Una voz sublime en ascenso
La joven soprano puertorriqueña Natalia González Santaliz brilló en su concierto para Pro Arte Musical
LUIS ENRIQUE JULIÁ
“Una inesperada tranquilidad ha
sobrevenido para el justo.” - del “Exsultate Jubilate” de Mozart, texto de autor desconocido La soprano Natalia González
Santaliz comenzó su recital el sábado en la tarde en la Sala Sanromá del Conservatorio en Miramar con los tres movimientos del motete “Regocijaos, alegraos”: una partitura religiosa, compuesta originalmente para el “castrato” Venanzio Rauzzini -cuya voz era admirada por Mozart en su juventud en Salzburgo- con un florido acompañamiento orquestal.
Una mágica conjunción de música y poesía definió el concierto de la Serie Nuevos Virtuosos, con que Pro Arte Musical clausuraba su Temporada 2016-2017.
Natalia -sobre un sólido acompañamiento de la reducción orquestal en el piano de la profesora Diana Figueroa- abordó con gracia el fraseo y las agilidades del “Exsultate Jubilate”, prestando atención a la dirección de estas melodías en el estilo clásico.
Siguió con el recitativo y aria “Zeffiretti lusinghieri” de la ópera en italiano “Idomeneo”, también de Mozart, con libreto de Giovanni Battista Varesco. Estos “Céfiros lisonjeros” fueron cantados con transparencia, de manera apacible, como un “viento suave que sopla del oeste, como una tela fina de algodón” de la definición en el Larousse. “Tú eres como una flor” - Heinrich Heine
Todavía hubo espacio en la primera parte para otras tras tres joyas de la cultura germana: las canciones de arte “Du bist wie eine Blume” de Robert Schumann, sobre un texto exquisito de Heine; y el “Lerchengesang” o “Canción de la alondra”, del gran innovador del romanticismo europeo, Johannes Brahms, sobre dos cuartetas del poeta Karl August Candidus. Ambos “lieder” -así como “La presentación de la rosa”, de la ópera cómica “Der Rosenkavalier” de Richard Strauss -en un idioma composicional que juega con la atonalidad más contemporánea-, sir- vieron para establecer una relación con el público convocado por los productores para una tarde muy especial, deleitados en el “performance“de la soprano González Santaliz y su pianista colaboradora Figueroa.
La segunda parte abrió con las “Cinco melodías populares griegas” de Maurice Ravel, sobre la letra original de las canciones traducidas por el crítico musical francés, Michel D. Calvocoressi. Estas “sencillas” y breves canciones folklóricas fueron cantadas y tocadas desde su intrínseca claridad, haciendo evidente el sabor mediterráneo con que fueron concebidas.
También de la cultura francesa de entre siglos, Natalia González presentó -con prístina dicción y dominio de los colores de los sonidos graves, medios y agudos en su amplio registro-, “Flor despreciada” y “L’idéal” de la singular compositora y pianista Cécile Chaminade. “Tu voz como canción…” - Johanny Navarro
Otro momento cumbre fue la inclusión de dos importantes obras de distintas generaciones de compositores de la Isla: “Tres poemas de Juan Antonio Corretjer”, musicalizados en un lenguaje vanguardista por el maestro y gestor cultural Héctor Campos Parsi; y el deslumbrante “Prólogo de Camila” de la ópera de cámara “Frenesí”, de la compositora Johanny Navarro, estrenada recientemente en su recital de graduación de maestría en la Universidad Católica de América, Washington D.C. Aquí Natalia logró en el escenario una trasformación radical en las profundidades dramáticas del personaje.
En esta matiné, el público extasiado pudo experimentar la coincidencia de las excelsas destrezas pianísticas de la maestra Diana Figueroa, como contexto para la inteligencia musical, la hermosa presencia escénica y la voz sublime de la nueva estrella de la voz puertorriqueña, Natalia González Santaliz.