Educan como estrategia contra la trata humana
Mientras la Policía arresta a prostitutas, la fiscalía federal sugiere buscar al proxeneta que está detrás
Q Como resultado de los ocasionales operativos que realiza la Policía contra la prostitución, mayormente atendiendo su manifestación callejera, se anuncian los nombres de los detenidos y se identifican como violadores de la ley. Y así, los pasean frente a las cámaras, se les procesa en el tribunal y pagan una multa, al tratarse de un delito menos grave.
¿Pero qué pasaría si fueran vistos como potenciales víctimas de un esquema criminal mucho más complejo que el delito por el que son procesados?
Esa es la pregunta que se hace el fiscal Marshal Morgan, supervisor de la Unidad de Crímenes contra la Niñez y Tráfico Humano en fiscalía federal.
“Mi meta es educar más a los policías para reconocer…, un caso de prostitución no vale tanto como un caso contra un ‘pimp’ (proxeneta) que está explotando a varias mujeres o niños. Pero si entras en una investigación pensando que las prostitutas son criminales no vas a pasar el tiempo que toma para ganarte la confianza de ellas y recibir la información del ‘pimp’”, dijo Morgan en un aparte con El Nuevo Día tras participar recientemente en un simposio sobre trata humana en el recinto de Puerto Rico de Nova Southeastern University.
Ese día se celebró en todo Estados Unidos el Día Nacional de Concientización sobre la Trata Humana. La prostitución ejercida bajo presión de un proxeneta que le exige toda o parte de las ganancias generadas bajo amenaza de daño físico es considerada trata humana.
Los operativos anti-prostitución son ejecutados por personal de las divisiones de drogas del Negociado de Drogas y Control del Vicio. En el pasado el jefe del Negociado, el teniente coronel José Juan García, ha defendido estas redadas al indicar que la Uniformada está obligada a hacer cumplir la ley y que la prostitución, particularmente la callejera, afecta a otros ciudadanos que se cohíben en visitar lugares conocidos como focos de esta conducta.
Morgan indicó que a finales del año pasado él y su equipo tuvieron la oportunidad de ofrecer un seminario sobre trata humana en la Academia de la Policía, pero reconoció que dentro del grupo no había agentes de las divisiones de drogas.
A preguntas, Morgan fue claro en que no responsabiliza a la Policía por la no detección en medio de estos operativos de posibles casos de trata humana.
“Es que existe un gran desconocimiento general sobre lo que es trata humana. Yo, siendo fiscal, no sabía nada de trata humana antes de que comencé a trabajar con estos casos”, dijo al indicar que se inició en la unidad que atiende este problema en el 2009.
“No sabía que la trata humana existía”, admitió.
Entre 1910 y el 2000 la conducta criminal que hoy se conoce como trata humana se atendía a nivel federal a través de la llamada Ley de Trata de Blancas o Mann Act. Fue en el 2000 que se aprobó la Ley de Protección de Víctimas de Tráfico Humano.
Morgan explicó que los casos en que las víctimas son adultos son mucho más difíciles de probar debido a que se tiene que demostrar la víctima fue transportada, intimidada u obligada a prostituirse a cambio de una transacción comercial.
En el caso de los menores, el elemento de intimidación o coacción no es requerido para probar los cargos.
La trata humana, que también involucra otras conductas como la
“Mi meta es educar más a los policías para reconocer…, un caso de prostitución no vale tanto como un caso contra un ‘pimp’ (proxeneta) que está explotando a varias mujeres o niños” MARSHAL MORGAN Supervisor de la Unidad de Crímenes contra la Niñez y Tráfico Humano en fiscalía federal
esclavitud, el trabajo forzado o la venta de órganos, es atendida a nivel estatal a través de los artículos 159 (esclavitud) y 160 (trata humana) en el Código Penal y solo desde el 2012.