El Nuevo Día

ESCUELAS EN DESUSO: Evalúan opciones para rescatarla­s

Por décadas han faltado planes para manejar las estructura­s en desuso, aunque algunas ha encontrado una nueva vida en otras manos

- KEILA LÓPEZ ALICEA keila.lopez@elnuevodia.com Twitter: @keilalyz

Están en todos los pueblos, esparcidas desde la comunidad más pobre hasta las esquinas de acomodadas urbanizaci­ones como recuerdos inamovible­s de vidas pasadas.

Algunas ya son solo ruinas, esqueletos cubiertos de la maleza que quiere hacerlas desaparece­r y cuyos rincones alejados del bullicio de antaño sirven de escondite para enfermos o malhechore­s. Las menos han cobrado nueva vida, convirtién­dose en modelos de lo que puede hacerse con una escuela cuando deja de ser un centro educativo.

El cierre de escuelas públicas en la isla es un proceso que ha cobrado mayor notoriedad en los últimos años, pero ha sido una constante durante décadas. El Departamen­to de Educación ordenó el cierre de unas 230 escuelas del 2007 al 2016. Al finalizar el pasado año escolar, el Departamen­to de Educación cerró otros 167 planteles adicionale­s.

¿Qué sucede con esas estructura­s que por años fueron el centro de la vida de niños, adolescent­es, maestros y comunidade­s? La respuesta sencilla: nadie sabe.

“Al llegar aquí en enero yo tenía un conocimien­to de cuáles eran los retos dentro del Departamen­to de Educación. Al empezar a trabajar me di cuenta que iba mucho más allá de lo que yo tenía conocimien­to y un ejemplo de eso son las escuelas que quedan en desuso”, reconoció la secretaria de Educación, Julia Keleher.

Al momento no existe un inventario de la cantidad de estructura­s que alguna vez fueron una escuela y dejaron de serlo, señalaron, en entrevista­s por separado, Keleher y el principal asesor legal del gobernador, Alfonso Orona.

Una vez cierran, las escuelas dejan de ser responsabi­lidad de Educación y su manejo pasa a manos del Departamen­to de Transporta­ción y Obras Públicas (DTOP) -por virtud de la Ley 12 de 1975- o de la Autoridad de Edificios Públicos (AEP) si esta corporació­n pública se encargó de su construcci­ón, explicó el funcionari­o.

Pero no siempre se ha mantenido un registro fiable de los traspasos de las estructura­s, de cuáles fueron arrendadas o vendidas a entidades privadas, cuales fueron traspasada­s a individuos y organizaci­ones por la Asamblea Legislativ­a o cuales están en manos de municipios u otras agencias gubernamen­tales, señaló Orona.

El DTOP -después de múltiples peticiones- entregó a El Nuevo Día una lista de 505 escuelas en desuso que están en su poder, pero la informació­n sobre las condicione­s de estas estructura­s es tan poca que ni siquiera se detalla en qué municipios están ubicadas 158 de ellas. Mientras que la AEP ni proveyó informació­n para la serie especial “¿Qué pasó con mi escuela?” que arranca hoy en Endi.com.

CON NUEVA VIDA

El abandono en que se encuen-

tran las antiguas estructura­s gubernamen­tales, que van más allá de las escuelas para incluir antiguos cuarteles o centros judiciales, provocó que en abril se creara el Comité de Evaluación y Disposició­n de Propiedade­s Inmuebles. Mediante una orden ejecutiva, el gobernador Ricardo Rosselló creó un mayo un subcomité interagenc­ial -adscrito a este comité- que se encargaría solo del traspaso de escuelas que ya no estén en uso.

La primera tarea del subcomité interagenc­ial es identifica­r dónde están todos los planteles en desuso, determinar en qué condicione­s están y a quién le pertenecen, precisó el asesor legal del primer ejecutivo. Hasta mediados de julio habían recibido más de 150 propuestas para reusar escuelas públicas, indicó Orona.

“Lo que yo quisiera hacer para las escuelas en desuso es desarrolla­r una estrategia de manejo del portafolio de lo que son los bienes raíces del Departamen­to de Educación. No hemos tenido una estrategia ni un plan operaciona­l para atender el mantenimie­nto, porque mientras mejor atendemos el mantenimie­nto de las plantas escolares, menos problemas vamos a tener en el futuro”, indicó Keleher.

A través de este organismo, el gobierno busca establecer un mecanismo uniforme para que los planteles puedan pasar a otras manos y tener nueva vida, explicó Orona. En el pasado, existían múltiples procesos engorrosos y extensos para hacerse cargo de una escuela y era poca -por no decir ninguna- la supervisió­n que se llevaba a cabo para asegurar que los nuevos titulares o arrendatar­ios cumplieran con las condicione­s bajo las cuales se concretaro­n los acuerdos, añadió.

Por ejemplo, el Municipio de Naranjito tuvo que esperar unos diez años para recibir la titularida­d de la antigua escuela José Archilla Cabrera, aun cuando llevaban años con un permiso de uso que inicialmen­te les permitió establecer allí un centro de actividade­s para ancianos y reubicar oficinas municipale­s, precisó el alcalde Orlando Ortiz Chevres.

Actualment­e, el Centro Gubernamen­tal José Archilla Cabrera alberga oficinas municipale­s y estatales, es la sede del Programa de Bellas Artes municipal y de tres salones de programa Head Start, entre otros servicios. Y aún hay espacios vacíos en el recinto, así que el plan es expandir sus ofrecimien­tos, aseguró el ejecutivo municipal.

“Esta es una escuela que era céntrica, yo estudié aquí. Es una estructura que queda a pasos del casco urbano, casi todo el pueblo pasó por aquí, hay muchos recuerdos atados a ella y con este traspaso al Municipio no solo rescatamos la estructura sino que también le resolvemos problemas al gobierno central. Aquí está el Registro Demográfic­o, que se iba a ir de Naranjito porque no podían pagar alquiler, y nosotros le dimos un espacio. De escuela se ha con- vertido en centro gubernamen­tal para servir a nuestra población”, expresó Ortiz Chevres.

El cierre de una escuela representa un fuerte golpe para las comunidade­s a su alrededor, no tan solo por el cese de la actividad educativa sino también porque existe el potencial de que se convierta en un foco de vandalismo y violencia, como sucede tantas veces, señaló el alcalde de Cayey, Rolando Ortiz Velázquez. El traspaso a los municipios, aunque ha resultado ser complicado, es la opción más viable para darle nueva vida a las estructura­s, sostuvo el alcalde de Cayey.

 ?? Juan.martinez@gfrmedia.com ?? Tras varios años en el abandono, la escuela Franklin D. Roosevelt, ubicada en el casco urbano de Arecibo, fue adquirida por una entidad del tercer sector para establecer ahí el Instituto del Karso de Puerto Rico y el Caribe.
Juan.martinez@gfrmedia.com Tras varios años en el abandono, la escuela Franklin D. Roosevelt, ubicada en el casco urbano de Arecibo, fue adquirida por una entidad del tercer sector para establecer ahí el Instituto del Karso de Puerto Rico y el Caribe.
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Juan.martinez@gfrmedia.com
 ?? Juan.martinez@gfrmedia.com ?? Desde su cierre, la escuela Juan J. Osuna, en Trujillo Alto, se ha convertido en escenario de actos vandálicos y de crímenes violentos.
Juan.martinez@gfrmedia.com Desde su cierre, la escuela Juan J. Osuna, en Trujillo Alto, se ha convertido en escenario de actos vandálicos y de crímenes violentos.
 ?? Juan.martinez@gfrmedia.com ?? La antigua escuela José Archilla Cabrera de Naranjito es ahora un centro gubernamen­tal, pero en sus aulas aún se enseñan las bellas artes.
Juan.martinez@gfrmedia.com La antigua escuela José Archilla Cabrera de Naranjito es ahora un centro gubernamen­tal, pero en sus aulas aún se enseñan las bellas artes.
 ?? Juan.martinez@gfrmedia.com ?? A tres años de su cierre, los salones de la escuela Lola Rodríguez de Tío de Carolina están destrozado­s y el vandalismo es evidente en todos los rincones.
Juan.martinez@gfrmedia.com A tres años de su cierre, los salones de la escuela Lola Rodríguez de Tío de Carolina están destrozado­s y el vandalismo es evidente en todos los rincones.
 ?? Juan.martinez@gfrmedia.com ?? El Municipio de Cayey se hizo cargo de dos antiguas escuelas y las convirtió en el Vivero Municipal y en la Escuela Agrícola Municipal.
Juan.martinez@gfrmedia.com El Municipio de Cayey se hizo cargo de dos antiguas escuelas y las convirtió en el Vivero Municipal y en la Escuela Agrícola Municipal.

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