Personas sin hogar requieren atención
Conteo del 2017 identificó 3,501 personas viviendo en las calles de Puerto Rico, en su mayoría hombres adultos
El perfil actual de la población de personas sin hogar en Puerto Rico apunta a que la mayoría son hombres en edad productiva, que vagan solos y que han sido asediados por las drogas, los conflictos familiares o la dura situación económica que atraviesa el País y su gente.
Así lo va moldeando el Conteo de Personas Sin Hogar 2017, divulgado ayer en una conferencia en el interior del Archivo General. Pese a que no debe ser tomado como un censo exacto de las personas que transitan día y noche las calles del País sin un sitio que puedan llamar su hogar, el Conteo muestra, una vez más, las tendencias, factores y perfiles que abonan al entendimiento del problema en la Isla.
De las 3,501 personas sin hogar que se identificaron en las calles, solo un 27.2% tiene acceso a albergues de emergencia, albergues temporeros o safe havens. El resto -un potente 72.8%- vaga sin opción alguna a un techo.
San Juan encabeza los municipios con mayor incidencia, pues en sus semáforos, puentes y esquinas vaga 26.2% de las personas entrevistadas. El municipio que sigue es Ponce, con un 6.3%, sucedido por Arecibo, Caguas, Mayagüez, Guayama y Bayamón. En los pueblos de Dorado y Quebradillas no se identificó ningún caso.
Además, aunque la tendencia es que las personas sin hogar deambulen solas, un 7.8% de los entrevistados indicó que vagaba las calles acompañado. Más de la mitad de este grupo, compuesto en un 79.2% por mujeres, indicó que era la primera vez que deambulaba. De hecho, un 42.9% indicó que fue víctima de abuso físico, emocional o sexual por su pareja o algún familiar.
LAS RAÍCES DEL PROBLEMA
Uno de los principales escollos que encuentran los especialistas a la hora de atender la población de las personas sin hogar como problemática social es que no puede verse como un asunto aislado.
“El problema de estar sin hogar sigue siendo uno complejo por su interrelación con otros problemas sociales como, por ejemplo, el uso problemático de sustancias, los trastornos de salud mental y las condiciones de salud”, sostuvo la licenciada Anitza Cox, quien tuvo a su cargo la presentación a nombre de Estudios Técnicos.
Como un frondoso árbol cuyas raíces están enclavadas profundamente en la tierra, los factores que inciden en que las personas anden sin hogar dan en la médula de relevantes conflictos sociales que afectan a Puerto Rico.
El uso problemático de drogas sigue encabezando la lista de razones que dirigen a una persona a la calle, o así lo indicó 30.6% de las personas entrevistadas.
Por tal motivo, el secretario de Salud, Rafael Rodríguez, insiste en atender las adicciones, no como meros vicios, sino como enfermedades mentales que requieren
“La realidad es que Puerto Rico no cuenta con $20 millones para poder dar estos servicios” FERNANDO GIL SECRETARIO DE VIVIENDA
tratamiento.
“No es vicio, es enfermedad. Nosotros vemos a las personas que están sumergidas en la drogadicción, el acoholismo, el juego -hay gente que ha perdido su casa y todo por el juego-. Hay un montón de adicciones que son enfermedades mentales y eso es algo que tenemos que atacar”, sostuvo.
No obstante, el mismo jefe de agencia recalcó que vincular a las personas sin hogar solo con problemas de drogadicción es un estigma que también se ha tenido que combatir.
“Cuando yo fui rector (del Recinto) de Ciencias Médicas hicimos un estudio en San Juan y muchas de las personas que encontramos son ingenieros, abogados, contables, matrimonios de envejecientes que sus hijos los abandonaron”, dijo.
En efecto, 23% de las personas sin hogar indicaron que estaban en esa condición por problemas familiares, 15% por problemas financieros o económicos y 5.6% por problemas de salud mental. El desempleo y la violencia doméstica también se repitieron. Se añaden personas que salen de prisión y quedan desprovistas, a quienes han deshauciado
y, en menos medida, aquellos cuya vivienda sufrió el impacto aniquilador de un incendio.
Sin embargo, en el caso de los jóvenes de 18 a 24 años, el factor principal son los problemas familiares -38%-. De hecho, las especificidades de esta población fueron las que más causaron revuelo, puesto que el 20% habría estado en hogares de crianza bajo la tutela del Estado, mientras que el 31.3% estuvo en alguna institución juvenil, centro de detención o cárcel.
Con toda esa información, la secretaria de la Familia, Glorimar
Andújar, respaldó las estrategias de prevención como el camino a seguir para encontrar soluciones que erradiquen o reduzcan el problema.
“Es sumamente importante poder identificar a tiempo los factores que están llevando a las personas a llegar a nuestras calles y, como equipo y como gobierno, trabajar para ver cómo podemos ayudarlos para que no llegue. Hay tendencias marcadas en desertores escolares, en quienes salen de algún tipo de tratamiento, quienes salen de los sistemas de corrección”, subrayó.
Además, los problemas de salud imperan. De hecho, un 56.2% indicó que las condiciones de salud que presentan le impiden mantener un trabajo o una vivienda estable. Entre las condiciones de salud que más se repitieron figuraron los problemas de salud mental, las enfermedades crónicas, como la diabetes, enfermedades cardíacas, la hepatitis C y alguna incapacidad física.
REDUCCIÓN EN EL CONTEO
Pese a que el número sigue siendo considerable -son 3,501 personas que carecen de hogar-, el Conteo del 2017 muestra una notable reducción del universo de personas sin techo. De hecho es la reducción más contundente en 10 años.
En el Conteo anterior, elaborado en el 2015, se registraron 4,518 personas sin hogar, que superó la marca de los 4,128 identificados en el 2013. El aumento seguía así la tendencia que había registrado el 2013, en comparación con el 2011, en que se contaron 3,445 individuos.
Sin embargo, Cox aclaró que, aun cuando los datos no son estrictamente comparables, existen factores externos e internos que contribuyen a la disminución.
“Las altas tasas de migración en el País y las estrategias que han implementado los Sistemas de Cuidado Continuo -como el enfoque en vivienda permanente, esfuerzos integrados para atender las necesidades de subpoblaciones específicas como los veteranos y la implementación de sistemas coordinados de avalúo-, son algunos de estos factores”, dijo.
EN BUSCA DE SOLUCIONES
Elaborado por la empresa Estudios Técnicos de la mano de las organizaciones que atienden a esta población a través de los Sistemas de Cuidado Continuo (CoC) en la Isla, el Conteo se realizó entre el pasado 25 y 26 de enero, cuando un batallón de 700 voluntarios provenientes del gobierno central, municipios, entidades comunitarias, organizaciones sin fines de lucro y la ciudadanía en general salió a las calles de todo el País para documentar el problema.
Belinda Hill, vicepresidenta del centro de cuidado continuo 503, aseguró que ya se han comenzado a establecer sistemas coordinados para garantizar que una persona sin hogar que solicite los servicios, sea evaluado con un instrumento equitativo.
Además, mediante la estrategia de housing first, han logrado disminuir la población de veteranos deambulantes –y ahora se disponen a hacer lo propio con los adultos mayores y los jóvenes-, para asegurarse que no estén en las calles por más de 90 días.
“El problema de estar sin hogar sigue siendo uno complejo por su interrelación con otros problemas sociales” ANITZA COX ESTUDIOS TÉCNICOS “No es vicio, es enfermedad. Hay un montón de adicciones que son enfermedades mentales y eso es algo que tenemos que atacar” RAFAEL RODRÍGUEZ SECRETARIO DE SALUD “Hay tendencias marcadas en desertores escolares, en quienes salen de los sistemas de corrección” GLORIMAR ANDÚJAR SECRETARIA DE LA FAMILIA
Pese a su posible impacto en la corrección de política pública para atender a esta población, el estudio surge realmente de una necesidad federal. Cada dos años, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD, por sus siglas en inglés) exige a los Programas de Cuidado Continuo (CoC) de la Isla que realicen un conteo de personas sin hogar cada dos años con el objetivo de identificar las áreas de necesidad.
De hecho, para tener acceso a los $20 millones que reciben en fondos federales los CoC para brindar servicios a esta población vulnerable, tienen que cumplir con este requisito.
Con eso en mente, el secretario de Vivienda, Fernando Gil, para quien también se debe insistir en la educación y en cómo prevenir la reincidencia, defendió la necesidad imperante de fondos federales para poder brindar servicios a las personas sin hogar.
“Sin los fondos federales que se nos dan para hacer este tipo de estudio y de proveer este tipo de asistencia sería mucho más difícil porque la realidad es que Puerto Rico no cuenta con una asignación de $20 millones para poder dar estos servicios. Y eso es un mensaje bien importante que tenemos que llevar en el Congreso ya que no tenemos poder político que nos hagan que esos fondos lleguen directamente y poder exigirlos, sino que tenemos que pedirlos y hasta cierto punto mendigarlos”, comentó.