Entre evasivas y contrasentidos
Varios senadores no se pronunciaron sobre temas de interés público, mientras otros mostraron desconocimiento
No solo las respuestas que los senadores ofrecieron en un cuestionario que les hizo El Nuevo Día ayudan a tener un perfil de quienes componen la llamada Cámara alta, también sus silencios, sus resistencias y cómo abordan los temas ayudan a pintar una imagen de este cuerpo legislativo.
Ante el estreno de una nueva Asamblea Legislativa, El Nuevo Día quiso presentar a los ciudadanos un perfil de quienes formarán el Senado de Puerto Rico y, a través de un cuestionario que se les hizo vía telefónica o se les envió electrónicamente, les hizo preguntas generales sobre datos biográficos y financieros y otras para conocer su posición sobre algunos temas de alta relevancia pública.
A los senadores se les aclaró que las respuestas con información personal como su edad, estado civil, creencia religiosa, las edades de sus hijos, su fuente principal de ingresos, entre otras, no serían divulgadas con sus nombres, pero sí las contestaciones relacionadas con sus posiciones políticas sobre determinados asuntos.
A pesar de su voluntaria incorporación a un puesto electivo, algunos senadores piensan que inquirir sobre su estatus civil o solicitarle información sobre el origen de sus ingresos económicos es una intromisión indebida a su vida privada.
Igualmente, alguno que otro resintió que se le preguntaran las edades de sus hijos, y no respondió.
Los ingresos y estilos de vida de los senadores son tan relevantes para su adecuada fiscalización que incluso están obligados por la Ley de Ética Gubernamental a rendir informes que demuestren que los bienes que tienen se ajustan a la manera en que viven y, por supuesto, quienes aportan y dependen de esos ingresos es una información vital en esa evaluación económica.
Respecto a las preguntas de política pública, llama la atención el desconocimiento que algunos mostraron sobre temas que desde hace varios años han tenido una relevante discusión pública como la educación con perspectiva de género, la propuesta de incineración de basura y la quema de carbón para la producción de energía.
Por ejemplo, el senador novoprogresista Eric Correa, que regresa a la Legislatura tras un cuatrienio de ausencia, solo contestó dos de las ocho preguntas que le requerían su posición sobre diferentes aspectos de política pública. Su correligionario José Pérez Rosa no contestó si favorece la instalación de una planta incineradora o “waste to energy” en la Isla, a pesar de que existe una propuesta para instalar un proyecto como este en su distrito senatorial.
Algunos mostraban confusión sobre ciertos temas, como la senadora Itzamar Peña. Al preguntársele si respalda la educación con perspectiva de género en las escuelas públicas, la legisladora respondió que promueve “una educación de valores y de ética”. Según la carta circular que implementó ese currículo en el Departamento de Educación, la educación con perspectiva de género lo que promueve es eliminar el sexismo y promover la equidad entre hombres y mujeres.
Otros, como el senador Nelson Cruz Santiago, simplemente comentaron cosas ininteligibles, en nada relacionadas con las preguntas del cuestionario, como que hay que “alejarse” de lo que llamó “las tres ‘f’: fal- da, fama y fortuna”.
“Después que uno se mantenga lejos de esos, se puede mantener humilde”, dijo Cruz Santiago, a pesar de que nadie le preguntó sobre la humildad.