Debaten sobre el futuro de la ciudadanía de EE.UU.
Expertos coinciden en que la incertidumbre es para la futura segunda generación de boricuas
WASHINGTON.- En un foro del Centro de Estudios Puertorriqueños, los profesores Charles Venator Santiago y Rafael Cox Alomar coincidieron en que, bajo las normas vigentes, queda garantizada la ciudadanía estadounidense de la próxima generación de puertorriqueños en la Isla, aún bajo la soberanía.
En términos de ley y jurisprudencia federal, es casi imposible quitarle la ciudadanía estadounidense a una persona involuntariamente, dijeron.
Pero, además, el estado de derecho permite la transferencia automática por “derecho de la sangre” (jus sanguinis) de la ciudadanía estadounidense al hijo o hija de dos ciudadanos estadounidenses no importa donde vivan, sea en Siria o en un Puerto Rico independiente. En el caso de un hijo con solo padre o madre estadounidense, se imponen limitadas condiciones de residencia en torno al padre o la madre, no al descendiente.
“El hijo – tomando como ejemplo un joven de alrededor de 25 años–, no va a tener problemas, es su nieto el que va a tener un procedimiento de naturalización complicado”, indicó el profesor Venator Santiago, del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Connecticut.
Cox Alomar coincidió. “La ciudadanía que tenemos es irrevocable”, dijo Cox Alomar, profesor de Derecho en la Universidad del Distrito de Columbia y quien en 2012 fue candidato del Partido Popular Democrático a comisionado residente en Washington.
Los dos profesores fueron los oradores de una conferencia que tuvo lugar el jueves en la noche en la sede del Concilio Nacional La Raza, como parte de una serie de charlas del Centro de Estudios Puertorriqueños del Hunters College de Nueva York en torno al centenario de la Ley Jones de 1917, por la cual el Congreso decidió que los nacidos en Puerto Rico son ciudadanos estadounidenses.
Venator Santiago ha publicado artículos en los que sostiene que, con la ley de naturalización de 1940, la ciudadanía estadounidense de los nacidos en Puerto Rico tiene como fuente la enmienda 14 de la Constitución de Estados Unidos.
Otros, como el constitucionalista José Julián Alvarez, de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, ha indicado que la ciudadanía estadounidense de los boricuas de la Isla tiene protecciones constitucionales, como el debido proceso de ley.
La argumentación de Álvarez González, en aquel momento asesor del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), echó por tierra una carta del Servicio de Investigaciones del Congreso (CRS) de 1989, que afirmó que el legislativo federal tenía el poder de arrebatarle la ciudadanía estadounidense a los nacidos en Puerto Rico.
“Uno de los mitos más grandes es que el Congreso puede hacer lo que le da la gana con el tema de la ciudadanía. No puede porque está limitado por la Constitución y la interpretación del Tribunal Supremo de EE.UU.”, afirmó Cox Alomar.
Venator Santiago está convencido de que la estadidad no será la alternativa de Washington para resolver la situación colonial de Puerto Rico, entre otras cosas, por la preocupación de los republicanos de que los electores de la isla voten principalmente por demócratas y la grave situación fiscal.
“He hablado, incluso, con suficientes congresistas que dicen, ‘si le damos la estadidad a Puerto Rico, no me vuelven a elegir’”, dijo, al reconocer además el hecho de que, contrario a EE.UU., el español es el idioma común del gobierno, los tribunales y las escuelas.
Tanto Venator Santiago como Cox Alomar coinciden en que de, cara a un Puerto Rico soberano, EE.UU. y el gobierno puertorriqueño tienen que diseñar el camino. “No hay precedentes de que Estados Unidos haya admitido un territorio en quiebra”, dijo Cox Alomar, pero tampoco hay “referentes” sobre un acuerdo que mantenga la ciudadanía estadounidense al colectivo de los nacidos en otro país soberano.
“La ley de nacionalidad de 1940 hizo a Puerto Rico parte de EE.UU. solo con el propósito de extender la ciudadanía por nacimiento” CHARLES VENATOR SANTIAGO Profesor Universidad de Connecticut “La ciudadanía de EE.UU. de los que ya la tenemos es irrevocable. Bajo la soberanía, la pregunta es para la segunda generación de los que no han nacido” RAFAEL COX ALOMAR Profesor de la Universidad del Distrito de Columbia