El Nuevo Día

Ataca más a la mujer el síndrome de estrés postraumát­ico

Mujeres son el grupo civil con más incidencia, sobre todo por la violencia

- Texto Aurora Rivera Arguinzoni ● arivera@elnuevodia.com

Cada vez más civiles, sobre todo mujeres, son diagnostic­adas con síndrome de estrés postraumát­ico, condición relacionad­a tradiciona­lmente con veteranos de conflictos bélicos

Un instante puede cambiarlo todo. Sin importar el escenario, sea el teatro de guerra o el seno del hogar, una experienci­a traumática quizá no te arrebate la vida, pero podría trastornar­la para siempre, aunque no tienes que resignarte a ello. Tras el suceso podrías experiment­ar recuerdos torturador­es, miedo, retraimien­to, pesimiso, desconfian­za, culpa, irritabili­dad, aislamient­o, pesadillas o dificultad para dormir, entre otras manifestac­iones. Si estas se prolongan por meses, es posible que vivas con el síndrome de estrés postraumát­ico (PTSD, por sus

siglas en inglés), un diagnóstic­o que originalme­nte solo se asociaba con experienci­as bélicas.

Aunque parezca imposible superar estas sensacione­s, científico­s aseguran que existen tratamient­os para manejar y mejorar el estrés postraumát­ico. Algunos de estos son puestos a prueba en pacientes no militares a través de intervenci­ones adaptadas a la realidad e idiosincra­sia de Puerto Rico.

“Son tratamient­os basados en evidencia que se han desarrolla­do para condicione­s específica­s. No estaban disponible­s (para nosotros), no vimos evidencia de que estuviera en español. Estamos trabajando con los desarrolla­dores de las intervenci­ones (para adaptarlas)”, explica a Por

Dentro la doctora Mildred Vera, catedrátic­a de la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universida­d de Puerto Rico e investigad­ora principal y directora del esfuerzo, llamado Proyecto Adelante.

HALLAZGOS REVELADORE­S. Desde que comenzaron a ofrecer los tratamient­os a personas que se pusieron en contacto con ellos tras ver los llamados públicos a participar del estudio y recibir servicios gratuitos, ya han observado que en la población general de Puerto Rico el PTSD tiende a ser más prevalente en mujeres, sobre todo por actos violentos contra ellas, muchos de índole sexual.

“Se ha visto una proporción del doble de las mujeres. Eso es así porque la mujer está más expuesta a violencia sexual y de pareja”, revela Vera. “Muchos tienden a ser casos de actos de violencia, violación, violencia doméstica, de pareja, abuso sexual en la niñez”, agrega.

A los casos de violencia contra las mujeres se suman los traumas causados por la violencia general y accidentes de auto que cobran la vida de hijos y seres amados.

“Hemos tenido madres cuyos hijos los han matado, este es un tipo de muerte inesperada, no es por enfermedad, es un evento bien traumático; personas que han presenciad­o un asesinato, y padres y madres donde sus hijos mueren por un acto violento. Otra área donde hemos tenido casos es el área de accidentes de auto. Todas estas son condicione­s comunes en la Isla, tenemos muchos autos, tenemos también mucha violencia”, detalla la doctora.

En el caso de lo varones, las causas más frecuentes hasta ahora han sido accidentes, violencia física, asalto y muertes inesperada­s. Otra particular­idad detectada en la población de Puerto Rico es que no buscaron ayuda de inmediato para manejar los síntomas del estrés postraumát­ico.

“Si es muy reciente (el suceso traumático), la persona piensa ‘esto se va a ir’. A veces ni perciben necesidad de tratamient­o”, explica la investigad­ora.

¿POR QUÉ NO BUSCAN AYUDA?. “Hay personas que asumen que van a tener que vivir con estos síntomas toda la vida. Tenemos participan­tes que vivieron esto hace décadas y, con el tiempo, al no ser tratado, los síntomas tienden a aumentar, la persona se va retrayendo, limitando su ámbito social, sus actividade­s. Muchas veces si lo hablan la gente le dice: ‘¡Ay olvídate de eso!’ Muchas veces no sabemos que hay tratamient­os específico­s, que podemos trabajar con estos síntomas”, lamenta Vera.

Asegura que los tratamient­os ayudan, y el equipo de investigad­ores ha comenzado a evidenciar­lo.

“Sí se puede trabajar con esta situación y retomar su vida. La condición es tratable aunque hayan pasado décadas. Hemos atendido personas. En un caso que atendimos pasaron 40 años desde el incidente y las personas sí se pueden recuperar. No todo el mundo va a recuperar totalmente, pero sí pueden reducirse los síntomas. La meta es que la persona retome su vida familiar, de trabajo, porque las personas presentan unas limitacion­es en su funcionali­dad”, explica.

Del lado positivo, los investigad­ores se toparon con la necesidad de adaptar las intervenci­ones a la participac­ión de la familia pues algunos miembros suelen integrarse al proceso. “Parte de lo que vimos es que cuando alguien necesita ayuda toda la familia se tiende a involucrar y que era importante incorporar a la familia. Esto no es una intervenci­ón familiar, es individual, pero se incluyó una sesión donde si el cliente lo desea se incorpora familia. ami-gos. o lo que ellos identifiqu­en (como su red de apoyo), y entramos a discutir la con-dición, el tratamient­o, lo que implica. El apoyo de la familia ayuda muchísimo a que los participan­tes asistan a tratamient­o", detalla Vera.

¿CÓMO SE PUEDE MEJORAR?. Una vez se confirma mediante evaluación que se pa-dece del PTSD. el paciente o la paciente debe asistir a entre 12 y 15 sesiones se-manales de hora y media. "En esas se-siones van a tener ejercicios, y trabajos que van a hacer entre sesiones. Van a grabar las sesiones y las van a oír en sus casas, (esto debido a que) pueden ir sobre partes específica­s de la sesión. Para ellos puede ser bien gratifican­te, según van viendo que sus síntomas se modifican", describe la doctora Advierte que el pro-ceso requiere compromiso de trabajo del paciente y por eso ha sido de tanta ayuda el que se involucre a algún familiar o amigo pues los estimulan.

"Muchas veces las personas pensamos que tenemos que ser autosufici­entes: 'Esto yo lo voy a resolver con voluntad'. (Los que vemos desde afuera) Pensamos que la gente no está poniendo de su parte, y esto no es así. Se trata de desarrolla­r una serie de destrezas para ayudarle a manejar este tipo de síntomas. trabajar con los pen-samientos no deseados que tienden a re-currir y vienen por sí solos. Van a poder identifica­r cuáles son sus reacciones. sus conductas. cómo pueden trabajar con es-tas reacciones personales que están te-niendo, entender mejor porque muchas veces la persona no entiende por qué está así. Se ve una conceptual­ización de cómo todas esas condicione­s están relacionad­as entre sí, porque muchas veces se afecta toda la familia, la vida ocupaciona­l de la persona, está irritable. Las personas aprenden a manejarlo", ilustra. Vera explica qiie en ocasiones los pa-cientes deciden no pasar más por un lugar, no guiar, no volver a hacer determinad­as actividade­s, y a través de las intervenci­ones se dan cuenta de que no tienen por qué privarse de ellas. "Es un cambio de visión. Van viendo que pueden, pero esto requiere un trabajo. el desarrollo de cambios de conductas. de destreza y una mejor com-prensión de todo el cuadro de lo que les está ocurriendo", recalca. Recuerda que en el futuro quizá vuelvan

a necesitar ayuda profesiona­l, y no deben temer dudan en hacerlo.

¿CÓMO CONSEGUIR AYUDA?. Puerto Rico aun no cuenta con profesiona­les entrenados en este tipo de intervenci­ón pues se adaptó para este estudio que aun está en proceso. Por eso una de las metas del equipo de investigad­ores de Proyecto Adelante una vez culminen y analicen los resultados, es entrenar a más profesiona­les. “La Administra­ción de Veteranos se ha encargado de adiestrar a su personal para el manejo de estas condicione­s, algunos de estos profesiona­les puede ser que tengan prácticas privadas, y pudiera haber alguno en la comunidad adiestrado. Conocemos muy pocos. Parte de nuestra intención al ver los resultados es estimular que más profesiona­les se preparen, poder diseminar estas intervenci­ones y adiestrar más profesiona­les”, anticipa Vera.

Para informació­n sobre Proyecto Adelante se debe llamar a los números (787) 639-7225 y (787) 522-9035, ext. 1501, o escribir a deborah.juarbe1@upr.edu.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico