Hacia una cultura de investigar en la UPR
Sin duda alguna los conflictos huelgarios son eventos traumáticos que marcan generaciones y transforman la vida de muchos de sus protagonistas. De esos procesos siempre hay lecciones que aprender, experiencias que modifican conductas y en ocasiones, los estilos de lucha, y la forma en que futuras generaciones dirimen la solución de los conflictos.
La importancia de la investigación como eje central de la enseñanza universitaria y fuerza motriz del desarrollo social y económico de un pueblo ha sido uno de los sectores más afectados en huelgas pasadas. Contrario a lo ocurrido en el pasado, durante la huelga actual hemos visto un reconocimiento de parte del estudiantado de la importancia de no obstaculizar la investigación en curso. Reiteradamente escuchamos expresiones públicas de parte del liderato estudiantil asegurando que tanto los investigadores como sus estudiantes graduados tendrán libre acceso a sus instalaciones, proyectando de esta manera la mejor intención de que la lucha por sus reclamos no socavará los esfuerzos de búsqueda de conocimiento en la Universidad. Esa es una actitud loable que muestra ganancia de madurez de parte del estudiantado. Sin embargo, en la práctica, el escenario actual refleja que todavía resta mucho por aprender en cuanto a lo que verdaderamente significa poseer una cultura de investigación en un Centro Universitario.
La investigación no es un proceso aislado que ejerce un científico en su laboratorio, desligado del resto de la comunidad universitaria. Todo lo contrario, los procesos de investigación requieren de un ecosistema complejo que involucra de forma continua a múltiples componentes del sistema universitario (desde el conserje hasta el investigador). La investigación requiere de la redacción de propuestas, las cuales requieren a su vez la evaluación y aprobación de los canales administrativos (con fechas límites), de oficiales de presupuestos, y en casos donde exista “pareo”, requiere incluso la intervención de los rectores o de presidencia. Los proyectos de investigación requieren la radicación de contratos con agencias o entidades que financian los mismos, la contratación de técnicos o asistentes de investigación. Requiere el pago de ayudantías a estudiantes graduados, la emisión de facturas, la contabilidad de gastos. En las ciencias naturales, la investigación conlleva la recolección, procesamiento y análisis de muestras, el uso de vehículos oficiales, la preparación de órdenes de compra, el recibo de materiales y equipo, el inventario de propiedad. Gran parte de estos procesos lo realizan empleados del Sindicato de Trabajadores o de la Hermandad de Empleados Exentos no Docentes (HEEND), sin cuya presencia en el campus es simplemente imposible realizar con éxito la investigación.
Desafortunadamente, este aspecto no ha sido reconocido aún ni por el estudiantado ni por los grupos sindicales y ni tan siquiera por la misma administración. Nos falta aún por entender que la investigación requiere el compromiso de todos, un entendimiento claro que la búsqueda de conocimiento no se detiene, que una institución verdaderamente comprometida con la investigación debe mantener (con gradaciones que pueden ser armonizadas a los procesos huelgarios) su andamiaje operacional disponible 24 horas los 365 días del año. Pero más importante aún es que todo universitario se sienta partícipe del proceso, que sienta que su mera presencia en el campus lo convierte en un colaborador de todos los proyectos de investigación.
Sin lugar a dudas, ha habido avances en el reconocimiento de la importancia de la investigación para una Universidad de vanguardia. Queda sin embargo todavía mucho por hacer para entronizar una verdadera cultura de investigación en la Universidad.