Destituyen juez superior por conducta antiética
Se le imputó intervenir con una potencial testigo en un caso en su contra
Q Por entender que violó al menos tres cánones del Código de Ética Judicial, el Tribunal Supremo destituyó ayer –con efectividad inmediata– al juez superior Ricardo J. González Porrata-Doria.
Con su decisión, el Supremo se hizo eco de una determinación previa de la Comisión de Disciplina Judicial, de que González Porrata-Doria había violado los cánones 7, 13 y 23. Empero, a diferencia de lo recomendado, el Supremo le aplicó la sanción más severa posible. La Comisión había recomendado una “censura enérgica”.
“Las faltas que el juez González Porrata-Doria cometió son serias y de una gravedad inaceptable para el cargo de juez superior”, reza la decisión del Supremo de 18 páginas.
El Supremo evaluó una querella presentada contra González Porrata-Doria por intervenir indebidamente con una potencial testigo –empleada de la Rama Judicial– durante la investigación de una queja ética. También evaluó su conducta al contactar personalmente a la abogada de su exesposa, estando pendientes ciertas controversias judiciales entre ambos, a fin de indisponerla en su contra.
El Supremo concluyó que, en efecto, González Porrata-Doria intervino indebidamente con la potencial testigo, así como con la relación de confianza que existía entre su exesposa y su abogada. Concluyó, además, que promovió un ambiente laboral tenso y hostil, que afectó el desempeño y salud emocional de la empleada.
“El juez González Porrata-Doria debió saber que la honorabilidad del cargo se engrandece o se desprestigia según las actuaciones en la vida privada, pues estas tienen la capacidad de influir sobre la legitimidad del sistema de justicia”, reza la opinión.
“Incumpliríamos con nuestro deber de proteger nuestro sistema de justicia si permitimos que este juez continúe representando a la Rama Judicial cuando su conducta no solamente mancilla la imagen de la judicatura, sino que también demuestra un claro abuso de poder y un menosprecio a la verdad”, agrega.
Los jueces del Supremo plantearon que, si mantienen en su puesto a González Porrata-Doria a sabiendas de que “manipuló” a una potencial testigo en un proceso en su contra, descuidarían la integridad y legitimidad de la Rama Judicial. Recordaron, de paso, que, en 2002, lo suspendieron de empleo y sueldo por un período de tres meses por problemas de conducta.
“Ordenamos la destitución inmediata del juez González Porrata-Doria. Esta medida es la más proporcional a su conducta insensata e imprudente, reñida con los principios y normas que gobiernan la función judicial” OPINIÓN DEL TRIBUNAL SUPREMO