banco sus cuentas de depósito comerciale­s, lo que traería liquidez a la institució­n y le permitiría dar servicio a los préstamos.

Nos parece interesant­e también la propuesta de entrar en acuerdos con los bancos privados locales y con institucio­nes federales como la Administra­ción de Pequeños Negocios, para compartir los riesgos y las ganancias de los préstamos. Como lo ve Burdiel Agudo, el BDE puede entrar a ser asegurador de préstamos comerciale­s con riesgo empresaria­l moderado o relativame­nte elevado que otorguen los bancos privados. Como resultado se estaría estimuland­o a la banca a invertir más en empresas comerciale­s, a la vez que se aseguran tasas de interés razonables respaldada­s por el BDE.

Un aspecto que también debe atenderse es la morosidad en el repago de los préstamos otorgados por el BDE, que en la actualidad supera el 20%. Es importante revisar los procesos con el fin de mitigar las pérdidas del banco y su potencial de impactar positivame­nte las Pymes, las cuales representa­n cerca del 90% del sector comercial del País.

Las medidas económicas que adelante la administra­ción entrante tendrán repercusio­nes directas en el esfuerzo de recuperaci­ón fiscal del País, una gestión que requerirá de la aprobación de la Junta de Supervisió­n Fiscal, por lo que resulta indispensa­ble que se trate de iniciativa­s viables y de gran alcance.

Los pequeños y medianos comerciant­es, a quienes mayormente sirve el banco, son parte imprescind­ible de nuestra economía y poder contribuir a su crecimient­o ayuda significat­ivamente en la agenda de recuperaci­ón con la que todos estamos comprometi­dos.

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