Doble discurso
El trastoque que tendrá en la economía de Puerto Rico el aumento en el salario mínimo, su impacto en el plan fiscal y la sorpresa contraproducente para el sector empresarial –de una política pública repentina—no tiene sentido.
El Plan para Puerto Rico, en su página 32, reconoce lo costoso de hacer negocios en Puerto Rico y establece un objetivo de convertir al Gobierno en un agente facilitador para el desarrollo económico.
¿Cómo este aumento nos hará más competitivo en tiempo de estrechez? No lo sabemos ni lo entendemos. Lo que sí está consciente el sector empresarial es que existen unas recomendaciones de la economista Anne Krueger y en la Ley PROMESA que establecen como saludable todo lo contrario a la nueva política pública del salario mínimo.
Esta propuesta trae consigo un aumento en la aportación patronal al Seguro Social, Medicare, desempleo, incapacidad, Fondo del Seguro del Estado.
En la Cámara de Comercio de PR entendemos que esta política pública, aunque loable y justa para la clase trabajadora del País, está a destiempo y precipita la crisis; principalmente cuando la expectativa financiera es que haya una contracción económica en este año.
Un doble discurso ante los principales jugadores del desarrollo económico del País es contradictorio y desestabilizador. Necesitamos confianza y enfoque para lograr desarrollar al País.