Población de Puerto Rico: una barca sin rumbo
Hace varios años un grupo de demógrafos nos hemos dado a la tarea de alertar sobre la crisis poblacional que vive Puerto Rico. En el 2008 se proyectaba un crecimiento poblacional a casi cuatro millones para el 2010, fueron los demógrafos independientes quienes alzaron la voz diciendo que esto era poco probable. El tiempo les dio la razón. En los últimos años nos ha ocupado la precaria situación del desarrollo de estimados y proyecciones poblacionales que reflejen la realidad de la dinámica demográfica de Puerto Rico.
Muchos hemos expresado nuestro interés en apoyar los esfuerzos que realiza la Junta de Planificación (JP) para la producción de estimados y proyecciones poblacionales. Hace dos años el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico nos proveyó el foro para discutir métodos de proyecciones poblaciones. Nuestros modelos proyectaron la población en 3.6 millones para el 2015, muy similares a los publicados por el Negociado del Censo de los Estados Unidos para la misma fecha.
Recientemente, la JP publicó las “Proyecciones de Población de Puerto Rico 2015-2017”. Este documento no refleja la realidad de Puerto Rico. La JP utiliza metodologías incorrectas para producir reportes que no informan correctamente a los sectores público y privado. ¿Cuánto dinero se invierte en producir datos incorrectos? Resulta frustrante que los estimados y proyecciones poblacionales incluidos en esa base no reflejen la realidad del país. Los modelos más simples hacen que tanto nacimientos y muertes dependan de la estructura poblacional, número de mujeres, y población total del periodo anterior.
El modelo utilizado es uno lineal que solo toma en consideración el paso del tiempo y no los factores demográficos. Su modelo no está correctamente especificado pues hace uso de series de datos que se recogieron en dos momentos diferentes (pre- y post- crecimiento poblacional) lo que hace que el modelo proyecte más nacimientos y menos muertes de las que hay en realidad. Un ajuste justificable y necesario es considerar la inclusión de una variable dicótoma (cero y uno) para que el modelo proyecte correctamente estos fenómenos para el periodo post-2005.
El modelaje incorrecto de estos dos fenómenos demográficos produce un resultado anacrónico; pues se mantiene el saldo entre nacimientos y muertes positivo hasta el 2019, cuando ya el Departamento de Salud ha reportado que esa no será la realidad para el 2017 y el 2018. La falla en la alineación de estos dos elementos reduce a cenizas cualquier conclusión que se derive de estos datos.
En el área de la migración el modelo proyecta una desaceleración de la emigración. Cuando todos sabemos la misma se ha intensificado en los últimos años. Ya para el 2027 se observa que solo emigrarán diez mil personas, lo que no es consistente con los patrones históricos de la emigración de Puerto Rico durante la última década.
Esto no es solo un problema que se encuentra en la JP. Hace dos meses se publicó el Plan Fiscal de Puerto Rico en el que se utilizaron supuestos sobre los componentes de emigración irreales. En Puerto Rico el descenso porcentual de la población ha oscilado entre 1% y 1.7% anual, mientras el Plan Fiscal contempla una reducción del 0.02%; que es mucho más bajo. En el marco de la aceleración de la emigración de personas hacia los Estados Unidos y los patrones que hemos observado durante la década esto es muy poco probable. Al asumir que la emigración va a ser menor se sobrestiman los ingresos por conceptos de los impuestos contemplados en el Plan Fiscal.
¿Qué destino nos depara como país si las decisiones se fundamentan en datos incorrectos?