Noche de chicas y carcajadas
La película “Girls Trip” se sostiene en la química de sus cuatro protagonistas
“Girls Trip”, largometraje de Universal Pictures que estrena hoy en Puerto Rico, es una propuesta comercial imperfecta que se mantiene a flote gracias a un estilo de comedia genuino e irreverente y la simpatía que generan Queen Latifah, Jada Pinkett-Smith, Regina Hall y Tifanny Haddish.
A diferencia de “Rough Night”, la otra comedia de este verano que tenía como gancho principal a un grupo de amigas que tienen una noche de descontrol y lujuria, esta película se toma la tarea de explorar la amistad entre los personajes principales. Este enfoque evita que las actrices desperdicien su tiempo con caricaturas que buscan una carcajada fácil.
Sin embargo. esto no significa que el guion del filme tenga algún tipo de reparo en explorar situaciones vulgares o ridículas, pero la integridad de las actrices y la inteligencia del público en estos momentos siempre resultan protegidas.
A las mujeres de este filme les toma un fin de semana reconectar con sus amistades de universidad durante un festival de música en Nueva Orleans. La que decide organizar este escape es Ryan Pierce (Hall), una exitosa mujer de negocios que es descrita como la heredera del trono multimedia de Oprah y está a punto de cerrar una negociación importante junto a su esposo.
El filme no tarda en establecer que sus amigas de universidad no tienen el mismo nivel de éxito profesional que Ryan. Dina (Haddish) ha dejado que sus arranques extrovertidos de mal humor la dejen sin trabajo. Sasha (Latifah) ha tenido que reinventarse como una bloguera de farándula después de haber perdido un trabajo prestigioso en la revista Time. Mientras que Lisa (Pinkett-Smith) es una enfermera que ha sacrificado su vida personal para criar a sus dos hijos como madre soltera.
El viaje titular de la película tiene como objetivo darles a las protagonistas un poco de diversión alejadas de sus rutinas domésticas, pero el guion opta por crear situaciones que permite que los personajes enreden y compliquen las situaciones particulares de su vida personal.
El recurso más sólido de este filme es la química genuina y tangible entre las cuatro protagonistas. Esto es lo que sostiene la película cuando la comedia pierde su ritmo durante el segundo acto.
La dinámica entre las actrices luego se convierte en el salvavidas de la producción cuando la película trata de adquirir una profundidad dramática que no necesita al dejar que los problemas maritales de Ryan se conviertan en lo que empuja la trama hacia este filme.
A pesar de estos tropiezos, el filme nunca deja de ser gracioso. Esto se da en gran parte al trabajo espectacular de Tiffany Haddish como la amiga que no puede evitar decir lo que piensa no importa en la situación que se encuentre. No hay forma de disfrazar que su personaje sea un arquetipo (la amiga loca y problemática), pero el abandono cómico que la actriz da en esta interpretación genera un torrente de carcajadas tanto en los momentos más atrevidos del filme como en los que los guionistas tratan de forzar el peso dramático del filme.
De la misma forma, resulta sorprendente y agradable que Latifah y Pinkett-Smith tengan roles secundarios, abriendo el espacio para que Regina Hall pueda hacer despliegue de su talento como actriz. Durante gran parte de su filmografía, Hall ha tenido que fluctuar entre clichés y caricaturas. En esta película, la actriz reafirma su destreza para la comedia y maneja con sutileza los retos dramáticos de su personaje, logrando que la misma se muestre genuina.
Resulta un poco irritante que tanto el guion como la dirección del filme no tengan suficiente fe en las habilidades de Hall y tengan que recurrir a servir las “lecciones de vida” de esta historia como en una producción de Tyler Perry. No hay nada malo con que un filme quiera divertir y conmover a la misma vez, pero en este caso resulta evidente que el material funciona mejor como comedia.