Trump sigue siendo un gran reto para la economía boricua
Expertos definen el gobierno federal actual como uno atípico y disfuncional
En estos momentos, Puerto Rico se enfrenta con certeza a dos realidades: a un gobierno federal “disfuncional” sin pizca de interés sobre su situación económica y política, que a casi 100 días de su investidura carece de un norte definido con relación a lo que será su política pública, y a la reestructuración de su deuda bajo el Título III de PROMESA en la Corte federal.
Estas fueron las conclusiones a las que llegaron ayer los portavoces de UBS, John Savercool, director y cabildero senior de UBS Americas, y Tom McLoughlin, codirector del CIO Fundamental Research de UBS Financial Services, a raíz de lo que ha ocurrido durante los primeros 100 días de la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y del gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló Neváres.
Para ambos expertos en temas financieros y de política pública, las circunstancias actuales son unas atípicas tanto para Puerto Rico como para Estados Unidos, y se verán influenciadas en el arco del año por las determinaciones y de- cisiones que tome la administración de Trump, principalmente en lo que respecta a su política pública y a las reformas de impuestos y salud, respectivamente.
“Lo que está pasando ahora en Washington es muy diferente a como ha sido siempre y, principalmente, se debe al nuevo presidente. Él tiene un carácter y estilo diferente. Eso fue lo que vimos en su campaña y es lo que todavía sigue presente aún después de las elecciones”, explicó Savercool.
Abundó que usualmente cuando ocurre una elección, la gente se olvida de las elecciones y tratan de darle una oportunidad al nuevo presidente. Incluso, mencionó que es normal que los índices de aprobación del primer mandatario suban durante los primeros 100 días de su presidencia. “Eso todavía no ha pasado con Trump. Sus números están igual de bajos que el primer día de su elección”, aclaró.
Un fenómeno es que todavía existe una marcada división dentro de los mismos partidos, tanto entre los republicanos como de demócratas, donde la energía de Bernie Sanders es la que se está haciendo sentir, afirmó el cabildero.
El hecho de que Trump cuente con un equipo de trabajo aún muy reducido, y siendo la mayoría de ellos sin experiencia, ha agravado la situación en Washington. Esto sumado a que gran parte de su gabinete aún no ha sido confirmado, dijo. Bajo este ambiente, explicó que se hace más fácil que conservadores y liberales se opongan a las medidas y que “no pase literalmente nada en la Capital federal”.
Ahora mismo lo que se busca es intentar de descifrar hacia dónde Trump inclinará su política pública ya que, según el experto, a pesar de que ha cumplido con algunas de sus promesas de campaña, en otras instancias ha cambiado de postura. “Realmente no sabemos hacia dónde va luego de 90 días de su presidencia. Aunque pareciera que por lo que hemos visto, su política doméstica será más la de un republicano promedio, ya que ha dicho que irá tras una reducción en impuestos y por el reemplazo del Obamacare”, opinó.
Lo que no está claro son sus políticas de relaciones con el extranjero, aunque mencionó se le ha visto mucho más agresivo que los presidentes anteriores.
“Por lo pronto, sabemos que la meta de Trump será bajar y simplificar los impuestos corporativos y de individuos”, expresó Savercool, quien aseguró que al final del año los republicanos buscarán que midan sus resultados a través de la reforma de impuestos. No obstante, dijo que no ha visto nada en ese primer borrador del proyecto que tenga que ver o vincule a Puerto Rico.
Según dijo, el tema de Puerto Rico es “inexistente” en Washington, ya sea por desconocimiento o porque simplemente no es una prioridad.
En cuanto a la deuda de Puerto Rico, McLoughlin estableció que será inevitable que llegue a los tribunales para buscar un Título III, ante lo poco probable que el Gobierno alcance un acuerdo con los bonistas, así como la falta de especificidad en el Plan Fiscal que sometió el Gobierno ante la Junta de Supervisión Fiscal.
“Si a PREPA le tomó 18 meses lograrlo y su reestructuración era mucho más sencilla, dudo mucho que el Gobierno pueda hacerlo en los días que le quedan”, sentenció el codirector de CIO Fundamental Research.