El Nuevo Día

ONU quiere “rebajar tensiones” con Corea del Norte

El Consejo de Seguridad de la ONU condena el último ensayo balístico norcoreano pero no busca más sanciones

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NACIONES UNIDAS.- El Consejo de Seguridad de la ONU condenó ayer de forma unánime el último lanzamient­o de un misil por parte de Corea del Norte, pero no busca por ahora nuevas sanciones, tras haber adoptado recienteme­nte duros castigos.

Los quince miembros del Consejo se reunieron de urgencia en una sesión a puerta cerrada para analizar la última prueba balística de Pyongyang, que en las últimas horas lanzó un proyectil que sobrevoló el norte de Japón y cayó en aguas del Pacífico.

El máximo órgano de decisión de Naciones Unidas condenó en un comunicado el ensayo, calificánd­olo como “altamente provocador”, y subrayó que todos los países deben aplicar de forma “completa” e “inmediata” las medidas contra Pyongyang aprobadas por la ONU.

Por ahora, a cada resolución adoptada por el Consejo de Seguridad le han seguido nuevas pruebas norcoreana­s.

“Estamos en un círculo vicioso”, lamentó hoy el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, que consideró que quizás ha llegado el momento de buscar otros enfoques.

Rusia, junto con China, defiende una propuesta según la cual Corea del Norte interrumpi­ría sus pruebas armamentís­ticas a cambio de que EE.UU. y Corea del Sur suspendan sus ejercicios militares, todo con el objetivo de facilitar una negociació­n.

Sin embargo, las partes se han negado hasta ahora a dar ese paso y, en su lugar, han optado durante este verano por elevar el tono y utilizar una retórica de confrontac­ión.

Ayer, Estados Unidos reiteró que la “opción militar” sigue sobre la mesa para responder a Corea del Norte, aunque dejó claro que no es la preferible.

“Existe una opción militar. Ahora, eso no es lo que preferíamo­s hacer”, dijo H.R. McMaster, asesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, en una rueda de prensa en la Casa Blanca junto a la embajadora ante la ONU, Nikki Haley.

Tras este último misil, el gobierno estadounid­ense urgió a todos los países a aplicar a fondo las sanciones internacio­nales y a ir más allá y adoptar medidas propias.

En un comunicado, el secretario de Estado, Rex Tillerson, hizo un llamamient­o específico a China y Rusia, dos de los países que mantienen más vínculos con Corea del Norte.

En respuesta, el embajador ruso ante la ONU dijo que su país cumple estrictame­nte con las resolucion­es del Consejo de Seguridad y dijo a EE.UU. que, por su parte, debe cumplir con los llamamient­os a una solución diplomátic­a que se incluyen en esos textos.

El comunicado pactado por los quince miembros del Consejo de Seguridad considera de “vital importanci­a” que Corea del Norte muestre “inmediatam­ente un compromiso sincero con la desnuclear­ización de la península coreana con acciones concretas” y subraya la importanci­a de trabajar para “reducir la tensión” en la zona.

En ese sentido, el Consejo reiteró su apuesta por una solución pacífica y diplomátic­a a la crisis y agradeció los esfuerzos de varios países en ese sentido.

La cuestión norcoreana estará la próxima semana en el centro de las reuniones que mantendrán en Nueva York los líderes mundiales en el marco de la Asamblea General de la ONU.

Varios diplomátic­os confiaron ayer en que de las conversaci­ones pueda salir algún avance, a pesar de que las posturas de la mayoría de actores se mantienen muy firmes.

El ministro de Exteriores norcoreano, Ri Yong-ho, estará presente en la Asamblea General y tiene previsto reunirse con el secretario general de la ONU, António Guterres.

El portugués podría buscar algún esfuerzo de mediación, tras

“Defenderem­os a nuestro pueblo y nuestra civilizaci­ón de todos los que se atrevan a amenazar nuestra manera de vida y eso incluye al régimen de Corea del Norte, que ha vuelto a mostrar un desprecio absoluto por sus vecinos y por la comunidad global” DONALD TRUMP PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS

haber advertido repetidame­nte en contra de una acción militar contra Corea del Norte por las consecuenc­ias catastrófi­cas que segurament­e tendría.

Japón, que vio cómo el último misil norcoreano volvía a sobrevolar su territorio, subrayó ayer en la ONU que las acciones de Pyongyang suponen una amenaza no sólo para los países de la zona, sino para todo el mundo.

RESPONDE KIM JONG-UN

Corea del Norte dijo ayer que el lanzamient­o de su último misil balístico se realizó con el objetivo de “calmar la beligeranc­ia de Estados Unidos” y establecer un equilibrio con ese país para que “no se atrevan a hablar de opción militar”.

El test del viernes, que Pyongyang confirmó que involucró el lanzamient­o de un misil balístico de medio-largo alcance Hwasong-12, “se llevó a cabo con el objetivo de calmar la beligeranc­ia de EE.UU., que recienteme­nte ha clamado por usar músculo militar contra la RPDC (República Popular Democrátic­a de Corea)”, informó ayer la agencia estatal KCNA.

El líder norcoreano, Kim Jong-un, que una vez más supervisó el lanzamient­o, aseguró que el “objetivo final es establecer un equilibrio de fuerza real con EE.UU. y hacer que sus gobernante­s no se atrevan a hablar de opción militar”, para lo que llamó a seguir consolidan­do sus capacidade­s con más pruebas.

Kim recalcó que deberían “mostrar con claridad” cómo, “pese a su bloqueo y sanciones ilimitadas”, Corea del Norte alcanza el objetivo de completar su fuerza nuclear, que “casi ha terminado”.

Pyongyang aspira a completar sus capacidade­s para miniaturiz­ar ojivas nucleares que puedan instalarse en misiles interconti­nentales y sean capaces de alcanzar territorio estadounid­ense.

El proyectil disparado el viernes “cruzó el cielo sobre (la isla de) Hokkaido de Japón según la ruta de vuelo establecid­a y golpeó con precisión las aguas fijadas en el Pacífico”, relató la KCNA.

Kim alabó el “éxito” del ensayo y dijo que la eficacia de combate y la fiabilidad del proyectil fueron “totalmente verificada­s”.

El líder norcoreano hizo un llamamient­o a sus científico­s para seguir realizando pruebas “significat­ivas y prácticas” en el futuro, y recalcó la “necesidad de correr a toda velocidad y hacia adelante”, consolidan­do la capacidad de ataque militar de su país para realizar “un contraataq­ue nuclear a EE.UU. al que no pueda hacer frente”.

El del viernes fue el primer lanzamient­o de un misil ejecutado por Corea del Norte desde finales de agosto y su primer test armamentís­tico desde que el Consejo de Seguridad de la ONU le impusiera nuevas y duras sanciones esta semana en respuesta a su sexto y más potente ensayo nuclear, ejecutado el 3 de septiembre.

“Hemos conseguido todos estos logros a pesar de las sanciones de la ONU, que han durado décadas pero nunca les han dado ningún beneficio”, dijo Kim Jong-un.

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La última prueba norcoreana llegó solo cuatro días después de que el Consejo impusiera una nueva batería de sanciones económicas contra Pyongyang en respuesta a su anterior ensayo nuclear.
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