El Nuevo Día

Defenderá la seguridad desde la CST

Directora de la CST busca sensibiliz­ar relación entre policías y conductore­s en intervenci­ones

- Leysa Caro González leysa.caro@gfrmedia.com Twitter: @Leysa0320

Abogar y educar por la seguridad vial siempre ha sido una prioridad en la carrera profesiona­l de la licenciada Darelis López Rosario. Lo fue como oficial de la Policía de Puerto Rico y lo seguirá siendo desde la Comisión para la Seguridad en el Tránsito (CST), agencia a la que fue nominada por el gobernador Ricardo Rosselló.

“¿Qué es lo más importante para mí? Lo que he hecho por los pasados 17 años: salvar vidas. Lo hice desde el ámbito de implementa­ción y aplicación de ley y ahora lo hago desde esta etapa de la educación”, dijo la directora ejecutiva d la CST.

En las calles intervenía con conductore­s que violaban las leyes de tránsito, colocando en riesgo sus vidas, las de sus acompañant­es y las de aquellos conductore­s con los que compartían la vía de rodaje. Su intención cada vez que detenía a un automovili­sta, compartió, no era dar un boleto y subir sus estadístic­as oficiales, sino salvar, al menos, una vida. Esa seguirá siendo su prioridad desde la dependenci­a.

“Cada vez que yo di un boleto salvé esa vida o salvé la vida de los que andaban con él. Cada vez que yo arresté un borracho, yo salvé su vida o las de los demás que usaban la vía”, expresó López Rosario en entrevista con El Nuevo Día.

Antes de culminar cada intervenci­ón se aseguraba de darle el mensaje al conductor. “Le decía: ‘No vea la cantidad del boleto, vea que yo lo salvé o a los que andaban con usted’”, agregó López Rosario.

Reforzar el mensaje de prevención requiere múltiples iniciativa­s, pero, sin duda, es necesario lograr que ese agente de la policía maneje cada intervenci­ón con la sensibilid­ad que requiere. Ese será uno de sus primeros esfuerzos, adelantó a este medio.

“Ahora mismo el policía te detiene y ya tú estás molesto, pues yo quisiera que eso cambie un poquito. A lo mejor en cómo el policía proyecte su intervenci­ón va a ser la diferencia”, sostuvo la funcionari­a, quien durante toda su carrera en la Uniformada estuvo destacada en la unidad de Tránsito.

A poco más de un mes de su nombramien­to oficial, López Rosario continúa en una evaluación profunda de cada uno de los programas de la CST, pero confía en poder integrar el tema de la sensibilid­ad en los talleres y adiestrami­entos que se trabajan en conjunto con la Policía. “Que se cree una relación, quizás un poquito menos distante o menos rough”, dijo.

La CST cuenta con siete programas educativos. Estos se dividen en iniciativa­s comunitari­as, cuya ejecución está a cargo de diferentes municipios; y está Fiesta, un programa dirigido por jóvenes y para jóvenes que enseña sobre la seguridad en el tránsito y el uso del alcohol al manejar vehículos de motor. Está dirigido a la población entre los 14 y 25 años.

Estas iniciativa­s comunitari­as, explicó, pueden tratar cualquier tema de seguridad vial: uso del cinturón, asiento protector, velocidad, alcohol, peatones y cicilistas. Con estas iniciativa­s cubren 48 municipios.

La base de cada uno de los programas para alcanzar su cometido, dijo, es mantener e incrementa­r el contacto directo con la gente. “El señor gobernador quiere aumentar ese contacto desde todas las área del gobierno y para mí es ideal”, mencionó.

Fiesta, específica­mente, está enfocada en educar sobre los peligros de manejar bajo los efectos de bebidas embriagant­es. La idea de López Rosario es hacerlo extensivo al uso de motoras y las medidas de seguridad adicionale­s que hay que tomar en considerac­ión cuando se maneja un vehículo de este tipo donde el conductor está expuesto. Estaría dirigido al mismo grupo de edad. PEATONES Y CICLISTAS. Según estadístic­as oficiales de la CST, hasta el pasado 9 de marzo se habían reportado tres fatalidade­s con ciclistas, dos menos en comparació­n con el 2016, y 15 fatalidade­s con peatones, cifra que para este fecha el año pasado alcanzaba 12.

Para López Rosario, una muerte es inaceptabl­e. Por ello, confía en la poderosa herramient­a de la educación. Es de quienes piensan que entre más uno repite un mensaje, más efectivida­d tiene.

“Una muerte es una muerte, no me vean el número, vean la persona que se fue y la familia afectada”, indicó.

Ese proceso de intercambi­o de mensajes, dijo, debe incluir las responsabi­lidades de los ciclistas y peatones al momento de usar las vías de rodaje. A veces, algo tan sencillo como usar la ropa indicada o el paseo peatonal para cruzar, puede hacer la diferencia.

“Si bien es cierto que tienen, no deben resguardar­se de eso, deben protegerse a sí mismos porque ellos están en desventaja”, puntualizó.

El uso del teléfono celular mientras se está manejando es otra área que no perderá de vista. ¿MAYORES PENAS? López Rosario reconoce que el alza en ciertas multas ha resultado en un “disuasivo idóneo” para frenar algunas de las violacione­s más comunes a la Ley de Tránsito, como el no uso del cinturón de seguridad o utilizar el paseo para transitar, y para la reducción en ese tipo de delito. En ese aspecto no va a nadar en contra de la corriente, admitió.

“La realidad es que en algunos casos el aumento en la multa ha sido un disuasivo idóneo y ha aguantado la conducta, pero más allá de eso, yo quiero llegar con el mensaje”, expresó López Rivera, quien llegó a ser portavoz en un anunció de la CST mientras era oficial.

“Quiero apelar a la sensibilid­ad, pues yo entiendo que se perdió en algún punto y solo vemos un número, una intervenci­ón o un boleto. Yo quiero que haya un mensaje detrás de cada una de esas cosas y es la vida, la vida de alguien”, destacó López Rosario, de 38 años.

A TODA PRISA. Su llegada a la Policía, quizás como la de muchos otros oficiales, no fue planificad­a. La oportunida­d llegó cuando era estudiante de trabajo social en la Universida­d de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras, y tenía un empleo a tiempo parcial para sufragar parte de sus gastos.

Fue en ese espacio laboral donde conoció que la Uniformada estaba reclutando para el comienzo de una academia y vio una puerta abierta. “Ahí vi la alternativ­a de hacer algo social también”, indicó.

Esta academia particular fue de 11 meses, por lo que López Rosario tuvo que dejar sus estudios en trabajo social. No obstante, tuvo la oportunida­d, como parte de la Academia, de completar un grado asociado en justicia criminal.

Entró a la Policía el 2 de febrero de 2000, recordó. Su primera asignación fue a la División de Tránsito de Carolina. Luego pasó al Negociado de Tránsito de Bayamón, donde estaba asignada a la unidad de los Mustangs, grupo asignado a impactar las carreteras de mayores fatalidade­s. “Le bajábamos a la incidencia de choques fatales”, dijo.

De ahí, relató, pasó a realizar labores administra­tivas, lo que le permitió completar un bachillera­to en Justicia Criminal e iniciar una carrera en derecho, campo donde siempre se había visualizad­o. “La imagen que tenía de mí desde pequeña era ser abogada... me gustaba la idea de defender el Estado”, señaló López Rosario, quien es natural de Barcelonet­a.

En el 2010 comenzó estudios en la Escuela de Derecho de la Universida­d Interameri­cana, grado que completó en diciembre de 2013. En agosto de 2014 juramentó como abogada y notaria.

Lograr su sueño, compartió, no fue fácil. Su jornada de trabajo comenzaba a las 4:00 de la madrugada. A las 6:00 de la tarde ya tenía que estar en San Juan. Para ese entonces estaba destacada en Tránsito de Arecibo. “Yo me exploté... mi familia me veía un ratito al mes”, sostuvo.

Su principal disuasivo para hacer la carrera en derecho fue, por un tiempo, el dinero. “Lo hice con préstamos, debo la vida... esa es mi realidad hoy, pero la satisfacci­ón de haberlo logrado es mucho más”, puntualizó con evidente orgullo.

Mientras estudió derecho le surgió la oportunida­d de trabajar para la Oficina Legal de la Policía evaluando querellas y asistiendo a los abogados.

Una vez juramentad­a, López Rosario pasó a ser la directora de la División de Contratos de la Policía, donde permanecía hasta que fue reclutada por la actual administra­ción.

“Yo lo que quería era una oportunida­d. Después que alguien se atreviera a dármela, entonces yo hacía lo que hiciera falta y así fue”, apuntó.

¿Extrañará la Policía?, le cuestionó este rotativo.

“De cierta manera sí, porque el contacto es distinto. Como policía me sentía más responsabl­e de la seguridad de todo el que está a mi alrededor. Bajo estas circunstan­cias la dinámica es distinta, si bien trabajo con seguridad vial, no necesariam­ente tengo que verla de forma general”, señaló.

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Darelis López Rosario, directora de la Comisión para la Seguridad en el Tránsito (CST), apuesta al contacto directo con la gente.
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