Magia, color y misterio en Perú
Este es un viaje que demuestra que, pese a las diferencias culturales, entre los países, todos los pueblos están conectados.
Aquí las calles huelen a comida: papas a la huancaína, pollo a la brasa, ceviche ya sus famosos anticuchos.
En la maleta, además de la ropa, llevaba mil preguntas y ese sustito que acompaña la curiosidad. A mi regreso desempaqué más preguntas entrelazadas con tejidos de mil colores, sabores a quinoa, Suspiro Limeño y cientos de fotos. Mi viaje comenzó en Lima, específicamente en Miraflores una de las mecas gastronómicas de Suramérica. Allí las calles huelen a comida fusión, papas a la huancaína, pollo a la brasa, ceviche y por supuesto a sus famosos anticuchos (unos pinchitos de carne a la brasa que te cocinan en la calle). Experimentar con comida local es excelente para conocer el país y la cultura que te rodea.
Otra manera son los recorridos en museos y colecciones privadas, el Museo Larco es la parada obligatoria para entender la historia de Perú. El guía te va hilvanando eventos históricos precolombinos, transiciones y simbolismo religioso que te explican por qué Jesucristo es tan importante como la Pachamama (diosa de la Tierra y la fertilidad) en esta cultura. Además de museos y buena comida debes visitar Barrancos, una maravilla colonial a cinco minutos del centro de Lima con impresionantes vistas al mar desde sus acantilados. Allí pude ver y disfrutar de una hermosa playa desde la orilla, porque cometí el primer pecado mortal del viajero: Dejar el traje de baño.
CUZCO
Un corto viaje por encima de las puntas nevadas de los Andes te lleva a Cuzco, la capital del imperio Inca. En el aeropuerto te reciben con cestas de hojas de coca para contrarrestar los efectos de la altura. Solo hay que masticarlas, imagina morder una hojita de laurel con el efecto de 20 tazas de café negro. En Cuzco hace frío, la presencia de los indígenas es marcada y el quechua se entrelaza con el español.
Autosustentable es la palabra que los define, aquí producen su propia comida, cientos de tipos de papas, granos, vegetales, quinoa entre otros granos. Los animales sirven para producir carne, leche, queso y textiles. Todo proviene de la naturaleza, hasta el jabón de raíz de boliche que produce un cabello hermoso, evita las canas, lava la piel y la ropa sin contaminar los cuerpos de agua. Hay un respeto maravilloso por preservar la tierra en todo lo que hacen. Si Cuzco sorprende de día, de noche es todavía mejor. Hay una cantidad de locales que abren sus puertas con música y bebidas. El ambiente es uno seguro y divertido tanto para turistas como locales por igual. Para compras el mejor lugar es el Mercado de Artesanías, es una plaza enorme donde puedes encontrar de todo a los mejores precios.
VALLE SAGRADO
El valle se llama Sagrado por la abundancia de sus tierras. Los restaurantes cultivan sus propios vegetales y hortalizas, todo es orgánico. Este es el lugar para ver colecciones privadas de elementos arqueológicos y para los amantes del turismo gastronómico.
OLLANTAYTAMBO
Imagina que estás en el medio de una gigantesca terraza entre dos montañas, una que sirve de área de cultivos y otra
donde se almacena, así es la vida en Ollantaytambo. El pueblo tiene un sistema de canales que abastecen todas las casas con agua fresca. Otra vez una muestra de sustentabilidad y armonía con la naturaleza. Allí abordas el tren turístico a Aguas Calientes. Al planificar tu viaje considera tomar el coche con el techo de cristal en categoría superior. La atención y el servicio son excelentes, además comes y descansas tranquilamente. En Aguas Calientes y en Machu Picchu los baños son pocos y las filas son larguísimas por eso debes usar los del tren. En temporada pico puedes esperar hasta dos horas para entrar a Machu Picchu.
AGUAS CALIENTES
Es un pueblito pintoresco, pequeñito, donde todo está cerca. Es divino recorrerlo a pie, cruzar el puente sobre el río y escuchar el sonido del agua. Para los más intrépidos hay veredas de senderismo desde Aguas Calientes hasta Machu Picchu, pero la opción de los 25 minutos en autobús es la mejor manera de llegar. Recuerda que, si viajas por un solo día el último tren de Aguas Calientes a Ollantaytambo sale a las 5:00 p.m., si lo pierdes tienes que esperar al próximo día.
No importa cuántas veces veas Machu Picchu en postales o vídeos, estar allí es un momento inolvidable. La cámara es vital. No dependas solo del celular, una buena opción es una pequeña de esas water resistant con una o dos tarjetas de memoria, no olvides el cargador y un convertidor de voltaje.
DE REGRESO A LIMA PARA SALIR A PARACAS
El recorrido de Lima al distrito de Paracas en la Provincia de Pisco, son cuatro horas en autobús con baño. Es un recorrido literalmente entre dunas y arena. Paracas es otra cosa, un oasis en el desierto donde cultivan uvas de diferentes tipos y es el destino playero para los peruanos.
Además de playas, Paracas tiene haciendas, hostales y hoteles para el gusto más exigente. Es el área con actividades de aventuras para turistas y locales. Allí tomé el avión para nuestra siguiente parada: Las Líneas de Nazca
LAS LÍNEAS DE NAZCA
Prepárate para un vuelo promedio de dos horas en una avioneta pequeña con capacidad para 12 personas. Las vistas son maravillosas, la experiencia de los pilotos es excelente y las instrucciones precisas para que puedas disfrutar de la aventura. Las dos horas se te hacen cortas y terminas con ganas de más. En la noche hice una pausa para disfrutar del hotel y salir temprano a las Islas Ballestas.
ISLAS BALLESTAS
Saliendo de Paracas hacia Lima, tomas un bote para ir a las Islas Ballestas, en la Provincia de Pisco, son un santuario de leones marinos, pingüinos, y otros animales en su estado natural. Me llamó la atención lo fácil que puedes trasladarte de una región a otra viendo paisajes tan diferentes, prueba de que Perú es realmente un país de contrastes. Luego de un breve descanso, continué mi viaje a Lima y luego a San Juan.
Perú es maravilloso, para disfrutarlo hay que estar listo para caminar, subir y bajar en diferentes situaciones y tipos de terreno. Recuerda que “el mal de la altura” te puede afectar, pero hay opciones como las hojas de coca para masticar, infusiones de muña, pastillas o tabletas para el soroche y otras hierbas que te permiten disfrutar del viaje sin problemas.
Lleva ropa y zapatos cómodos, una pequeña mochila, cámara, una chaqueta liviana resistente al agua, gorra y el convertidor de voltaje.
Prepárate para tener el pasaporte siempre a la mano, lo van a pedir en casi todos los servicios. No te preocupes si lo fotocopian, es un requisito para justificar que tu lugar de origen y no pagar impuestos adicionales en la estadía.
Perú es seguro, una delicia para fotografiar y se come riquísimo. Es un viaje que demuestra el respeto por la tierra y cómo, pese a las diferencias culturales, todos estamos conectados.
Volveré, y esta vez con traje de baño.
Para información sobre este destino, consulta con tu agente de viajes.