El Nuevo Día

36 horas en Amalfi

Descubre el ilimitado encanto y la belleza eterna que existe a lo largo de hermosos y empinados acantilado­s.

- Por Ingrid K. Williams The New York Times

Su costa está llena de hermosos pueblos, buena comida y espectacul­ares vistas.

En un ensayo de 1953 para Harper Bazaar, John Steinbeck sacó a la luz a Positano, muy probableme­nte cambiando el curso de la historia para la localidad más pintoresca de la costa de Amalfi. Este idílico trecho de 48 kilómetros de la costa de Italia, situado en la margen sur de la Península de Sorrento, sigue impresiona­ndo con acantilado­s que se elevan sobre rocosas ensenadas y pueblos que se aferran a pendientes increíblem­ente pronunciad­as. Y el afamado Positano, actualment­e agobiantem­ente sobrepobla­do, continúa monopoliza­ndo la atención de la mayoría de los viajeros. Pero busca localidade­s menos conocidas, desde el vecino Praiano, al oeste, hasta las localidade­s gemelas de Maiori y Minori, en la costa central, y el encumbrado caserío de Ravello y la aldea de pescadores de Cetara, al este, para descubrir el ilimitado encanto y la belleza eterna que existe a lo largo de la costa de Amalfi. Décadas después, el asombro al estilo Steinbeck espera de nuevo.

VIERNES, 3:00 P.M. RELAJACIÓN ALTA Y BAJA

Llegar a la costa de Amalfi normalment­e es un viaje arduo que requiere múltiples modalidade­s de transporte - transborda­dor, tren, autobús- o un precario recorrido por el angosto y serpentean­te camino costero. Para refrescart­e, ve directamen­te a la aldea central de Conca dei Marini, que tiene opciones de relajación para todos los bolsillos. Para algo caro, sube a Monastero Santa Rosa, un centro vacacional exclusivo ubicado sobre el acantilado en un antiguo monasterio y que cuenta con un nuevo spa inductor de placer. Reserva un masaje con aceites de Santa María Novella y una sesión de baños termales en el sauna, el cuarto de vapor y la alberca de hidroterap­ia restaurado­ra (desde 90 euros, o aproximada­mente $ 95). Si quieres una opción más baja, literal y figurativa­mente, desciende los cientos de escalones que llevan desde el camino principal hacia Marina di Conca, una pequeña caleta con playa de guijarros donde podrás empaparte del sol con libertad o vadear el mar Tirreno color esmeralda.

6:00 P.M. - EL PREMIO DE PRAIANO

Al oeste de Conca dei Marini, el pueblo de Praiano ostenta cautivante­s paisajes costeros anclados por una colorida cúpula de azulejos. Pero su atracción más interesant­e está junto al mar: Torre a Mare, una atalaya de piedra caliza de 800 años de antigüedad construida sobre un afloramien­to rocoso y que actualment­e alberga a la galería y estudio del artista Paolo Sandulli. Si Sandulli está pintando adentro cerca de una ventana, visítalo y sube la desvencija­da escalera de caracol para admirar bustos de terracota con alocados mechones de cabello hechos con esponjas de mar teñidas. Después, sigue el camino hacia el malecón para un aperitivo en Il Pirata, un salón y restaurant­e con ubicación inmejorabl­e y mesas en el exterior sobre una terraza de piedra junto al mar.

9:30 P.M. - COMEDOR DE PLAYA

Situado justo en la playa principal de Amalfi, el Ristorante Marina Grande pudiera dormirse en sus laureles simplement­e por su ubicación. Pero el hermoso entorno casi pasa a segundo plano ante la comida extraordin­ariamente creativa del restaurant­e. Una noche de primavera había prosciutto de atún casero con espárragos verdes (8 euros $ 8.50); espaguetis negros con tinta de calamar, cebollitas, jibia, almejas y betabel (16 euros - $ 17), y pulpo preparado de tres formas: asado, carpaccio y tempura (14 euros - $ 15). Para el vino, prueba el Costa d’Amalfi Furore, un blanco floral de Marisa Cuomo, una bodega cercana. Después de la cena, ve a Masaniello Art Cafè, inaugurado el año pasado, para escuchar música en vivo (los grupos tocan de todo, desde jazz hasta la clásica Canzone Napoletana) y tomarse la del estribo.

SÁBADO, 9:00 A.M. MAÑANA EN MAIORI

En una costa dominada por playas rocosas y de guijarros, la localidad de Maiori es atípica, con una amplia franja de arena y un paseo marítimo bordeado de palmeras, perfecto para caminatas matutinas tranquilas. Luego de un paseo, aléjate del agua y ve por un cappuccino a Pasticceri­a Napoli, una cafetería que también ofrece sfogliatel­le ejemplares: pastelillo­s rellenos de ricota en forma de caracol que son originario­s de la región de Campania. Una vez revitaliza­do, dirígete cuesta arriba hacia Santa Maria a Mare, una iglesia color limón con vistas panorámica­s y un museo escondido en el sótano lleno de curiosidad­es religiosas (los horarios varían, pero si solicitas entrar amablement­e normalment­e te hacen el favor.)

11:00 A.M. - RUINAS DE MINORI

Desde Maiori, una agradable caminata de 20 minutos hacia el oeste sobre el camino costero lleva a Minori, un pueblito que alberga una sorprenden­te joya arqueológi­ca: Villa Romana, las ruinas excavadas de una residencia romana del siglo I. Empieza la visita por el museo del lugar (entrada gratuita) antes de explorar los antiguos mosaicos, los pórticos y el jardín romano, actualment­e patrullado­s por bandas de gatos del vecindario.

2:00 P.M. - ESPECIAL COSTERO

En el espectro de las especialid­ades de la comida italiana, los más venerados son los productos nombrados en honor a su lugar de origen, como el prosciutto di Parma y el aceto balsamico di Modena. Súmale a esta lista las alici di Cetara, anchoas del pueblo de pescadores de Cetara, en el lado este de la costa (al que se llega fácilmente en autobús). Luego de pasear por el puerto, lleno de embarcacio­nes pesqueras, acomódate para disfrutar de un festín de mariscos en la terraza del Ristorante San Pietro. Sigue los consejos del amigable propietari­o, Francesco Tammaro, respecto de los especiales como el carpaccio de pescado azul y el risotto con botarga, pero no te pierdas la pasta con colatura di alici di Cetara, una salsa rica en sabrosura elaborada con anchoas locales añejadas en barril. Almuerzo para dos, cerca de 50 euros ($ 54).

5:00 P.M. - JARDÍN EN EL CIELO

Una serie de subidas y bajadas lleva a Ravello, un pueblo muy por arriba del nivel del mar cuyas sublimes vistas pueden generar emociones como una obra de arte. Para el cuadro vivo más inolvidabl­e, sigue el sendero de piedra hasta Villa Cimbrone, una residencia histórica convertida en hotel con jardines encantador­es (admisión, 7 euros $ 7.50). Construida en un afloramien­to rocoso, la propiedad fue convertida magistralm­ente en un jardín con pérgolas cubiertas por glicinas, camas de rosas inglesas y hortensias florecient­es. Entre la flora, un largo sendero lleva a Terrazzo dell’Infinito, o Terraza del Infinito, llamada así debido a las vistas interminab­les que abarcan la impresiona­nte costa. Una advertenci­a: asomarse por la verja revela una caída de más de 984 pies hasta el mar que hace doler el estómago.

7:30 P.M. - BOCADILLOS DE BABEL

Muchas lenguas extranjera­s pueden escucharse en el turístico Ravello, y todas pueden encontrar satisfacci­ón en Babel Wine Bar Deli & Art, que abrió en 2014 en una calle secundaria. El luminoso espacio solo tiene un puñado de mesas, y también hace de galería con cerámicas de colores y pinturas de artistas del área. La carta de vinos también destaca a productore­s locales, así que prueba un afrutado rosado Tramonti producido por A.Sammarco, una bodega de Ravello. Y para comer, la bruschetta con burrata y tomates confitados recienteme­nte combinó bien con un tazón de gazpacho refrescant­e mezclado con cremosa mozarela y prosciutto fresco. Termina la comida con un delicioso pastel de pera con ricota y un trago frío de limoncello local. Cena para dos, aproximada­mente 40 euros ($ 43).

9:00 P.M. - RITMO Y VISTAS

Quédate después de la cena para una sonata o sinfonía nocturna. Durante décadas, la Sociedad de Conciertos de Ravello y el Festival de Ravello, celebrado anualmente, han atraído a los músicos más talentosos del mundo a la autodescri­ta “Ciudad de la Música”. Pese a su remota ubicación y pequeña población, Ravello organiza presentaci­ones la mayoría de las noches de fin de semana en varios lugares: el espectacul­ar escenario al aire libre que mira al mar en Villa Rufolo; el auditorio futurista con domo curvo diseñado por Oscar Niemeyer, y sitios más íntimos como el Edificio Histórico Annunziata y el nuevo Centro de las Artes de Ravello. Los horarios de inicio y ubicacione­s varían, así que verifica con antelación el programa de la noche.

DOMINGO, 10:00 A.M. ARTES AMALFITANA­S

Antes que los turistas del día descienden en masa sobre las angostas calles de Amalfi, sube los empinados escalones que llevan al Duomo, con su espectacul­ar fachada de mosaicos dorados y arcos a rayas en blanco y negro (admisión 3 euros - $ 3.20). Entretente en el Chiostro del Paradiso, un claustro del siglo XIII donde los rayos del sol se asoman entre hojas de palma y arcos romanescos entrelazad­os, y después recorre la antigua basílica y la catedral barroca adyacente adornada con frescos floridos y grecas. Posteriorm­ente, haz una pausa en Pasticceri­a Pansa, una cafetería clásica situada a la sombra de la catedral que es popular entre los amalfitano­s, tanto por su ubicación de primera para ver gente, como por el delizie al limone, una golosina redondeada con sabor a limón. Después, cruza la plaza hasta la Galería de Bellas Artes Mirkò, un espacio recién inaugurado que exhibe atrevidas y coloridas obras del artista del área conocido por el único nombre de Mirkò.

1:00 P.M. - POR TIERRA O POR MAR

El famoso camino costero que serpentea hasta Positano es hermoso, pero rutinariam­ente está congestion­ado de tráfico. Para mejores vistas y menos tapones, ve a Bomerano, un pueblo situado en la cima de una montaña, para recorrer Il Sentiero degli Dei, o El Sendero de los Dioses. Como sugiere el nombre, las vistas por las nubes son espectacul­ares a lo largo de este bien trazado sendero. Aunque no se recomienda para las personas propensas al vértigo, es una caminata relativame­nte fácil de tres horas hasta el pueblo de Nocelle, donde cientos de escalones descienden hasta la playa de Arienzo, donde puedes darte una bien merecida zambullida en el mar. Los que duden de sus pies, pueden disfrutar de un impactante paisaje de la costa desde una perspectiv­a diferente abordando el transborda­dor Travelmar hacia Positano (8 euros - $ 8.50), que navega frente a caletas talladas en los acantilado­s y el impresiona­nte fiordo de Furore. Ni bien llegues a Positano, súbete a una embarcació­n rumbo a uno de los lugares aislados que espiaste mientras surcabas esta costa cinemática. Para informació­n sobre este destino, consulta a tu agente de viajes.

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Desde el Hotel Sirenuse absorbe la vista de Positano, que incluye la Iglesia de Santa María Assunta.
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Arriba, bruschetta en pan multigrano con burrata y tomates confitados de Babel Wine Bar Deli & Art. A la izquierda, empinados escalones que llevan al Duomo de Amalfi.
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ITALIA
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Imagen superior, Villa Cimbrone, en Ravello, una residencia histórica convertida en hotel con jardines encantador­es. Arriba, pastelillo relleno de ricota en forma de caracol de la Pasticceri­a Napoli, en Maiori. Sobre estas líneas, el artista Paolo...
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