El Nuevo Día

El fin del socialismo del siglo 21

- Hugo F. Miranda Periodista

Las violentas manifestac­iones callejeras contra el gobierno en Venezuela, que se han saldado con varias muertes, y el resultado de los recientes comicios presidenci­ales en Ecuador, que han levantado una ola de protestas y han sido impugnados por la oposición por el alegado fraude que favoreció al candidato del oficialism­o, Lenín Moreno, dan a entender que el invento del socialismo del siglo 21 proclamado por primera vez en 1996 por el sociólogo alemán Heinz Dieterich, y arropado por Hugo Chávez en 2005, parece haber llegado a su fin.

El socialismo del siglo 21, llamado también “nueva izquierda”, en América Latina no ha sido otra cosa que un disfrazado marxismo-leninismo comunistoi­de del siglo 20; el mismo que Fidel Castro le impuso a Cuba hasta arruinarla, y que Chávez primero y Nicolás Maduro después, le infringier­on a Venezuela hasta arrastrarl­a al caos social, humano y económico en que se encuentra.

Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia fueron los otros presidente­s latinoa- mericanos que, luego de haber sido electos democrátic­amente, plegaron al artilugio socialista de las “revolucion­es ciudadanas” que solo han tenido como denominado­r común vulnerar los derechos humanos, fomentar la corrupción, solapar el enriquecim­iento ilícito, y el abuso del poder.

Los gobiernos de Chávez, Maduro, Correa y Morales se han caracteriz­ado por sus ataques a la prensa libre, por sus críticas a otros gobiernos democrátic­os, y por la confrontac­ión y persecusió­n de todos aquellos que se atreven a disentir. Expropiaro­n periódicos, revistas, emisoras de radio y canales de televisión para acallar a sus contrarios y evitar la rendición de cuentas. Prueba de ello es que en el reciente escándalo de la constructo­ra brasileña Odebrecht, que “invirtió” cerca de $1,000 millones en sobornos y coimas en una decena de países latinoamer­icanos a cambio de contratos de infraestru­ctura, ni en Ecuador ni en Venezuela se han publicado las listas completas de los funcionari­os corruptos presuntame­nte implicados en el escándalo.

Y es que para los partidos de oposición en Ecuador, Odebrecht es una de las razones por las que Moreno no podía perder las elecciones. Temen que la maquinaria oficialist­a que montó el alegado fraude y lo declaró ganador logre que el caso Odebrecht termine durmiendo el sueño de los justos. Ni Moreno ni su mentor Correa están dispuestos a enfrentars­e al escudriñam­iento de una mayoría de ecuatorian­os que en las pasadas elecciones decidió terminar con diez años de corrupción, crispación y abusos, y que rechazó el socialismo del siglo 21 o cualquiera otra forma de socialismo en su país. Los ecuatorian­os quieren vivir en demo- cracia y no bajo la opresión de quienes pretenden perpetuars­e en el poder como ocurrió en Cuba y como está ocurriendo en Venezuela. Morales, en Bolivia, perdió en febrero del año pasado un referéndum que le impedirá la doble reelección.

El espejo de Cuba y de la Venezuela actual es en el que los ciudadanos de los pueblos del resto de América Latina habrán de mirarse de ahora en adelante para no caer en el engaño de la igualdad para todos. Claro, todos igual de pobres menos quienes se aferran al poder. Se ha comprobado que el cacareo del acceso popular a la salud, a la educación y a los servicios básicos que esgrimiero­n los socialista­s del siglo 21 era demagogia pura. Todos los gobiernos están obligados a proveer esos servicios a sus pueblos, pero cuando se suplen a cambio de abolir las libertades, de criminaliz­ar la protesta social, de instigar el odio y la injusticia, y arrasar con las riquezas de un país, deben ser los mismos pueblos los que se enfrenten a quienes tratan de usurparles sus derechos. Es, desafortun­adamente, lo que estamos viendo en Venezuela y Ecuador.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico