Meteorología continental
Los imperios de la antigüedad proclamaron su grandeza alardeando que en su territorio “el sol nunca se pone”. Estados Unidos podría así ufanarlo porque su bandera flota soberana desde el nórdico estado de Alaska al archipiélago caribeño de Puerto Rico e Islas Vírgenes Americanas, hasta el estado de Hawái y los protectorados del Pacífico.
El caso es que “Irma” –además de su trágica secuela– nos deja la necesidad de educar a nuestros hermanos continentales sobre que, si bien ellos son mayoría, para nada constituyen por sí solos el gran imperio americano; y de que, sin nosotros, no lo serían. La población estadounidense del “Mainland” es de 321.7 millones de habitantes; la de su estado y posesiones en ultramar –excluido Alaska que es continental– alcanza los 5.1 millones.
La cultura de comunicación social exhibida por reporteros en las cadenas nacionales, tan preocupados del curso de entrada de “Irma” al estado de Florida mientras sus vientos huracanados ya acariciaban Islas Vírgenes Americanas y a Puerto Rico, afortunadamente contrastó con la de los funcionarios del gobierno federal. Antes de arribar los vientos del fenómeno, FEMA acuarteló recursos humanos y materiales en Puerto Rico para enfrentar la emergencia que supondría “Irma” al territorio habitado por ciudadanos estadounidenses. Tan pronto el gobernador Ricardo Rosselló Nevares notificó los primeros daños, Casa Blanca accedía a su petición para declarar la emergencia. Mas, mientras todo eso andaba ocurriendo, los reporteros de las cadenas nacionales hablaron como si el mundo empezara por los cayos de Florida.
Uno de ellos, antes de cortar la cobertura de la conferencia de prensa del gobernador Rick Scott, quiso aclarar a sus televidentes que el ejecutivo estaba hablando español para garantizar que nadie se quedara sin conocer la gravedad de la emergencia; cuando en realidad lo hizo porque ya la mitad de los habitantes de su estado, aunque dominen el inglés, son hispanoparlantes.
¡Edúquense!