Demostraron en la China que son duros en las ciencias
Cuatro alumnos puertorriqueños tienen encaminadas importantes investigaciones científicas
El camino de éxitos comenzó con su participación en la Feria Científica Distrital y Regional y en la Puerto Rico Metropolitan Science Fair, siguió en Los Ángeles, California, y terminó en Hangzhou, China, donde, junto a jóvenes de 19 países, sobresalieron con sus proyectos
Desde la torre de la Universidad de Puerto Rico (UPR) narraron a
El Nuevo Día su “cuento chino”. No era un chiste ni literatura. En realidad, era pura ciencia con chispas de alegría, proyectos y recuerdos memorables.
Rocío del Mar Avilés Mercado, Daniel Alejandro Santiago Álvarez, José Luis Ramírez Colón y Karlos Lenniel N. Miranda Garcés “la pusieron en la China”. Eso dijeron sobre Daniel en el área oeste de la isla, pero vale la pena repetirlo para sus compañeros.
Este cuarteto de estudiantes puertorriqueños despuntó a nivel internacional con sus proyectos científicos en el gigante asiático, demostrando que los “boricuas de pura cepa” también pueden ser unos “duros en las ciencias”.
Tres son producto del sistema de educación pública de la isla y uno, de colegio privado. A uno le faltan dos años para concluir sus estudios de escuela superior, pero el resto son estudiantes de nuevo ingreso de la UPR.
DE FERIA EN FERIA
El cuento chino comenzó en Puerto Rico con su participación en la Feria Científica Distrital y Regional y en la Puerto Rico Metropolitan Science Fair, siguió en Los Ángeles, California, y terminó en Hangzhou, China.
Los jóvenes, que en la fase inicial no se conocían entre sí, cualificaron para pasar a la International Science & Engineering Fair (Intel ISEF, por sus siglas en inglés), en la que participaron 78 países y 1,778 estudiantes.
La Intel ISEF fue celebrada en California, donde Rocío del Mar ganó su pase para participar en la 32 edición de la China Adolescents Science and Technology Innovation Contest (CASTIC, por sus siglas en inglés).
El objetivo de esa competencia, que agrupó a 500 finalistas de China y a 48 estudiantes internacionales de 19 países, es promover el pensamiento creativo y el aprendizaje entre los estudiantes en ciencia y tecnología. Los alumnos de 9 a 18 años se reúnen en tres grupos de edad: primaria, secundaria y superior.
“Me dieron la oportunidad de seleccionar a tres acompañantes. Busqué los mejores resultados de la competencia e invité a Karlos, José Luis y Daniel”, dijo Rocío del Mar, la líder del grupo, al recordar que, de todos, José Luis fue el más que lo pensó, ya que Karlos y Daniel se vieron en China más rápido que un rayo.
Una vez José Luis se decidió, el grupo se convirtió en los inseparables cuatro durante cinco días.
IMPRESIONADOS CON CHINA
Daniel Alejandro, de 15 años, es reservado, pero cuando habla parece el mayor de todos.
“Al llegar me impactó la escala enorme del país. Todo era industrial con edificios inmensos que parecían extenderse hacia el infinito. Recuerdo el sentido de misterio que me provocaban esas vistas”, comentó.
“El mundo es muy diferente a lo que pensaba. Ojalá todos los seres humanos pudiesen tener la oportunidad de viajar, pues te da un nivel más alto de apreciación hacia tu cultura y de las habilidades que tenemos como país para posicionarnos a nivel internacional”, expresó Daniel Alejandro, estudiante de décimo grado del Centro Residencial de Oportuniades Educativas de Mayagüez (CROEM), escuela pública especializada en Ciencias y Matemáticas de estudiantes talentosos a nivel de toda la isla.
“Ver lo que otros países tienen que ofrecer hace que uno pueda comparar lo positivo nuestro, como también aquello que deberíamos mejorar o cambiar”, agregó.
Karlos agregó con humor que le sorprendieron los baños de Hangzhou, capital y ciudad más grande de la provincia de Zhejiang en la República Popular China, donde se celebró el evento.
“Son a ras de suelo, planos. Fue algo tan raro como ciertas comidas y el idioma. Me dio curiosidad el cielo despejado, muy azul, claro, bonito”, dijo Karlos.
En un tono más serio, el estudiante describió como inolvidable la oportunidad de presentar su proyecto ante el vicepresidente de la nación, Li Yuanchao, quien posee estudios en Matemáticas, una maestría en Gestión Económica y un doctorado en Derecho.
Por su parte, a José Luis le llamó la atención el trato servicial y cordial de los chinos.
“Pese a la barrera del idioma, se esmeraron en acogernos y mostraban mucho interés por nuestra cultura. Estaban tan curiosos como nosotros. Son bien ordenados, disciplinados y de primera intención parecen muy serios, pero al pasar el tiempo suelen ser más abiertos de manera tal que encuentras esa humanidad donde somos iguales”, acotó.
A José Luis le encantó conocer a estudiantes de otras culturas.
“Eran de países que no tienen el inglés como primer idioma, pero nos integramos bien. Me mantengo en comunicación con las amis-
tades que hice y sería grandioso desarrollar futuros proyectos con ellos (as)”, expresó.
Además de la peculiaridad de la comida, asunto superado con el bufete internacional, el joven quedó impresionado con el elevado nivel de participación en la categoría elemental.
“En eso deberíamos mejorar. Esos niñitos son sorprendentes”, dijo el estudiante.
Mientras tanto, Rocío del Mar no se arrepiente de la selección realizada.
A su regreso a Puerto Rico, pese a que Daniel y Karlos están en el oeste, y ella y José Luis en San Juan, siguen en contacto y comparten con frecuencia.
“El viaje a China nos hizo familia”, expresó la joven.
El junte no ha terminado. En su candidez e intención de corazón desean quedarse en Puerto Rico. Están comenzando. Su futuro no se conoce, pero ya hay una ruta trazada y no es la de la seda.
Son universitarios con promesa para la ciencia y para su país.