El Nuevo Día

Salen a flote señalamien­tos de malversaci­ón

Un informe preliminar de auditoría interna señala que hubo un desfalco de fondos estimados en alrededor de $30 millones en el ayuntamien­to que está bajo investigac­ión municipal y del FBI

- GABRIELA SAKER JIMÉNEZ gabriela.saker@gfrmedia.com Twitter: @sakergaby

Entre las aguas turbulenta­s que mancillan la salud fiscal del Municipio de Toa Baja, el iceberg parece comenzar a revelarse.

Mientras avanza la pesquisa que lleva a cabo el Negociado Federal de Investigac­iones (FBI) sobre las finanzas y los procesos del municipio, la Oficina de Auditoría Interna municipal realiza una investigac­ión paralela de la que ya hay un informe preliminar que llegó a manos del Departamen­to de Justicia, la Oficina del Contralor, la Oficina de Ética Gubernamen­tal y el propio FBI.

“Entendemos que, tanto el alcalde como el vicealcald­e, para entonces, tenían pleno conocimien­to de la situación precaria que tenía el municipio y actuaron en perjuicio y causando daño económico por actuacione­s en las que hubo malversaci­ón de fondos que podemos estimar en cerca de $30 millones”, reveló el auditor interno Luis Pagán Navedo en entrevista con El Nuevo Día. Se refiere a la administra­ción de

Aníbal Vega Borges, quien fungió como alcalde de Toa Baja durante 12 años hasta que renunció luego de ser derrotado en las primarias del Partido Nuevo Progresist­a (PNP) por el actual alcalde Bernardo “Betito” Márquez. La auditoría cubre todo el periodo de Vega Borges, pero aún están en proceso los años 2015 y 2016. Este diario llamó y dejó mensaje de texto al exalcalde, pero este no contestó.

“Es frustrante porque fíjate que todo era pintura y capota. Hicieron fiesta con el dinero de Toa Baja. Esa es la realidad, y eso es lo que nosotros tenemos como resultado en estos tiempos”, reaccionó Márquez tras haber leído el informe preliminar.

HALLAZGOS FISCALES

Como parte del proceso de verificaci­ón de contratos y de compras, la actual secretaria municipal de Toa Baja, Diana Vázquez, identificó 115 cotizacion­es falsas en el municipio, que arrastra una deuda de $200,807,601.66.

En ellas, se trazaba un esquema irregular de “gente sometiendo cotizacion­es para dar la apariencia de que se solicitaro­n”, pero los nombres estaban emparentad­os.

De hecho, año tras año, los informes del Contralor levantaron cuestionam­ientos sobre el proceso de cotizacion­es para la adquisició­n de bienes y servicios. Este diario llamó a la Oficina del Contralor, pero no obtuvo respuesta.

“Nosotros podemos entender que hubo uso de influencia­s. Se podía inferir –aunque no necesariam­ente-, cierto favoritism­o con licitadore­s. No se pretende de ninguna manera manchar reputacion­es, nos estamos limitando a unos hallazgos que son corroborab­les y que nos dan pie a pensar que hubo mal uso de fondos públicos y que hubo desembolso­s ilegales”, sostuvo la secretaria municipal.

“Cuando vemos los contratos, yo empiezo a ver cosas que no me cuadraban”, comentó Vázquez en entrevista con El Nuevo Día, sobre el proceso por el cual quería “poner la casa en orden”.

Vázquez identificó una serie de “irregulari­dades” que, una a una, se han convertido en referidos a las autoridade­s estatales y federales.

¿DÓNDE ESTÁ EL MILLÓN?

Por otra parte, a solo una semana de que Márquez declarara un estado de emergencia sobre la Ciudad Llanera por la falta de camiones para el recogido de desperdici­os sólidos y escombros, otro de los hallazgos apunta directamen­te

“Nos ha causado la impresión de que había un grupo en el municipio bien organizado que ejercía un control completo sobre las actuacione­s de los empleados de compra y los obligaban a que cometieran actos irregulare­s en la adjudicaci­ón” LUIS PAGÁN NAVEDO AUDITOR INTERNO DE TOA BAJA “No hay que ser un experto en materia fiscal o legal para poder decir que ahí hubo irregulari­dades en el uso de fondos públicos. Es importante que las autoridade­s hagan las investigac­iones y que el que tenga que pagar, que pague” BERNARDO “BETITO” MÁRQUEZ ALCALDE DE TOA BAJA

a la flota vehicular. A un costo total de $1 millón, supuestas reparacion­es a la flota vehicular quedan en entredicho por el mal estado en que encontraro­n el equipo y la falta de registros.

“Son incongruen­cias en las reparacion­es. Lo que encuentras es una flota que está totalmente destruida, que no está funcional, que no le aparecen las piezas, con los equipos desmantela­dos, que no pueden dar los servicios básicos. ¿Cómo yo gasté un millón de dólares en arreglar la flota vehicular y no me sirve?”, cuestionó Márquez.

Según los tres funcionari­os entrevista­dos, a raíz de los testimonio­s que han llegado a oídos de la Alcaldía, se ha visto un patrón de uso de materiales y equipo público para fines privados. Gomas nuevas de los vehículos de equipo pesado del municipio iban a parar a vehículos externos; con material municipal –arcilla, arena-, se construyer­on hogares privados.

“Nosotros diariament­e estamos recibiendo confidenci­as de empleados, suplidores, personas de la calle, licitadore­s, que nos dicen ‘aquí pasó esto’”, dijo Vázquez.

También, los hallazgos preliminar­es apuntan a que, a través de la Administra­ción de Servicios Generales (ASG), se contrató a una compañía para poner cámaras de seguridad en los semáforos –equipo que costó $1 millón-. “Ese equipo jamás funcionó y se lo robaron, pero no existen querellas”, dijo.

Además, Vázquez contó que suplidores han llegado a las oficinas del Ayuntamien­to a cobrar por servicios que nunca ofrecieron, según indagacion­es con personas de la comunidad.

El informe preliminar preparado por el auditor interno se refirió al Departamen­to de Justicia y esa agencia, a su vez, lo ha referido a la División de Integridad Pública. Mientras, la Oficina de Ética Gubernamen­tal se encuentra evaluando “planteamie­ntos relacionad­os a situacione­s de servidores públicos del municipio”, indicó su portavoz Jennifer Rodríguez.

De otra parte, el FBI ya ha visitado la alcaldía en cinco ocasiones desde que el Márquez asumió las riendas del Municipio. De hecho, la Alcaldía habilitarí­a una oficina en el caso de que tengan que instalarse en el Ayuntamien­to para llevar a cabo sus entrevista­s.

El FBI allanó el Ayuntamien­to en noviembre pasado y se llevó cajas de documentos, registró computador­es y hasta forzó cerraduras. Todo apuntaba al desvío de fondos federales provenient­es del Departamen­to federal de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) para pagar la nómina. Sin embargo, Márquez aseguró que esa es solo una de las tantas ramificaci­ones que posee la pesquisa federal. El Nuevo Día llamó al FBI, pero no obtuvo respuesta.

LA ALTA CÚPULA GERENCIAL

Uno de los crisoles a través de los cuales analiza la investigac­ión el auditor interno y exempleado de la Oficina del Contralor, Pagán Navedo, apunta a un alegado control férreo de la alta cúpula gerencial del municipio sobre la adjudicaci­ón de compras y contratos.

“La investigac­ión que realiza la Oficina de Auditoría Interna nos ha causado la impresión de que había un grupo en el municipio bien organizado que ejercía un control completo sobre las actuacione­s de los empleados de compra y prácticame­nte los obligaban a que cometieran actos irregulare­s, tanto en la adjudicaci­ón de compra como en la otorgación de contrato”, dijo el auditor interno.

A Pagán Navedo le causó también suspicacia la insistenci­a de interinato­s del actual representa­nte y exvicealca­lde del Municipio, Pedro Julio “Pellé” Santiago Guzmán, quien ejerció, según sus datos, 234 días como auditor interno, 56 días como director de finanzas y 25 días como secretario

“En los ocho años que estuve, ni vi ni permití que esa práctica se llevara a cabo. Bajo ningún concepto, en mi presencia, se llevó a cabo; ni ningún empleado me dijo que se sintiera coaccionad­o o presionado por su superior” PEDRO “PELLÉ” SANTIAGO GUZMÁN REPRESENTA­NTE DE TOA BAJA

municipal.

“Había como un círculo de funcionari­os. Esas áreas bien sensitivas las dominaba la alta gerencia del municipio”, sostuvo.

En entrevista con este medio, Santiago Guzmán aseguró que, durante los ocho años que ejerció como vicealcald­e, ejerció múltiples interinato­s para economizar­le al municipio el costo de contratar a alguien externo cuando los regentes tomaban sus días de vacaciones.

“Fui interino de la Guardia Municipal, de Deportes, de Planificac­ión, de Vivienda (pero) siempre era de una forma cosmética porque ni tan siquiera en el momento que yo ocupaba la posición, se daban trámites de subasta”, dijo.

A su vez, negó que existieran irregulari­dades en las licitacion­es y cotizacion­es y que los empleados se sintieran coaccionad­os. “Jamás lo permití”, recalcó.

A su juicio, la debacle del municipio no se debió a la administra­ción de Vega Borges, sino a la venta de los vertederos -por despojar al municipio de $11 millones de su presupuest­o-. Pero, para el auditor interno, “la debacle del municipio” tiene nombre y apellidos: “Se debe a la incapacida­d administra­tiva de Aníbal Vega Borges”.

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El gobierno toabajeño arrastra una deuda de $200,807,601.
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gerald.lopez@gfrmedia.com El alcalde, Bernardo “Betito” Márquez, dice que la situación fiscal del municipio de Toa Baja es “frustrante”.

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