Innovación con sabor a panapén
Wonderen’s Foods comienza a sacarle partido a la pana, a la vez que fomenta el agro sustentable
Sin prisa y sin pausa, el joven Juan Carlos Rodríguez se ha convertido en el agroempresario que imaginó hace casi cuatro años.
Para mediados de 2013, cursaba bachillerato en el Recinto de Mayagüez, de la Universidad de Puerto Rico, cuando originó la idea de Wonderen’s Foods: una elaboradora de productos a base de panapén, que permite disfrutar de su sabor y nutrición todo el año, sin pasar el trabajo de alcanzar el fruto con una vara, picarlo y pelarlo.
Buscó, además, darle la vuelta a la realidad de que una pana tiene corta vida útil si no se congela o procesa y que, en muchos lugares de Puerto Rico, se pierde a pesar de figurar entre los 20 frutos más nutritivos del mundo.
“No tenía el apuro, porque estaba estudiando. Con los proyectos de clase fui desarrollando el concepto, los estudios de mercado, análisis de máquinas y costos de producción. Lo fui haciendo poco a poco”, recordó el ahora ingeniero industrial de 27 años.
De ese proceso surgió la idea de llevar la pana en formato similar a las papitas fritas o “french fries”, por ser conocido globalmente. También la convirtió en una harina versátil y libre de gluten. Solo faltaba tener un local de manufactura.
“Fue para 2016 que conseguimos un financiamiento que nos abrió las puertas para tener nuestra propia localidad”, indicó sobre la planta de 3,500 pies cuadrados que consiguió con ayuda del ayuntamiento de Mayagüez y que hoy emplea a cuatro personas.
El primer paso fue iniciar producción de las PanaFries, bajo la marca de PanaWest. Con apenas tres meses en el mercado, las PanaFries se encuentran en Natural Food Center y Natucentro de Mayagüez, en Freshmart y BioShack.
¿Por qué en puntos de venta de productos naturales?
“Es algo estratégico”, indicó. “Ya de por sí la pana tiene valores nutricionales de superfruto y hemos decidido que queremos darle el valor que se merece la pana. En estos mercados hemos encontrado que están buscando este producto y hay más disposición a pagar su valor”.
Las PanaFries carecen de preservativos, sal, azúcar o colorantes. Al no agregar harinas de trigo se mantiene el beneficio de ser un producto naturalmente libre de gluten. “Tampoco contiene aceite, porque no prefreímos, sino que prehorneamos en papel de cera”, reveló.
El producto también se mueve por venta a restaurantes y, al mantenerse congelado, tiene una vida útil de ocho meses, agregó.
En el camino, Rodríguez se ha convertido en un verdadero experto en la “fruta del pan”, como se le conoce mundialmente, y ha cultivado relaciones significativas con personas e instituciones clave de este campo, interesado no solo en su compañía, sino también en educar a agricultores y ampliar el cultivo.
En marzo operó como anfitrión de representantes del Instituto de Pana de Hawaii, entidad enfocada en investigar este cultivo, preservar su biodiversidad - con más de 120 variedades documentadas - y liderar iniciativas en las que la pana se utiliza para aumentar la seguridad alimentaria en poblaciones en riesgo de hambre.
“Ya para finales del año el Instituto de Pana en Hawaii estará donando 3,000 árboles de pana a agricultores seleccionados, como parte de un proyecto de siembra agroforestal”, explicó.
Así, además de promover la agricultura sostenible y asegurarle a esos productores que tendrán en Wonderen’s Foods un comprador de su cosecha, se procurará también ayudar a preservar la reinita de Bosque Enano que habita en las cercanías de El Yunque y también del bosque de Maricao, detalló.
Para lo que resta de 2017, Rodríguez espera ver un aumento en su suplido de pana, cuando comiencen a producir algunos de los 2,000 árboles de siembra reciente. “Invitamos a más agricultores a darle la oportunidad al árbol de pana. En nosotros tienen un comprador”, expresó.
MÁS ALLÁ DE LA PANA. Además de la pana, Rodríguez ha identificado apetito en el mercado por las papitas de batata mameya. Actualmente, en Puerto Rico se importan en este formato y se utilizan como complementos en muchos restaurantes. Sin embargo, se trata de productos con aditivos, preservativos y grasas agregadas durante el proceso de elaboración, distinguió.
“Podemos compartir que ya estamos listos para lanzar nuestra línea de batata fries. Hemos visto un buen auge en diferentes mercados con la batata”, adelantó Rodríguez.
Es la misma idea: solamente batata, sin agregarle nada, para que retenga su máximo atractivo nutricional.
Una diferencia importante es que en este caso compra la materia prima a través de un distribuidor que importa batata mameya de Estados Unidos. Esto responde a que en la Isla la siembra de esa variedad no es muy popular.
“Pero estamos conversando con algunos agricultores locales que han ido a convenciones en el exterior y están ya experimentando con variedades de batata mameya más resistentes”, apuntó.
Por lo pronto, la decisión de importar también responde a realidades del mercado que, según ha estudiado Rodríguez, “se inclina más a la mameya porque es más dulce y su color es muy atractivo”.