ARTE Y SABOR EN MIRAMAR
Hugo Pérez, propietario de Comedor, en el hotel Courtyard by Marriott, en Miramar busca que su restaurante sea el rincón favorito del vecindario
Inspirado en los 1920 y 1930, Comedor es la nueva oferta gastronómica de Miramar. Liderado por Hugo Pérez -conocido por sus exitosos locales Asere, Mango’s y Wasabi-, quien esta vez apuesta al conocido vecindario para hacer de su propuesta un rincón para locales y turistas.
“Cuando me propusieron que cogiera el espacio no lo pensé. Miramar es un barrio espectacular con gran variedad gastronómica. Además, hay una dinámica muy saludable entre todos los dueños de los restaurantes ya que nos complementamos y nos apoyamos”.
En las seis semanas que lleva abierto, Pérez ha notado como ya hay quienes han hecho de Comedor su lugar para desayunar, para tomarse un cóctel, para un almuerzo de trabajo o para una cena familiar.
“Quería que fuera un lugar bien de Miramar y su gente, aunque naturalmente por estar en un hotel también tenemos movimiento de turistas especialmente para desayuno”.
AMBIENTE
Y para acallar cualquier duda de que Miramar es el hilo conductor de la apuesta estética de Comedor, las paredes están llenas de fotos antiguas de las calles, de la gente y la arquitectura del que fuera uno de los primeros suburbios de San Juan. El estilo Art Deco que impera en algunas de los edificios del área se reproduce en las columnas, paredes y techos del establecimiento.
Paredes turquesa con patrones geométricos y curvilíneos pintados en cobre refuerzan la decoración característica de los años 20 y 30 y tan atada a los movimientos artísticos del cubismo francés, el futurismo italiano y constructivismo ruso. Estos mis-
mos diseños se repiten en los paneles y columnas de madera.
“El concepto del espacio y la decoración la trabajaron Lizzy Cuello y Luis López Baquero. Todo el trabajo de ebanistería se hizo aquí y los detalles de la barra en acero son del escultor Luis Torruella”. El área principal está flanqueada por bancos adosados, mesas con topes de mármol y sillas con tapiz azul marino. “Se tumbaron todas las paredes para tener más amplitud. Lo mismo hicimos con la cocina, la abrimos para que fuera más cómoda y también pusimos un cristal que da a la calle y la gente puede ver desde la acera el movimiento que hay en ella. Además, está equipada con lo más nuevo en tecnología”. La barra de forma semicircular con taburetes tapizados en color marfil es amplia y elegante.
“La coctelería es una de las cosas que queremos destacar para que la gente también piense en nosotros como un lugar donde tomarse algo por la tarde o en la noche”.
MENÚ
El menú es creación de Luis Castillo y lo ha elaborado utilizando la mayor cantidad posible de productos locales. “No queríamos encasillarnos en un tipo de cocina. Queríamos que fuera un menú versátil y que todo el que nos visitara pudiera encontrar algo en él para disfrutar”, comenta Castillo, quien ha trabajado en 1919 en el Condado Vanderbilt, La Concha y en El Convento.
Hay dos menús, uno para el desayuno y otro para almuerzo y cena. El desayuno se comienza a servir a las 6:30 a.m. y en su carta encuentras desde un plato sencillo de cereal y huevos a algunos más elaborados como huevos benedictinos o tostadas francesas hechas con pan de calabaza.
“Entre los aperitivos que más han gustado está el snapper aguachile y las croquetas de escargots. De los platos principales se está moviendo mucho el chile en nogada y el cochinillo”.
Diez aperitivos, nueve platos y cinco postres conforman la oferta. Ensalada de fresas y remolacha con queso de cabra, salmón con puré de zanahorias, pollo asado, ribeye, son algunas de las selecciones para almorzar y cenar, que como bien dice el chef hay para todos los gustos.
“Quería crear un menú interesante, pero sin perder de perspectiva que es un restaurante de barrio. Casi todos los platos son reinterpretaciones de clásicos, como los clams mofongo. Además, como estamos esperando que la mayor parte de la clientela sea local, pensamos cambiar el menú cada tres meses para no aburrir, aunque dejaríamos esos platos que son los favoritos”.
DE VINOS Y LICORES
La carta de vinos es variada, con cerca de 92 etiquetas, y recorre España, Italia, California, Francia, Oregón y Nueva Zelanda. La misma fue diseñada por la sumiller Rosa Abreu. Hugo Pérez, el propietario, asegura que hay para todos los bolsillos y que los precios son módicos. Así que si te quieres dar el gusto y puedes también hay para los que tienen mayor presupuesto. Para los que no son de vinos pueden optar por los cócteles de la casa o algunas cervezas.