Terapias para la memoria
Dos trabajadoras sociales crean proyecto de estimulación cognitiva que beneficia a personas con diversas necesidades
Cuando a don Ramón Baltar le pidieron recortar palabras de un periódico para formar nuevas oraciones, le tomó un tiempo asimilar lo que la trabajadora social le pedía. Después de todo, eso parecía ser un juego de niños y él ya cuenta 83 abriles.
Sin embargo, esa actividad le ayuda, como a los menores, a desarrollar destrezas como la atención, lenguaje, movimiento motor fino y, en su caso particular, la memoria. Esos beneficios, junto con el aspecto de recreación, son resultado de las terapias que recibe en el Programa Neurocognitivo Sensorial Grupal dirigido a personas con problemas de memoria o que están interesadas en prevenirlos. El Programa fue creado por las trabajadoras sociales Lilliam Valcárcel y Miriam Rodríguez, con 17 años de experiencia en estimulación cognitiva y tres, en temas de pérdida de memoria, respectivamente. Actualmente, los servicios se ofrecen en bloques de 12 terapias, en oficinas en Trujillo Alto y Bayamón. Don Ramón asiste a Trujillo Alto, donde el grupo está integrado por ocho participantes, en su mayoría personas interesadas en la prevención. Ese es el caso de su esposa, Adela, quien explicó que “me estoy preparando para atenderlo a él, porque tiene problemas de memoria”.
Como tantas otras personas, Adela enfrenta el difícil proceso de aceptar el diagnóstico de su compañero de vida y de hacer ajustes en la convivencia.
“Después de ver todo lo que hacía y ver una persona así es difícil, bien difícil”, lamentó la mujer sobre don Ramón, quien fue guardacostas y contador en el sector público y privado.
“Él lo hacía todo. Yo fui ama de casa desde que los nenes estaban chiquitos y ahora me toca hacer las cosas. Yo nunca cuadré una cuenta del banco, yo dependía de él”, contó Adela mientras compartía con el resto de los participantes en la mesa en la cual realizan las tareas.
La mujer dijo que muchas veces no sabe qué hacer para que su esposo se mantenga activo, y celebró que la pasada semana haya aceptado hacer la asignación que le dieron en el Programa. “Esta es la única diversión, diversión, diversión que tenemos él y yo. Yo siempre estaba buscando algo que no fuera en casa”, sostuvo Adela.
Valcárcel aprovechó esa expresión para explicar que “lo que ella dice es importante porque tenemos que hacer cosas que nos agraden. Eso es bueno para el cerebro, por las endorfinas”, sustancia que produce el cuerpo y que resultan en una sensación de bienestar. A mí “me trajeron arrastra’o”, dijo en tono de broma don Ramón, para luego añadir que el Programa “es interesantísimo, importante. El conocimiento lo tengo ahí, espero que siga meneándose como el caldero”. “Estoy aquí porque necesito
el conocimiento para atender a mi esposo”. Esa fue la explicación que ofreció, por su parte, Emma, sobre su asistencia al Programa. “Vine con deseos de saber, para ver cómo trabajar con personas que tienen problemas de memoria”, señaló la mujer jubilada del Departamento de Educación.
AYUDA PREVENTIVA. Mientras, Mery, trabajadora social retirada desde el 2002, afirmó que “vine con propósito preventivo”. “Hace unos cuantos años, cuando mi mamá falleció tenía Alzheimer, aunque no estaba en las últimas etapas, y yo (vine) pensando en eso y en la posibilidad de hacer una labor de prevención. También, para atender a mi esposo, que es una persona bastante mayor, que ya tiene 82 picando pa’ 83. Dije: ‘me tengo que proteger para ayudarlo a él’”, explicó la mujer, quien se mantiene activa en la Comisión de Ética del Colegio de Trabajadores Sociales de Puerto Rico, colabora en la iglesia a la que asiste y es voluntaria de AARP.
El Programa Neurocognitivo Sensorial Grupal repasa y fortalece destrezas mediante ejercicios de lenguaje, en los que se identifican objetos por su nombre o se hacen listas de cosas; de concentración, con tareas en las que se identifican cuantos objetos hay dentro de otro o se forman figuras a partir de trazos geométricos; de cálculo, mientras se cuentan objetos; y de memoria, recordando canciones, personas y eventos, entre muchas otras actividades. “Desarrollamos el Programa para personas que comienzan con olvidos por la edad o por algo más fisiológico. Son una serie de talleres donde ellos aprenden destrezas que ponen en práctica en su hogar. Cada sesión cumple un propósito. Además, es un punto de encuentro donde ellos comparten y socializan, es una manera de disfrutar”, explicó Rodríguez. De hecho, Ángela y su hija Elizabeth llegaron alegremente con un dulce de lechosa hecho en su casa que llevaron para compartir con los demás.
Uno de los distintivos del Programa es que los participantes se llevan asignaciones para su casa en las cuales repasan lo realizado en las terapias, destacó Valcárcel, justo antes de preguntar cuántos habían caminado durante la semana y de que el grupo comenzara a hacer ejercicios.
Los interesados pueden llamar al (787) 505-9065, (787) 598-0168 o escribir a: pns.grupal60@yahoo.com.