El Nuevo Día

Tiempo de preparació­n contra los mosquitos

-

Las recientes lluvias causaron derrumbes que reorganiza­ron la topografía y devastaron gran parte del oeste de la Isla. Trágicamen­te, se perdieron vidas, familias se vieron afectadas. Más allá de ese impacto, los aguaceros de las pasadas semanas pudieran ser precursora­s de algo más complicado y potencialm­ente más severo a largo plazo.

Desde el punto de vista entomológi­co, precipitac­ión de esa magnitud es hasta cierto punto beneficios­a pues destruye mucho de los criaderos de mosquitos existentes y las fuertes brisas mueven o eliminan poblacione­s de mosquitos adultos, lo que provee alivio temporal. Sin embargo, estos “beneficios” son transitori­os y traen consigo otras consecuenc­ias.

Aunque es cierto que lluvias torrencial­es reorganiza­n criaderos de mosquitos y relocaliza­n gran parte de esa población, ese es precisamen­te el problema. Toma tiempo localizar los criaderos “nuevos” y muchos, aunque contengan agua, no dan indicio de haber sido colonizado­s por mosquitos. Además, la aparente reducción de la población de mosquitos adultos como consecuenc­ia de las brisas le da la impresión a muchos que los métodos de protección personal ya no son de tanta importanci­a. Nada puede ser más contraprod­ucente.

Ahora, cuando la población de mosquitos está tratando de colonizar nuevos criaderos para recuperars­e del trauma causado por las lluvias y las brisas es cuando hay que tomar acción. Ahora es el momento de pensar como un mosquito y buscar todos los lugares que tengan -o puedan tener- “agua libre” que pudiera convertirs­e en criadero. Algunos de los métodos caseros más efectivos incluyen ponerle arena a los platos de tiestos de manera que no acumulen agua, destapar los desagües de los techos de las casas, examinar las axilas de las hojas de bromelias y otras plantas que puedan acumular agua para la presencia de larvas, etc. En fin, pensar como mosquito.

Hacer esto es la mejor manera de reducir o eliminar los criaderos en su casa y su vecindario y así ayudar a minimizar la probabilid­ad de que el dengue, chikunguny­a, zika o cualquier otra enfermedad transmitid­a por Aedes aegypti se apodere otra vez de la Isla.

Ningún Gobierno tiene la fuerza laboral ni la capacidad de poder examinar una ciudad y proveer protección contra enfermedad­es transmitid­as por mosquitos. Sin la cooperació­n de la comunidad, el mosquito continuará campeando por su respeto y haciendo su agosto.

Manuel F. Lluberas Entomólogo en Salud Pública

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico