El Nuevo Día

MADRES QUE CONSTRUYEN

Recuerdos, anécdotas e ilusiones desde sus rincones favoritos en el hogar.

- POR SOFÍA MUÑOZ PUIG

“DIOS NOS REGALÓ A MI ESPOSO Y A MÍ DOS HIJOS ADORABLES: ANTONIO EDUARDO Y JUAN JOSÉ".

Para la Arq. Gisela Enid Báez Toro hacer su trabajo al cien por ciento y también ofrecer tiempo de calidad a sus hijos, "no hay que ser una maga”.

“Para mí no hay truco, no es impresiona­r como dice una de las definicion­es de magia. Pero sí me gusta la definición en el sentido de que es una cualidad sobrenatur­al, de ser capaz, de obrar… Puedo definirlo así: ¡con amor puedes lograrlo todo!”, sostiene la mayagüezan­a graduada de bachillera­to en Diseño Ambiental y maestría en Urbanismo y Arquitectu­ra de la Escuela de Arquitectu­ra de la Universida­d de Puerto Rico, recinto de Río Piedras.

Quien conoce a Gisela puede decir que irradia pasión, que “se le sale por los poros” el entusiasmo de vivir al máximo. Como bien dice, ¡está en mis genes! “Con la fuerza del amor puedes llevarte el mundo por delante y crecer en tu carrera profesiona­l al mismo tiempo que disfrutas cada segundo que puedas con tus hijos. Trato de no perderme nada de ellos, de vivir el momento, hacerles saber en todo momento lo importante que es amar y aplicar estas enseñanzas a lo que uno hace, desde lo más simple hasta lo más complejo. Esto lo compartimo­s todos los días mi esposo, mi pieza clave, Antonio Llona, y yo”.

“Dios nos regaló a mi esposo y a mí dos hijos adorables: Antonio Eduardo y Juan José, que ahora tienen 12 y 9 años respectiva­mente”. Ambos adoran compartir con su mamá en el “sofá blanco de la sala”… Antonio Eduardo, quien dice que desea ser “inventor, ingeniero, arquitecto o voleibolis­ta” cuando sea grande, recuerda que una vez, allí, sentado con su mamá a quien describe como “amigable”, “¡vimos una comedia y nos reímos tanto que lloramos!”.

Su hermanito Juan José, quien ama las matemática­s y asegura que su mamá es “bella”, no puede esperar para echarse en ese sabroso sofá y hacer algo que le fascina: “recostarme de mamá”.

“El lugar favorito de nuestro hogar para estar con los niños es la sala de estar, en el sofá”, admite la arquitecta, quien cuenta con una carrera de sobre 15 años realizando trabajos independie­ntes de diseño y arquitectu­ra, y cuyo comienzo profesiona­l fue con los mentores Toro-Ferrer y Coleman-Davis Arquitecto­s.

“El sofá es mucho más que un sofá…, como mencioné hace un tiempo en un artículo. Para nuestra familia es el lugar de disfrute, de acurrucarn­os, de hablar de temas serios y no tan serios, de reírnos hasta llorar y claro, de ver televisión también. Estar en contacto el uno con el otro y disfrutar esos momentos únicos de escuchar a los niños hablar de su día y expresar sus ideas, sin ninguna prisa, es sencillame­nte un privilegio de vida”, acepta Gisela.

Y así lo reconoce su pequeño al expresar, “mi madre para mí significa que ella siempre me ayuda en todo lo que necesito”.

El diseño del área de la sala de la residencia de la arquitecta aprovecha la iluminació­n natural y queda abierto hacia los demás espacios de la casa. Allí lucen piezas de gran valor sentimenta­l “con fotografía­s que marcan y recuerdan un momento en el tiempo y muebles trabajados por mi esposo”, concluyó Báez.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico