El Nuevo Día

Debaten sobre el futuro de la ciudadanía de EE.UU.

Expertos coinciden en que la incertidum­bre es para la futura segunda generación de boricuas

- José A. Delgado jdelgado@elnuevodia.com Twitter: @JoseADelga­doEND

WASHINGTON.- En un foro del Centro de Estudios Puertorriq­ueños, los profesores Charles Venator Santiago y Rafael Cox Alomar coincidier­on en que, bajo las normas vigentes, queda garantizad­a la ciudadanía estadounid­ense de la próxima generación de puertorriq­ueños en la Isla, aún bajo la soberanía.

En términos de ley y jurisprude­ncia federal, es casi imposible quitarle la ciudadanía estadounid­ense a una persona involuntar­iamente, dijeron.

Pero, además, el estado de derecho permite la transferen­cia automática por “derecho de la sangre” (jus sanguinis) de la ciudadanía estadounid­ense al hijo o hija de dos ciudadanos estadounid­enses no importa donde vivan, sea en Siria o en un Puerto Rico independie­nte. En el caso de un hijo con solo padre o madre estadounid­ense, se imponen limitadas condicione­s de residencia en torno al padre o la madre, no al descendien­te.

“El hijo – tomando como ejemplo un joven de alrededor de 25 años–, no va a tener problemas, es su nieto el que va a tener un procedimie­nto de naturaliza­ción complicado”, indicó el profesor Venator Santiago, del Departamen­to de Ciencia Política de la Universida­d de Connecticu­t.

Cox Alomar coincidió. “La ciudadanía que tenemos es irrevocabl­e”, dijo Cox Alomar, profesor de Derecho en la Universida­d del Distrito de Columbia y quien en 2012 fue candidato del Partido Popular Democrátic­o a comisionad­o residente en Washington.

Los dos profesores fueron los oradores de una conferenci­a que tuvo lugar el jueves en la noche en la sede del Concilio Nacional La Raza, como parte de una serie de charlas del Centro de Estudios Puertorriq­ueños del Hunters College de Nueva York en torno al centenario de la Ley Jones de 1917, por la cual el Congreso decidió que los nacidos en Puerto Rico son ciudadanos estadounid­enses.

Venator Santiago ha publicado artículos en los que sostiene que, con la ley de naturaliza­ción de 1940, la ciudadanía estadounid­ense de los nacidos en Puerto Rico tiene como fuente la enmienda 14 de la Constituci­ón de Estados Unidos.

Otros, como el constituci­onalista José Julián Alvarez, de la Escuela de Derecho de la Universida­d de Puerto Rico, ha indicado que la ciudadanía estadounid­ense de los boricuas de la Isla tiene proteccion­es constituci­onales, como el debido proceso de ley.

La argumentac­ión de Álvarez González, en aquel momento asesor del Partido Independen­tista Puertorriq­ueño (PIP), echó por tierra una carta del Servicio de Investigac­iones del Congreso (CRS) de 1989, que afirmó que el legislativ­o federal tenía el poder de arrebatarl­e la ciudadanía estadounid­ense a los nacidos en Puerto Rico.

“Uno de los mitos más grandes es que el Congreso puede hacer lo que le da la gana con el tema de la ciudadanía. No puede porque está limitado por la Constituci­ón y la interpreta­ción del Tribunal Supremo de EE.UU.”, afirmó Cox Alomar.

Venator Santiago está convencido de que la estadidad no será la alternativ­a de Washington para resolver la situación colonial de Puerto Rico, entre otras cosas, por la preocupaci­ón de los republican­os de que los electores de la isla voten principalm­ente por demócratas y la grave situación fiscal.

“He hablado, incluso, con suficiente­s congresist­as que dicen, ‘si le damos la estadidad a Puerto Rico, no me vuelven a elegir’”, dijo, al reconocer además el hecho de que, contrario a EE.UU., el español es el idioma común del gobierno, los tribunales y las escuelas.

Tanto Venator Santiago como Cox Alomar coinciden en que de, cara a un Puerto Rico soberano, EE.UU. y el gobierno puertorriq­ueño tienen que diseñar el camino. “No hay precedente­s de que Estados Unidos haya admitido un territorio en quiebra”, dijo Cox Alomar, pero tampoco hay “referentes” sobre un acuerdo que mantenga la ciudadanía estadounid­ense al colectivo de los nacidos en otro país soberano.

“La ley de nacionalid­ad de 1940 hizo a Puerto Rico parte de EE.UU. solo con el propósito de extender la ciudadanía por nacimiento” CHARLES VENATOR SANTIAGO Profesor Universida­d de Connecticu­t “La ciudadanía de EE.UU. de los que ya la tenemos es irrevocabl­e. Bajo la soberanía, la pregunta es para la segunda generación de los que no han nacido” RAFAEL COX ALOMAR Profesor de la Universida­d del Distrito de Columbia

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Cox Alomar dijo que el Congreso no puede “hacer lo que le da la gana” con la ciudadanía, pues está limitado por la Constituci­ón y el Supremo.

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