Republicanos apoyan selección de Gorsuch al Supremo
Por su edad, el juez Neil Gorsuch, candidato al Tribunal Supremo de EE.UU., pudiera estar mucho tiempo en un cargo que es vitalicio
WASHINGTON.- Los que le conocen describen a Neil Gorsuch, candidato al Tribunal Supremo de Estados Unidos, como un juez con la ideología del fallecido conservador Antonin Scalia, pero de personalidad suave como el moderado Anthony Kennedy.
Como Scalia, Gorsuch, de 49 años, es considerado un textualista, el tipo de juez que arranca aplausos de los republicanos del Congreso, pues se centra en la interpretación que se haría de los apartados de la Constitución o sus enmiendas cuando fueron escritas, no en cómo pueden entenderse en estos momentos.
Gorsuch se ha destacado en el Décimo Circuito de Apelaciones federales, en Denver (Colorado), por su claridad y estilo al redactar opiniones.
“Es un placer inusual leerlo, y siempre presenta exactamente lo que piensa y por qué”, indicó – en Scotusblog-, Eric Citron, socio del bufete de Goldstein & Russell y ex oficial jurídico de los jueces del Supremo Sandra Day O’Connor, ya jubilada, y Elena Kagan.
La maestría al redactar opiniones era otro atributo de Scalia, para cuya vacante el presidente Donald Trump ha propuesto a Gorsuch.
Contrario a Scalia, que era abrasivo incluso en los debates durante las sesiones orales, Gorsuch es considerado una persona de consenso, como el juez Kennedy para el que trabajó como oficial jurídico.
Gorsuch ha admitido su admiración por Scalia y el agradecimiento a la experiencia que tuvo en las oficinas del juez Kennedy y Byron White, quien también fue juez asociado del Tribunal Supremo de EEUU.
Pese a que no ha emitido opiniones concretas sobre temas fundamentales para los conservadores, como los esfuerzos para restringir el acceso al aborto, la defensa de la segunda enmienda de la Constitución que otorga el derecho a portar armas y la oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo, los republicanos del Senado lo perciben como un futuro Scalia.
Cuando comparan su ideología jurídica con la de Scalia, se hace referencia a un juez “que se acercaba a la ley y la Constitución de forma literal, buscando entender cuál era la intención original de los constituyentes”, dijo el constitucionalista Carlos Ramos, profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad Interamericana.
Gorsuch dijo el martes en la Casa Blanca – cuando el presidente Trump anunció su selección-, que un buen juez no puede estar de acuerdo siempre con el resultado de su decisión. De lo contrario, sería un mal juez.
Y Scalia, en materia de derecho criminal, era reconocido porque “aun cuando el resultado fuese en contra de lo que piensa, su creencia en la in- tención original lo llevaba a absolver al acusado”, agregó el profesor Ramos.
Parte de la confianza de los conservadores en Gorsuch es su opinión concurrente en el caso Hobby Lobby Store versus Sebelius, en la que mantuvo que el gobierno federal no puede exigir a corporaciones seculares ofrecer cobertura anticonceptiva en sus planes médicos.
También destacan sus expresiones en su libro “El futuro del suicidio asistido y la eutanasia”, en el que escribió que “todos los seres humanos son esencialmente valiosos y el que personas privadas quiten la vida humana de forma internacional siempre es equivocado”.
Para el profesor Ramos, el caso de Hobby Lobby y su libro hacen evidente que Gorsuch está alineado con los que quisieran disminuir más la decisión de Roe versus Wade sobre los derechos reproductivos de la mujer.
“El juez Gorsuch se ha alineado a un enfoque ideológico de jurisprudencia que me hace dudar que pueda ser un juez fuerte e independiente en la Corte Suprema” CHARLES SCHUMER portavoz minoría Senado
PERFIL. Gorsuch es casado y tiene dos hijas. Su esposa, Louise, es británica. El candidato a juez asociado del Tribunal Supremo de EEUU, miembro de la Iglesia Episcopal San Juan de Boulder, Colorado, sería el único protestante en la Corte Suprema estadounidense.
El pantano de Washington, como llama Trump al ambiente político en la capital estadounidense, no le es extraño. Su madre, Anne Gorsuch Burford, fue la primera mujer administradora de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), entre 1981 y 1983, durante el gobierno de Ronald Reagan. Antes de ser juez de apelaciones, tuvo un puesto de confianza en el Departamento de Justicia durante el gobierno de George W. Bush.
El debate va a estar centrado en su ideología, pues las credenciales de Gorsuch no están en controversia.
Gorsuch pasó por las universidades que pueden llevar a un abogado a un puesto de la envergadura del Tribunal Supremo, que tiene el poder para pasar por encima de las decisiones de la persona que en este momento es la más poderosa del mundo.
Completó su bachillerato en Columbia University, luego fue a la Escuela de Derecho de la Universidad Harvard, donde coincidió con Barack
Obama, y después hizo un doctorado en Filosofía Legal en la Universidad de Oxford, donde fue un becario del reconocido programa Marshall y conoció a su esposa.
Como telón de fondo está la decisión que tomaron en 2016 los republicanos de ignorar durante nueve meses el nombramiento que hiciera el presidente Obama del juez de apelaciones de Washington D.C., Merrick Garland, para tratar de llenar la vacante dejada por Scalia.
“Nadie puede con seriedad puede cuestionar el impresionante resumé del juez Gorsuch o su experiencia judicial. Pero, nadie podía tampoco cuestionar el impresionante resumé del juez Garland y su experiencia judicial”, indicó el profesor Doron Kalir, de la Escuela de Derecho de la Universidad estatal de Cleveland.
LAS REGLAS. Para ser confirmado por el Senado, Gorsuch necesita 60 votos. Los republicanos tienen 52 de los 100 escaños del Senado, por lo que ocho demócratas tendrían que alinearse con la mayoría para Gorsuch poder llegar al Tribunal Supremo. Pero, demócratas como Jeff Merkley (Oregón), consideran que los republicanos “le han robado” el curul a Garland y van a utilizar el mecanismo del filibusterismo que obliga a lograr 60 votos para poder llevar el nombramiento a votación final.
Trump ya ha indicado al líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell (Kentucky), que si es necesario debe cambiar las reglas de juego –como se hizo durante la pasada administración en el caso de los nombramientos al Ejecutivo-, y permitir un voto sobre Gorsuch por mayoría simple.
Las audiencias públicas para su confirmación se prevé que iniciarán en unas seis semanas. Trump ha pedido que se confirme antes de abril. Pero, la batalla apenas comienza.