Dueños de laboratorios piden evaluar procesos
Miembros del sector aseguran que el exceso de estos pequeños negocios ha afectado la calidad y el servicio
La saturación de laboratorios clínicos que hay en Puerto Rico está afectando no solo a estos negocios, sino a los pacientes que utilizan sus servicios, según la Asociación de Laboratorios.
Así salió a relucir ayer durante la primera vista pública de dos medidas legislativas que buscan enmendar la Ley de Certificados de Necesidad y Conveniencia (CNC). El CNC es un documento que emite el Departamento de Salud para autorizar el establecimiento o reubicación de una instalación de salud, así como para avalar el ofrecimiento de un nuevo servicio.
Aunque la cantidad de laboratorios que el gobierno ha seguido autorizando puede haber aplacado el impacto de los que se han visto obligados a cerrar, la con- gestión de estos pequeños negocios ha impactado directamente su servicio y la calidad del mismo. La limitación de pruebas, la reducción de empleados y la imposibilidad de renovar sus equipos por otros más modernos y eficientes son algunas de las consecuencias, siendo los más afectados los laboratorios que tienen un alto volumen de pacientes de la Reforma, expresaron varios de los deponentes en la audiencia.
El Proyecto de la Cámara 983, de la autoría del representante Juan
Oscar Morales Rodríguez, busca establecer criterios más específicos en la aprobación de los CNC para laboratorios clínicos, así como tratar de hacer un balance entre la cantidad de laboratorios y la población que requiere sus servicios. La medida, de hecho, intenta fijar un mínimo de 14,000 habitantes por laboratorio por municipio como norma para la aprobación de nuevos CNC.
El Proyecto de la Cámara 1112, mientras, busca agilizar el proceso para expedir o denegar CNC.
Durante la vista que dirigió Morales Rodríguez, presidente de la Comisión de Salud de la Cámara, se advirtió, de hecho, que ambas
medidas parecen chocar entre sí, por lo cual se sugirió acoger algunas modificaciones presentadas por representantes de varias organizaciones de laboratorios.
“Estamos atravesando una crisis económica en el país, el presupuesto de la ASES (Administración de Seguros de Salud) se redujo y va a haber un recorte en (tarifas de) las pruebas. Lo que necesitamos es que el proyecto desglose las métricas a utilizarse”, dijo la licenciada Alba Rivera, presidenta de la Asociación de Laboratorios.
Como ejemplo, mencionó que en los últimos diez años su laboratorio ha sentido el impacto económico tras el establecimiento posterior de otros laboratorios cercanos al de ella.
Según dijo, mientras hace dos años habían 746 laboratorios en el País, actualmente hay unos 800.
“Antes había un exceso de 260 laboratorios y sobre eso se otorgaron 200 CNC más (a laboratorios)”, deploró.
Según Rivera, un estudio realizado por el economista José Alameda encontró que el número óptimo de laboratorios en Puerto Rico es de 479 ya que el exceso promueve una competencia desequilibrada y no permite una justa retribución económica ni una operación eficiente o el poder invertir en nuevas tecnologías y mejores servicios.
“Sí es necesario y conveniente (para establecer un laboratorio) que se cumpla con unas métricas específicas, no arbitrarias”, dijo.
Alberto Valentín, presidente de CoopLab, urgió a que se definan bien los requisitos que regirán los CNC para que no conduzcan a malas interpretaciones.
“Si no (se especifican los parámetros) entonces el reglamento se convierte en algo inútil”, dijo.
Según comentó, en su caso, desde el 2008 ha tenido que reducir la cantidad de pruebas que se realizan en su laboratorio.
Sobre el P. de la C. 1112 recomendó su revisión para “evitar ambigüedad que conduzca a la arbitrariedad en el otorgamiento de los CNC, así como el uso indiscriminado de la flexibilidad que persigue el proyecto para evitar la competencia”. La próxima vista de estas medidas será en agosto.