ZONAS COMUNES
Loly Grande y La Perla suman casi una década de unión por las olas y el arte
Desde los 13 años de edad, las olas frente a la histórica barriada La Perla en el Viejo San Juan sirvieron de escuela para Luz Marie ‘Loly’ Grande.
Ahora, como la principal ‘bodyboarder’ de Puerto Rico, la joven de 30 años agradece su formación deportiva en las aguas embravecidas de la comunidad con un proyecto que cumplirá una década en el 2018.
Se trata de la Jornada Eco-Deportiva, que celebró su novena edición el pasado 29 de julio, un evento que además de ofrecer clases de ‘bodyboarding’ a los niños de La Perla, también promueve el desarrollo personal de los jóvenes por medio de actividades artísticas y deportivas, y la preservación del medio ambiente.
“En primera instancia, llegué a esto como forma de agradecimiento”, dijo Grande a El Nuevo Día.
“(La comunidad) me recibieron y comencé a surfear con los niños. Como se dio la dinámica tan especial, a cada rato me preguntaban ‘¿cuándo vuelves?, ¿cuándo vuelves?’ A partir de ahí, hemos sido consistentes gracias a Dios. No hemos parado. Hasta que tenga salud voy estar llevándola (la jornada)”, agregó.
Estar desde la adolescencia en la pared costera del norte del casco antiguo convirtió a Grande en hija y hermana de La Perla.
“Me llena de vida, de motivación. Me encanta ver los resultados. La Perla, en mi historia como individuo, no solo como deportista, me ha forjado a ser la mujer que soy hoy día. Como dice la canción de Rubén Blades ‘venimos de muchas madres, aquí todos somos hermanos’. Esa unión se ha fortalecido con esta actividad. Fui a devolverles lo que ellos me dieron a mí. Les gusta y lo agradecen”, indicó.
Por los pasados nueve años, Grande ha recibido la ayuda del municipio, del Departamento de Recreación y Deportes (DRD) y del sector privado para realizar los talleres en el agua, además de charlas sobre valores y ambiente, y sesiones de arte e historia puertorriqueña. Los materiales son donados, libre de costo.
Los residentes de La Perla también se involucran en la jornada. Por ejemplo, los pescadores cuidan de los niños en el mar mientras ‘surfean’, guiándolos por donde es mejor entrar y salir, y alertándolos sobre las corrientes.
“Se involucran de varias formas. En la logística, identificamos los talleres que quieren, siempre preguntamos qué quieren, en qué quieren desenvolverse. Después, ponemos manos a la obra junto a voluntarios y compañías privadas. Tengo un nene que participó de la primera jornada y he visto cómo ha crecido como persona. Ahora me ayuda a dar el taller. Hemos visto la evolución de los niños”, contó Grande.
Para el futuro, Grande quiere que la Jornada Eco-Deportiva no sea algo anual, sino que sueña con que La Perla tenga un centro deportivo donde se puedan realizar los talleres todos los meses.
SE SIENTE EL TABÚ
Hasta el año pasado, Grande se sorprendió por el tabú que todavía existe con la comunidad que muchos la asocian con una zona de peligro por el tráfico de drogas.
“Ahora con ‘Despacito’ (popular canción donde el vídeo musical se filmó en la barriada) y con la pintada de la bandera de Puerto Rico ahora es como atracción más turista. Pero hasta la actividad del año pasado, chocaban con ese tabú todavía de que te va a pasar algo malo si bajas. Me chocaba por la realidad que yo vivo aquí, que hay gente muy buena. ¿Cómo van a tratarla así?”, cuestionó.